En este nuevo álbum, la cantante paisa explora el merengue house, un generó que fue muy popular en los años 90 gracias a grupos como Fulanito, Proyecto Uno y Sandy & Papo.
Fariana volvió al principio, a esa música que la hizo querer hacer música: el merengue house o merengue hip hop, una especie de Frankenstein que armaron los jóvenes dominicanos en Nueva York mezclando todas sus influencias (merengue, house y hip hop).
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Un género que tuvo su apogeo en los años noventa de la mano de grupos como Proyecto Uno, Sandy & Papo, Fulanito e Ilegales, pero que parece haber sido borrado de la historia por el tsunami que ha sido el reguetón.
En Música Para Bailar, Fariana lo trae de vuelta, y aunque sabe que es un riesgo apostar por un género casi olvidado, apuesta todo, porque si algo le sobra a Fariana es la convicción de hacer lo que le gusta, seguir sus palpitos. EL COLOMBIANO habló con ella.
“El disco empezó a gestarse desde que yo saqué El Caballito, eso me cambió la vida. Yo siempre he hecho la música que me hace feliz, pero ver a la gente, los abuelos, los niños, todos, bailando el challenge me tocó muchas fibras y algo me dijo dentro de mí que siguiera por ese camino, y por ahí volví al principio. Yo llegué a la música urbana por el merengue house, a los 7 años. Ese fue mi primer acercamiento con el rap, Magic One, Proyecto Uno, por eso fluyo tanto en ese ritmo, yo vengo de ahí. Este disco es como abrazar a mi yo de 7 años”.
“Sí, yo siento que estoy empezando otro ciclo de mi vida y es muy bonito que sea con merengue house. Cuando yo propuse el proyecto mi manager me dijo que estaba loca, pero no, este merengue tiene todo lo que yo soy, mi rap, mi delivery, mi jerga, mi sonoridad. Trate de incluir en el álbum todos los colores del merengue que hay”.
“Yo siempre estoy arriesgándome, me encanta decir lo que siento y pienso y punto”.
“Sí, es complicado”.
“Y yo siempre he llevado la contraria, desde Factor X, yo creo que tenía más haters que fans. Con el paso del tiempo me fui ganando un lugar en la música urbana y creo que la gente lo empezó a notar con mi trabajo. Era un momento difícil, no había muchos referentes: Ivy Queen, La Factoria, La Mala Rodríguez. Comercialmente eran muy pocas. Me costó, pero valió la pena. Yo soy de tomar riesgos, lo estoy haciendo con este álbum”.
“Es que yo soy muy así. Soy muy abierta, hablo de lo que estoy viviendo y estoy muy a favor de que las mujeres hagan lo que les de la gana y mis letras son eso. Nadie tiene porque estarte cuñando para que no hagas, pienses o digas, siguiendo el patrón de todos. Haz lo que te salga y punto, esa son mis líricas. Yo siempre me muestro bien fuerte porque quiero que cuando otra mujer escuche esto se pare al espejo y se sienta igual que yo, eso es lo que representa Fariana, más que Farina”.
“Si, duré dos años tomando la decisión. La gente, sobre todo en Colombia, sabe que mi nombre es Farina, pero Fariana es más como una nueva era. Es mucho más poderosa, está mucho más segura de sí misma, no sobre piensa tanto. Me siento como un super Saiyajin ahora mismo. Tengo la convicción de hacer lo que yo quiero”.
“Claro que sí. Todo lo que hacen los raperos, los artistas urbanos me ayuda mucho a mí porque la gente entiende más lo que yo quiero dar el día que yo vaya a sacar un álbum de rap, por ejemplo”.
“Va a pasar muy pronto”.
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