En el pabellón de extraditables de la cárcel La Picota de Bogotá fue encontrada una pistola Glock 26 9mm. El hallazgo encendió las alarmas y develó un aparente plan para atentar contra la vida de Giovanni Andrés Rojas, alias Araña, comandante de los Comandos de Frontera que permanece recluido en ese penal desde febrero pasado.
“Se establece la presunta existencia de un plan con la finalidad de atentar contra la vida de un facilitador de paz, quien se encuentra recluido en la Penitenciaría La Picota”, se lee en un informe del Gaula de la Fiscalía.
La pistola, dice el informe, estaba escondida en un rincón del penal y, al parecer, estaba en poder de otros privados de la libertad que tienen antecedentes por pertenecer a la banda criminal transnacional Tren de Aragua y que están en proceso de extradición.
Información difundida por W Radio indica que el operativo ocurrió el pasado 10 de julio hacia las 8:00 de la noche. Al pabellón de extraditables ingresaron 30 agentes del CTI de la Fiscalía y la senadora Isabel Zuleta del Pacto Histórico.
Se sabe que Andrés Felipe Marín Silva, alias Pipe Tuluá, cabecilla de la banda criminal La Inmaculada (también detenido con fines de extradición) fue quien alertó del plan criminal contra el disidente.
Araña es comandante de las disidencias de los Comandos de Frontera y fue capturado, justamente, mientras participaba en un cliclo de negociación con el Gobierno el pasado 12 de febrero en un hotel de Bogotá. Es requerido por la Corte del Distrito Sur de California (Estados Unidos) por cargos relacionados con tráfico de estupefacientes.
Geovany Rojas hizo parte del grupo criminal Los Rastrojos, una de las agrupaciones ilegales que en su momento alcanzaron a ser considerados como el objetivo principal de las autoridades. Mientras hizo parte de esta agrupación, alias Araña fue condenado a 29 años de cárcel por varios delitos, entre los que están concierto para delinquir agravado; homicidio; fabricación, porte y tráfico de estupefacientes y fabricación, tráfico y porte de armas de fuego y municiones.
Rojas estaba recluido en la cárcel de Cómbita, en Boyacá, sin embargo, en el año 2017 salió del centro de reclusión al ser designado por el gobierno de ese momento como gestor de paz.