La Defensoría del Pueblo emitió un pronunciamiento en el que condena enérgicamente las amenazas dirigidas contra funcionarios de la Personería de Bogotá y agentes del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec).
Estas intimidaciones habrían sido generadas desde los centros penitenciarios La Picota y La Modelo, según información preliminar.
Las amenazas surgieron en el contexto del ejercicio de funciones de vigilancia, inspección y defensa de derechos humanos dentro de las cárceles.
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La entidad advirtió que ninguna forma de violencia puede ser considerada un medio válido para exigir derechos o presionar decisiones administrativas o judiciales.
¿Qué exige la Defensoría del Pueblo?
Con el objetivo de prevenir que las amenazas se materialicen y salvaguardar la vida de los funcionarios públicos afectados, la Defensoría del Pueblo solicitó a varias entidades del Estado colombiano que tomen medidas inmediatas:
Por el lado de la Fiscalía, solicitó que investigue los hechos con celeridad, y que comparta sus hallazgos con los Jueces de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, para que estos los consideren en decisiones sobre libertades condicionales de los implicados.
Al Inpec se le pidió ejercer un control razonable y proporcional para mantener el orden en los centros de reclusión y evitar que las amenazas se hagan realidad. Además, se instó a crear rutas efectivas de denuncia y protección para custodios y demás funcionarios.