En una carta de tono personal, crudo y crítico, el exministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva Durán, hizo una serie de denuncias que ponen en entredicho la estabilidad personal y el liderazgo del presidente Gustavo Petro. El documento ciertamente hay que leerlo entre líneas, pues cita episodios de los que Leyva habría sido testigo cuando hizo parte del gabinete del jefe de Estado, pero de los que Petro poco ha aclarado. Uno de los más impactantes: asegura que el presidente “se perdió” durante dos días en París durante una visita oficial, sin que ni su canciller supiera de su paradero.
“Los recuerdos que todavía tengo frescos de episodios ocurridos siendo yo el primer testigo, me producen aún desazón y desconcierto. Uno de ellos, la ocasión en que usted se desapareció dos días en París durante una visita oficial. Como si la inteligencia francesa fuera incompetente como para no haber conocido su paradero”, escribe el excanciller antes de acusar directamente a Petro de tener problemas de drogadicción no resueltos.
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El viaje al que hace referencia Leyva ocurrió entre el 21 y el 25 de junio de 2023. El presidente viajó a continente europeo para participar de la Cumbre para un Nuevo Pacto Financiero Mundial. Sin embargo, y pese al carácter oficial de la visita, la estancia de Petro en Francia fue noticia por una conducta que entonces ya se le cuestionaba: sus llegadas tarde o desapariciones sin explicación de la agenda.
El sábado 24 de junio, Petro firmó el decreto 1003 de 2023 para modificar el día de regreso de Francia debido a “un cambio en la agenda del señor presidente”, por lo cual regresaría hasta el domingo 25. Ese cambio en el itinerario de Petro se justificó en que se iba a reunir con altos directivos de la compañía Dassault Aviation, una de las empresas en puja entonces para hacerse al millonario proceso para renovar la flota de aviones de combate de la Fuerza Aérea.
Sin embargo, fue el exministro del Interior y luego embajador en Francia, Alfonso Prada, quien dijo que el mandatario canceló esa reunión. Así mismo, fuentes al interior de la Casa de Nariño le contaron en su momento a EL COLOMBIANO que en la agenda pública esa era la única reunión que tenía para el domingo y que, apenas se canceló, se fueron al aeropuerto para el regreso a Colombia.
Entonces, una pregunta que quedó en el aire: ¿dónde estuvo el presidente si canceló esa reunión? Aunque la respuesta que obtuvo este diario con dos fuentes en la Presidencia es que pidió agenda privada –como lo hace también en Colombia para atender asuntos personales y familiares–, las dudas sobre por qué se alargó un viaje para una reunión que se canceló, no se disiparon. Incluso, esta contingencia tomó por sorpresa a los periodistas que acompañaron al jefe de Estado en el viaje internacional, pues la extensión de la estadía causó que se quedaran sin reserva de hotel.
Un periodista que cubre Presidencia y acompañó esos periplos le dijo en ese momento a EL COLOMBIANO que “no hemos podido confirmar que por esa razón (extender el viaje) los periodistas se hayan quedado sin hotel”, ya que “el checkout se hizo y tuvieron que buscar otro hotel; ya ha pasado en otros viajes”. Con todo y eso, los comunicadores tuvieron que buscar hotel y, según el reportero, “para el domingo, Presidencia les buscó un AirBnb y algunos (2 o 3) se quedaron en la residencia del embajador”.
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Otro reportero bajo reserva le dijo a este diario cómo fue el detalle de la logística por los movimientos del presidente. El viernes 23 de junio a las 5 p.m. (hora París) el grupo de comunicadores tenía agendado el traslado hacia el aeropuerto para tomar el vuelo que los regresaría a Colombia. “Ahí salió (Alfonso) Prada a decirnos que al otro día iba a haber una rueda de prensa, que iban a hablar de los Kfir”, recuerda el periodista, que inmediatamente confrontó al embajador.
“Ustedes no saben dónde está el presidente”, le dijo el reportero, a lo que Prada le respondió: “Esta no es una mentira, esta es una argucia porque no sabemos qué hacer para alargar el decreto (que decía que Petro volvía, supuestamente, al otro día a Colombia)”. “Por eso se inventaron la supuesta reunión y alargaron el decreto”, narró el periodista, a quien incluso una persona de alto perfil le mostró la puerta, en la residencia del embajador, por la que se “voló” el presidente. “Me muestra una puerta blanca chiquita y me dice, ‘por esa puerta es por donde el mayordomo saca la basura, por ahí se voló porque se le voló al esquema de seguridad’”.
Ahora, contrario a las razones oficiales que entonces ofreció Presidencia como excusa para alargar el viaje, Leyva acusa a Petro de haberse perdido en Francia. “El episodio en París fue embarazoso para mí como persona y como su Canciller. Y mucho más cuando supe en dónde había estado”, escribió el exministro, quien sostiene que este hecho le permitió confirmar lo que ya sospechaba: un presunto problema de drogadicción del mandatario.
“Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción. ¿Pero qué podía yo hacer? Seguro fui inferior. Lo he debido aproximar, ayudar, asistir oportunamente”, dijo. “Lo cierto es que nunca se repuso usted. Es así. Su recuperación lastimosamente no ha tenido lugar”, continuó en la misiva.
La carta también señala un progresivo aislamiento del presidente, su falta de comunicación con los ministros y la influencia desmedida de un círculo cercano que, según Leyva, incluye a Ricardo Roa, Armando Benedetti y a Laura Sarabia, a quienes acusa de haber “secuestrado” al mandatario. “Desvincule a quienes se han abusado de usted”, le ruega Leyva, advirtiendo que esas figuras “le han hecho y continúan haciéndole terrible daño”.
El excanciller va más allá y describe a Petro como un líder atrapado en una espiral de “soledad, ansiedad, depresión y otras manifestaciones de difícil superación”. Incluso lo acusa de abusar del poder al utilizar un discurso incendiario que incita a la “lucha de clases”, recordando el reciente editorial de El Espectador que calificó su retórica como “intolerable”.