Con su coronación como campeón de LaLiga en la temporada 2024-25, Hansi Flick no solo devolvió el brillo al Barcelona, sino que reafirmó su lugar entre los grandes técnicos de Europa.
El alemán, de 60 años, llegó a Cataluña en un momento crítico, marcado por los problemas económicos y los coletazos de la salida de Lionel Messi. Con su estilo metódico y su liderazgo, logró rearmar un equipo fracturado y llevarlo de nuevo a lo más alto del fútbol español.
Nacido el 24 de febrero en Heidelberg, Flick tuvo una carrera discreta como futbolista (mediocentro en equipos como el Bayern Múnich y el Colonia), pero su verdadero legado comenzó en los banquillos.
Tras retirarse, se formó como asistente técnico de Joachim Löw en la selección de Alemania (2006-2014), siendo una pieza clave en Brasil 2014, donde los teutones se coronaron campeones. Previamente, había dirigido al TSG 1899 Hoffenheim y también había sido ayudante en el Red Bull Salzburg de Austria.
Su salto a la fama como técnico en propiedad llegó en 2019, cuando asumió el Bayern Múnich. En solo 18 meses, logró un sextete histórico (Bundesliga, Champions League, Copa de Alemania, Supercopa de Alemania, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes), con un fútbol ofensivo y vertical que cautivó al mundo.
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Thomas Müller, exjugador e ícono del Bayern, recordó la influencia positiva de Flick dentro del vestuario bávaro: “Hansi entendía el fútbol como un juego de emociones. Nos hizo creer que podíamos ganarlo todo.”
Su etapa como seleccionador germano, entre 2021 y 2023, fue menos exitosa: una eliminación prematura en Catar 2022 (no pasó de la fase de grupos) y malos resultados —como la derrota por goleada 4-1 ante Japón en un amistoso— lo llevaron a su destitución. Pero el Barça, necesitado de un proyecto sólido tras la era Xavi, confió en él en 2024.
A mitad de 2024, Hansi Flick firmó por dos años con el club blaugrana. El alemán impuso un 4-2-3-1 dinámico, recuperó a figuras como Frenkie de Jong, Pedri y Raphinha —quien tenía un pie y medio fuera del equipo— y potenció a jóvenes como Lamine Yamal, Marc Casadó y Pau Cubarsí.
Su obsesión táctica y manejo del vestuario le permitieron superar al Real Madrid en una Liga ajustada, además de arrebatarle a la “Casa Blanca” la Supercopa de España y la Copa del Rey.
Tras la obtención del título número 28 de LaLiga para el club, Hansi Flick expresó: “No es la Liga de Lamine (Yamal) o de Flick. Es la Liga del Barcelona. Todos somos importantes. El grupo es la clave.”
“Seguiremos trabajando y buscando ser mejores”, agregó el orientador en rueda de prensa tras el triunfo 0-2 sobre el Espanyol y la posterior consagración.
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Ajeno completamente al mundo culé, desde su llegada al banquillo trabajó en silencio. Demostró mucha disciplina e impulsó un juego de ataque que volvió a poner al Barça en la más alta competencia europea.