Rosalía volvió a sorprender con el estreno de “Berghain”, el primer sencillo de su próximo disco Lux, que verá la luz el 7 de noviembre. El título rinde tributo al legendario club techno de Berlín, un espacio que desde hace dos décadas encarna la cultura nocturna, la transgresión y la creatividad de la ciudad.
El tema, en colaboración con Björk y Yves Tumor, llegó acompañado de un videoclip dirigido por Nicolás Méndez, del colectivo CANADA. Lejos de la electrónica pura que podría esperarse, la cantante apuesta por una atmósfera íntima, guiada por violines, orquestas, coros e imágenes que oscilan entre lo cotidiano y lo onírico. Planchas, consultas médicas y escenas domésticas se transforman en símbolos de deseo, vulnerabilidad, orden en medio del caos y rapidez que trasmite la pieza musical como abrebocas de su nuevo trabajo.
Pero, ¿qué es Berghain?
El club Berghain, situado entre los barrios de Friedrichshain y Kreuzberg, abrió sus puertas en 2004 en una antigua central eléctrica. Su reputación creció hasta convertirse en institución cultural: en 2016, un tribunal alemán lo clasificó dentro del mismo rango fiscal que los teatros y museos, reconociendo su valor artístico y su impacto en la vida cultural de Berlín.
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Entrar a Berghain es casi un ritual. Las filas eternas, el estricto filtro de ingreso y el código de vestimenta —negro absoluto y actitud discreta— son parte de su mística. Adentro, los celulares quedan sellados: no se permiten fotos ni videos, una medida que refuerza su espíritu de libertad y anonimato. En la planta baja domina el techno más puro, mientras que en el nivel superior, el Panorama Bar, se abre espacio al house.
El club ha trascendido las pistas de baile para convertirse en referente de arte contemporáneo y moda. Sus muros han albergado exposiciones, presentaciones y eventos exclusivos de grandes firmas, consolidando su lugar como símbolo de la cultura underground europea.
En ese contexto, Rosalía convierte el nombre Berghain en algo más que una referencia geográfica: lo usa como metáfora de intensidad y frontera, de los límites entre lo cotidiano, lo oculto, lo real y lo humano. Su nuevo tema, que combina la sensibilidad orquestal con la experimentación visual, confirma su voluntad de reinventarse y explorar nuevos lenguajes sonoros.