La Fiscalía tiene en su poder chats y grabaciones que comprometen a Jaime Ramírez Cobo, exasesor del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), en conversaciones sobre contratos presuntamente usados para asegurar votos de congresistas cuando el Ministerio de Hacienda necesitaba aprobar créditos de la Nación.
Las comunicaciones, obtenidas en interceptaciones ordenadas por la Corte Suprema de Justicia, lo ubican como una pieza clave en el entramado investigado por el escándalo de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).
El material recolectado por la Sala de Instrucción de la Corte Suprema, al intervenir las líneas telefónicas de cinco congresistas investigados, fue revelado por el diario El Tiempo.
Son señalados de presuntamente negociar contratos de la UNGRD a cambio de su voto favorable en iniciativas del Gobierno tramitadas en las comisiones económicas del Congreso. En ese paquete de pruebas figuran llamadas, mensajes y chats en los que Ramírez Cobo aparece hablando de la asignación de proyectos y de gestiones ante entidades del Estado.
En este escándalo están salpicados Karen Astrid Manrique, Julián Peinado, Juan Pablo Gallo, Wadith Manzur, Liliana Bitar y el excongresista Juan Diego Muñoz.
Una de las conversaciones que más suspicacias despierta involucra directamente a Ramírez Cobo y a una mujer que, según los investigadores, fue cercana a la entidad. En la llamada, ocurrida en septiembre de 2024, la interlocutora le pregunta por la versión que entregó a la justicia y le aconseja asesorarse jurídicamente e “ir siempre un paso adelante”. En medio del diálogo, le recomienda no mencionar a Laura Sarabia, entonces una de las figuras más poderosas del Gobierno.
Ramírez Cobo fue asesor del Dapre y también trabajó con Laura Sarabia cuando esta se desempeñaba como jefa de Despacho de la Presidencia. Además, es amigo personal de Andrés Sarabia, hermano de la hoy embajadora de Colombia ante el Reino Unido.
Otra llamada interceptada involucra a Nicolás Alcocer, hijo de la primera dama. En la grabación, uno de los vigilantes contacta a Ramírez Cobo para avisarle que “Nicolás, el hijo de la primera dama”, lo está buscando. El exasesor responde que ya se comunicará con él porque se encuentra en el Ministerio de Hacienda.
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El asesor necesitaba firmar tres contratos para Saravena, Cotorra y el Carmen de Bolívar, por 92.000 millones de pesos. Esos contratos fueron enviados en una matriz de Word directamente por Ramírez Cobo a los altos funcionarios de la UNGRD.
En el chat quedaba claro que el objetivo de los proyectos era que no se cayeran “los créditos de la nación”. Es decir, tres proyectos hechos con recursos públicos, aparentemente con sobrecostos, para que los congresistas votaran según los intereses del Gobierno y especialmente del entonces ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla.
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