Valeria Afanador, la menor de 10 años que estuvo desaparecida 18 días y fue hallada muerta muy cerca a su colegio, donde fue vista por última vez, fue despedida este domingo en el municipio de Cajicá en medio de la tristeza profunda de sus padres, familiares y amigos.
Aunque el dolor era evidente, su familia quiso despedirla con alegría y por eso, pidieron a quienes fueron a despedirla que utilizaran prendas y llevaran globos de colores a la iglesia de la Inmaculada Concepción del municipio cundinamarqués donde fueron sus exequias.
Allí, el pequeño féretro blanco que contenía los restos de la niña se vio rodeado del amor, pero también de la profunda tristeza que deja su inesperada muerte, cuyas razones aún están por esclarecer.
En medio de la despedida, Manuel Afanador, padre de la Valeria, pronunció un desgarrador discurso en memoria de su hija. “Aprendimos que en los niños no hay maldad, vimos que los niños son amor. Y hoy, con mi alma partida en pedazos, le devuelvo a Dios ese angelito que me mandó, que me hizo muy feliz, que me hizo reír, que me hizo llorar”, dijo.
“Durante 10 años aprendí que Valeria era mi mundo”, agregó el desconsolado padre.
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“La despido con la fe de que algún día nos encontraremos y que me dé esos abrazos tan menudos, que me hacen mucha falta, pero que así mismo me dan la fortaleza de seguir adelante por la vida de Santiago y de Manuel (sus dos hermanos), por Luisa (la mamá de Valeria), por mis papás, por mis suegros, por mis sobrinos, por todos y por todas estas personas que hoy oran porque nuestra familia tenga un consuelo para que este ángel cubra este municipio”, sostuvo.
Manuel, quien encabezó la búsqueda de su hija desde el pasado 12 de agosto, cuando fue reportada su desaparición, pidió justicia por el crimen de su hija porque, según él, “fue el hombre lleno de maldad que nos la quitó”.
“Con todo mi corazón, Valeria de mi vida, la princesa que vino a pintar de mil colores mi vida, hoy se la entrego a Dios para que ilumine nuestra vida de esta familia. Eternamente, vuela alto con Dios, vuela alto”, concluyó.
Tras 18 días de búsqueda, el cuerpo de la menor con síndrome de Down fue encontrado el viernes, 29 de agosto, a escasos metros del colegio donde estudiaba, el Gimnasio Campestre los Laureles, lugar en el que fue vista con vida por última vez el 12 de agosto y cuyos alrededores fueron recorridos e inspeccionados casi a diario.
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De hecho, el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, aseguró que en esa zona donde el cuerpo de la menor fue encontrado, las autoridades habían hecho un nuevo barrido apenas dos días antes, el miércoles 27, por eso insistió en que “quienes participaron en ellas aseguran que resulta improbable que el cuerpo hubiese estado allí desde entonces” porque además, el radio de búsqueda se fue ampliando con el paso de los días de cuatro, seis y 12 kilómetros a la redonda del colegio.
“Apareció con su sudadera en una zona aledaña al colegio. Nos queda la sensación de que la dejaron recientemente en el sitio”, agregó el gobernador.
Sin embargo, la aparición del cuerpo en un lugar que ya había sido inspeccionado también podría deberse a una falla en el protocolo de búsqueda, en el que participaron unas 200 personas entre rescatistas y voluntarios. No se descarta ninguna posibilidad.
Ante este panorama, las dos hipótesis que se manejaban tras la desaparición de Valeria, la de que se hubiese caído al río o haber sido raptada, no se descartan.
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