Todo parece distinto. La exposición Colcha de recetas, de Maritza Sánchez intenta recrear la sala y el comedor de la casa donde creció, pero ya casi ninguna casa se ve así. Ahora todo parece más un muestrario de Ikea, una foto de Pinterest. Pero nada es tan distinto realmente.
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“Quisimos hacer la sala y el comedor porque es el lugar donde pasan muchas cosas, cada vez menos, creo yo, pero en el caso de mi casa era donde mi mamá, que era ama de casa, nos hacía los uniformes, planchaba. Ahí también comíamos, ayudábamos a preparar los alimentos, jugábamos parqués, hacíamos visita, la mesa del comedor era como el centro de la casa”, dice Maritza.
Es pues, la oficina de las amas de casa, encargadas siempre del cuidado, aunque el cuidado no se entiende como un trabajo.
La exposición incluye siete cosas hechas por la mamá de Maritza, entre otras una colcha, un mantel, un apoyabrazos, una cenefa y un par de cuadros. Es un homenaje a su mamá que murió hace 13 años, pero también a las demás mujeres de su familia, las encargadas del cuidado.
Así, aunque la salas ahora se vean distintas, la vida sigue siendo muy parecida. El cuidado sigue siendo un asunto de mujeres y las cosas de las que hay cuidarse siguen siendo las mismas.
“Hay un gran tema de fondo que es el cuidado y que es transversal a todo, pero yo no quise que la muestra fuera algo académico, sino más personal. Todo nació por una serie de hallazgos. Desde que se murió mi mamá mis hermanas y yo nos hemos encontrado notas y cosas que ella escribía por ahí en libreticas recetas para fortalecer el pelo, el zumo de la felicidad para el estrés, cocina para microondas, cosas para la anemia, muchas cosas del cuidado, de la salud, muy medicinal todo, muy basado en plantas”, dice Maritza.
Ese homenaje se traduce en bordados, hechos por Maritza, que además de ser comunicadora social y profesora de radio de la Universidad de Antioquia, es también costurera como su mamá.
“No soy tan pulida como mi mamá, pero me gusta hacerlo y me gusta como metodología para hablar sobre derechos humanos, sobre todo con mujeres campesinas a través de un proyecto que muevo que se llama Ancestra”, dice Maritza.
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En de Ancestra se han ido hilando muchos de los intereses de Maritza, la comunicación, los asuntos del cuidado, los derechos humanos, las mujeres, el feminismo y la costura. El proyecto busca generar conversaciones con mujeres para desnaturalizar tantas violencias que se han normalizado en las familias y las relaciones de pareja, el abuso sexual, la violencia doméstica, pero esa es otra historia.
La exposición Colcha de Recetas, la primera individual de Maritza, estará abierta hasta finales de abril. Este sábado 29 de marzo se lanzará una publicación que llevará el mismo nombre de la exposición, y que incluye siete relatos y cinco recetas. Son las historias de algunas mujeres de la familia de Maritza, un homenaje a su legado, su trabajo, al cuidado. Es una forma de mantenerlas vivas en sus tradiciones.
“Los relatos traen al final un pequeño recetario porque también son como un llamado a que conversemos con las mujeres de la familia y con la gente mayor que sabe un montón de cosas y a veces damos por sentado que están ahí”, dice Maritza.
