Elí Mejía Mendoza, alias Martín Sombra, quien fue conocido como el carcelero de las Farc, pues fue el responsable de custodiar a los secuestrados durante varios años, falleció en un hospital de Bogotá, según se confirmó este lunes 19 de mayo. Mentiroso, bebedor, embaucador y cruel, son algunas de las particularidades por las que es recordado.
Era el carcelero de las personas que por años secuestró las Farc en el marco del conflicto armado. Sus víctimas los recuerdan por sus prácticas crueles y vejámenes. Entre los prisioneros que estuvieron bajo responsabilidad de este integrante de la guerrilla firmante del acuerdo de paz en el año 2016 están la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, su compañera de campaña Clara Rojas y el exgobernador Alan Jara.
Lea también: Martín Sombra, el “carcelero de las Farc”, murió en el hospital El Tunal en Bogotá
“Martín Sombra” fue carcelero desde el año 1998, cuando asumió el control del frente Mario Hernández, encargado de vigilar a los secuestrados de alto perfil para la organización criminal, entre quienes estaban políticos y militares.
Sin embargo, esta no fue la única función que cumplió Mejía Mendoza dentro del grupo guerrillero, pues en medio de las declaraciones dadas a la JEP, el criminal reconoció que otra de las actividades desempeñadas dentro de esa guerrilla era el de reclutar y entrenar a menores de edad, quienes eran preparados para enfrentar a la fuerza pública en combate.
“Hay una tribu que come gente. Son caníbales, indios, salvajes. En medio del entrenamiento de las fuerzas especiales de las Farc, les di orientaciones a los niños para que, en un eventual caso de desplazamiento, si no encontraban el alimento, la carne de humano servía para comer”, manifestó el cabecilla guerrillero en una declaración al tribunal especial el pasado 13 de julio de 2023. Los menores aprendían por parte de este insurgente tácticas para ser letales frente a sus oponentes, como atacar con efectividad el cuello, la nariz y las orejas.
Alias Martín Sombra fue capturado y condenado a décadas de prisión, sin embargo, para evadir la vida tras las rejas, pidió pista ante la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) en donde, a cambio de contar la verdad y aportar al esclarecimiento de hechos, pedía el beneficio de la libertad.
El hombre, fundador de al menos 10 frentes de las Farc, fue admitido años atrás en esa jurisdicción especial donde fue cuestionado por sus pocos y creíbles aportes a la verdad, pese haber expresado su voluntad y disposición para atender cualquier requerimiento de cualquier órgano del Sistema Integral de Paz.
Mejía Mendoza estaba imputado por la Fiscalía por más de 160 delitos cometidos durante su historial delictivo en las Farc, grupo al cual perteneció desde el año 1966, cuando aún era menor de edad. Para 1970 ya hacía parte del Frente 11, donde se ganó el alias que lo acompañó hasta el fin de sus días. En el año 1992 participó en la primera toma armada del municipio de Puerto Rico en el departamento del Meta.
También reconoció la autoría de la masacre en Mapiripán, perpetuada en el mes de julio de 1997, aunque estas últimas han sido cuestionadas por diferentes organizaciones, quienes han indicado que declaraciones de tiempo atrás han relacionado ese hecho con las autodefensas de Carlos Castaño.
Sigan leyendo: El temido ‘Martín Sombra’ se salvó de ser expulsado de la JEP ¿qué puso en riesgo su acogimiento?
El año pasado, se salvó de ser expulsado de la JEP, que abrió en su contra un incidente de incumplimiento después de que fuera acusado por la Fiscalía General de la Nación por el delito de secuestro extorsivo agravado, por hechos ocurridos después de la firma del Acuerdo Final de Paz.
Este señalamiento se consideró un posible indicio de incumplimiento a las obligaciones que asumió cuando se sometió a la JEP. El caso fue analizado por la Sala de Amnistía o Indulto, que al cabo de varias semanas determinó cerrar el trámite al no encontrar elementos que permitieran concluir que incumplió el régimen de condicionalidad.