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¿Medellín será una ciudad inhabitable? A mediados del siglo tendrá más de 60 días al año con calor extremo

La ciudad tiene un par de proyectos exitosos, pero sigue estando altamente expuesta a las amenazas del clima inclemente sin tener una adaptación real para enfrentarlas.

  • Para mediados de este siglo, los días con temperaturas superiores a 30,5°C superarían los 60. El costo en salud pública sería altísimo. FOTO camilo suárez
    Para mediados de este siglo, los días con temperaturas superiores a 30,5°C superarían los 60. El costo en salud pública sería altísimo. FOTO camilo suárez
  • Cerca de 500 personas en Medellín se mueren al año por causas atribuibles al calor extremo. Los más pobres están más amenazados, al habitar casas con materiales inadecuados. FOTO JULIO HERRERA Y camilo suárez
    Cerca de 500 personas en Medellín se mueren al año por causas atribuibles al calor extremo. Los más pobres están más amenazados, al habitar casas con materiales inadecuados. FOTO JULIO HERRERA Y camilo suárez
hace 5 horas
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El Banco Mundial eligió a Medellín como el primer lugar para lanzar un grito urgente cargado de hechos y evidencia sólida sobre la amenaza que ya viven las ciudades latinoamericanas: el infierno del calor extremo que las está haciendo inhabitables.

El revelador informe que presentó esta semana el Banco Mundial deja claro que la ola de calor récord que azotó a América Latina y el Caribe en 2024 no fue simplemente una anomalía climática pasajera: fue una advertencia, un anticipo. Lo que alguna vez ofreció un escudo a estas ciudades: la brisa marina o la altitud, se está quedando sin efecto. En Argentina la ola de calor extremo puso contra las cuerdas a millones de personas con temperaturas de 45°C; en Ciudad de México, donde se creían a salvo por su altitud, rompieron seis días récords de temperaturas jamás registradas.

Según Carina Lakovits, especialista de Desarrollo Urbano y líder del informe, el Banco Mundial eligió a Medellín para lanzar el documento ante 16 delegaciones internacionales, porque encontró en la capital antioqueña uno de los casos entre el reducido puñado de ciudades que decidieron ejecutar acciones concretas para mitigar los estragos del aumento en la temperatura.

De acuerdo con Lakovits, la ciudad se convirtió en referente con su puesta en marcha en 2017 del proyecto de Corredores Verdes, que a lo largo de tres años y medio sembró en 18 avenidas y vías principales y en 12 canalizaciones miles de árboles, que contrarrestaron directamente la contaminación atmosférica en parte de la zona céntrica de la ciudad y redujeron la temperatura del aire en unos 2ºC.

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Es un espaldarazo internacional a la ciudad que, no obstante, no logra escapar de la realidad de las otras urbes latinoamericanas, porque lo cierto es que en casi todas están muriendo miles de personas cada año por la exposición al calor extremo. La mortalidad relacionada con el calor aumentó en la región un 140% entre 2000—2009 y 2013—2022. Solo en 2023, se estima que 48.000 personas mayores de 65 años murieron prematuramente por causas relacionadas con el calor. En Medellín se estima que mueren al menos 500 personas cada año por causas asociadas.

El calor extremo lo permea todo. Sin estar conscientes de ello, las ciudades experimentan ya enormes pérdidas de capital humano y económicas. Según las proyecciones, entre 2026 y 2050 se producirían entre 271.200 y 274.500 muertes prematuras en la región, generando un costo económico de 285.300 a 763.000 millones de dólares. No es un escenario futuro, ya está ocurriendo: miles de trabajadores (tanto formales como informales) acumulan incapacidades y enfermedades crónicas por la prolongada exposición a altas temperaturas, según la OIT en 2020 el 70% de los trabajadores en las Américas estuvieron expuestos a estrés térmico arrojando 2,6 millones de lesiones; los sistemas masivos de transporte pierden cada vez más eficiencia y se tornan más inviables financieramente por daños; los sistemas energéticos colapsan por los picos de demanda.

Lo que explica Paula Restrepo Cadavid, Especialista de Desarrollo Urbano y también líder del informe, es que para elaborar las proyecciones del documento partieron de un escenario climático intermedio, evitaron el improbable escenario más favorable pero también el más catastrófico. Aún así, las proyecciones resultantes son alarmantes.

Con un aumento entre 1,59°C a mediados de siglo (2040-2059), las 50 ciudades tropicales de la región podrían convertir su cotidianidad en un verdadero infierno, como Barranquilla, que actualmente experimenta hasta un equivalente de seis meses con temperaturas por encima de los 30,5°C, y que para 2050 alcanzaría los 278 días de calor extremo (equivalente a 9 meses).

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¿Medellín será una ciudad inhabitable? A mediados del siglo tendrá más de 60 días al año con calor extremo

Las ciudades clasificadas como cálidas, que son 73 y entre las que está Medellín, experimentarán en ese escenario de más de 37 días con temperaturas superiores a los 31,6 °C. Para el caso de Medellín, estos días sumados a la base histórica de días anuales que superan esa temperatura arroja que enfrentará calor intenso en más de 60 días. Para hacerse una idea de lo que se viene, la temperatura máxima media actual es de 26 °C y en la mayoría de los días calurosos la temperatura ni siquiera llega a los 30°C. El Plan de Acción Climática de Medellín estima que a partir de 2040 la ciudad tendrá hasta 150 días al año con temperaturas superiores a los 29°C.

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Los impactos son palpables. En Colombia, el aumento en la temperatura anual en un 1°C se relacionó con un descenso de al menos 2% de una desviación típica en los resultados de los exámenes de los estudiantes en las ciudades. No es solo que miles de estudiantes sufren por el calor en medio de las jornadas. Es que vienen condicionados desde el embarazo o desde la lactancia por patologías adquiridas por la madre, enfermedades silenciosas consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas.

¿Cómo funcionan los Corredores Verdes y el Distrito Térmico en Medellín?

Medellín, similar a lo que hicieron Ciudad de México y los grandes centros urbanos de Costa Rica, logró adelantar con éxito un proyecto a pequeña escala para mitigar el calor: los Corredores Verdes que sembraron más de 8.000 árboles entre 2016 y 2019, que redujeron en los 30 puntos elegidos la temperatura en hasta 2°C. Carina Lakovits señala que el mérito de la capital antioqueña fue haber decidido hacerle monitoreo sostenido a esa iniciativa y diseñarlo no solo como mitigación de la temperatura sino como una medida funcional, pues por allí transitan peatones y conductores y hay un robusto sector industrial expuesto al calor que allí se concentra históricamente.

El Banco Mundial también destacó otro proyecto considerado como referente internacional: el Distrito Térmico de La Alpujarra. Y es que entre las soluciones que plantea el informe para mitigar los efectos de calor extremo en las ciudades están en primer renglón las iniciativas de eficiencia energética.

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Los sistemas de distritos térmicos enfrían el agua en lugares centralizados y los distribuyen por tuberías subterráneas aisladas para refrigerar varios edificios de una zona. Fueron desarrollados por primera vez en Estados Unidos, para servir a campus universitarios y otros complejos de edificios, como el Pentágono y desde entonces se han implementado con éxito en países industrializados. El primer sistema desarrollado en América Latina fue la planta del Distrito Térmico La Alpujarra, que desde 2016 suministra aire acondicionado a las diferentes entidades.

Lo que hizo fue reemplazar los sistemas de enfriamiento de alto consumo energético por uno más eficiente que dispone de una red de distribución subterránea de 1,5 kilómetros que presta servicio a siete edificios.

Un estudio citado por el Banco Mundial concluyó que existen 37 agrupaciones potenciales para el enfriamiento urbano, especialmente en Medellín, Barranquilla, Cartagena y Cali, con una demanda combinada de 642 MW de enfriamiento para clústers turísticos, industriales, hospitalarios y educativos.

¿Qué es el efecto isla de calor y cómo afecta a Medellín?

El principal postulado del informe es la necesidad de que tanto la ciudadanía como los gobiernos entiendan que el calor extremo no es una amenaza en abstracto que afecta a todos por igual. Y con evidencia robusta demuestra cómo la vulnerabilidad socioeconómica está relacionada con unos impactos más inmediatos y devastadores contra la población por el calor extremo. En ese orden de ideas, las soluciones deben tener ese enfoque diferencial, priorizar a los más vulnerables. Es una mirada indispensable que hace parte de la llamada justicia climática.

Medellín ofrece un ejemplo brutal de esto. En catorce barrios sus habitantes padecen alto riesgo por el efecto de isla de calor (ICU), un fenómeno térmico en el que ciertos determinantes, como la ubicación, el exceso de urbanización, la deficiente calidad de los materiales con que construyen las casas y los bajos niveles de cobertura vegetal causan que en unas zonas puntuales se generen unas especies de burbujas en las que la temperatura es mayor al promedio en una misma ciudad. Así las cosas, si en la ciudad se reportan 30 °C, en esos barrios sus habitantes pueden sentir una temperatura de hasta 34°C.

Pero, además, estos barrios (ubicados en comunas como Castilla y Robledo), están habitados predominantemente por familias de los estratos socioeconómicos más bajos. Quiere decir que son familias que no tienen cómo adquirir equipos de ventilación y viven, por lo general, en algún grado de hacinamiento y en viviendas con materiales y diseños deficitarios.

Cerca de 500 personas en Medellín se mueren al año por causas atribuibles al calor extremo. Los más pobres están más amenazados, al habitar casas con materiales inadecuados. <b><span class=mln_uppercase_mln> </span></b>FOTO <b><span class=mln_uppercase_mln>JULIO HERRERA Y camilo suárez</span></b>
Cerca de 500 personas en Medellín se mueren al año por causas atribuibles al calor extremo. Los más pobres están más amenazados, al habitar casas con materiales inadecuados. FOTO JULIO HERRERA Y camilo suárez

Estas zonas donde el calor golpea con mayor dureza son también las que presentan más bajo índice de espacio público y de zonas verdes. Varios expertos de universidades como la Nacional y la U. de A. han postulado que a nivel internacional se ha sobreestimado el éxito de los Corredores Verdes en Medellín, pues éstos no cambiaron en nada la realidad de cientos de miles de personas en esas zonas críticas por el ICU y terminaron convertidos en “islas forestales”, como calificó el profesor Jairo Espinosa Oviedo, de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional Medellín, mientras en esos barrios siguen esperando medidas de mitigación y adaptación para esta problemática.

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¿Medellín será una ciudad inhabitable? A mediados del siglo tendrá más de 60 días al año con calor extremo

Medidas como recuperación de cobertura vegetal, la masificación de huertas comunitarias, la permeabilización de suelos retirando asfaltos para aumentar suelos verdes, y, sobre todo, la ejecución a gran escala de los planes de mejoramiento integral de barrios que, salvo iniciativas que cumplieron ya más de dos décadas, ha sido un asunto prácticamente marginal para cada alcalde que pasó por la ciudad desde ese tiempo.

¿Cómo adaptar las ciudades de Latinoamérica para mitigar el calor extremo?

Carina Lakovits apunta que si bien existe aún una brecha grande para poder hablar de ciudades latinoamericanas adaptadas al calor extremo, los pilotos y proyectos a baja escala que han adelantado ciudades como Medellín evidencian que las soluciones a gran escala son, no solo alcanzables, sino que además no requieren inversiones mucho más altas a las que hoy se destinan, por ejemplo, para construcción de vivienda o infraestructura vial convencionales y poco aptas para la nueva realidad climática.

Por eso, más allá de la minucia técnica y el detallado análisis del problema, el informe de casi 200 páginas deja 45 acciones concretas que pueden ejecutar las ciudades que esperan prevalecer ante el calor extremo.

Por ejemplo, en cuanto a diseño urbano y uso del suelo, el Banco Mundial promueve la necesidad de un desarrollo compacto, vertical y de uso mixto que utilice el suelo de forma eficiente, de manera, explica Lakovits, que el uso del vehículo sea menor y las personas puedan encontrar en cortos desplazamientos a pie la mayoría de los servicios y productos que necesita.

Y otras que son todavía más puntuales, como la creación de corredores de ventilación que se logra alineando las calles principales en paralelo a los vientos dominantes, o disponiendo los edificios más altos en la dirección del viento para garantizar que el aire fresco pueda fluir desde los cuerpos de agua cercanos. Incentivar que en las construcciones que se levantan en los barrios, en lo posible, los diseños traten de maximizar la sombra durante las horas más calientes, teniendo en cuenta los ángulos del sol; también que se promuevan los techos fríos y verdes.

Igualmente se requiere, según complementa Paula Restrepo, lograr grandes transformaciones en la infraestructura de servicios de la ciudad. Por ejemplo, establecer centros públicos de enfriamiento y trabajar con organizaciones comunitarias para llegar a los grupos vulnerables; o adoptar pavimentos fríos y revestimientos reflectivos; organizar la planificación alrededor de cuerpos de agua existentes, añadiendo a los nuevos proyectos la llamada infraestructura azul (por ejemplo, estanques dentro de los parques).

Y el informe también plantea como prioritarios los programas y planes de protección social para ayudar a los trabajadores (incluyendo los de la economía informal) cuyos medios de subsistencia se vean perturbados por el calor extremo. Y, por supuesto, tener planes de mejoramiento de viviendas en zonas informales, esto es innegociable para tener una ciudad adaptada al calor extremo.

Las dos expertas también señalaron que sin dilación urge establecer medidas de choque, por ejemplo, incluir en los sistemas de alerta temprana rutas y planes que le indiquen a la población y a las autoridades qué hacer en episodios de olas de calor, cómo coordinarse, qué medidas generales tomar, en qué sectores de la población concentrar esfuerzos. Cómo cuidar la vida en un planeta cada vez más caliente.

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