Con autoridad y talento, la selección femenina Sub-17 de Brasil venció 3-0 a Marruecos y marcó territorio desde el primer partido.
La magia brasileña volvió a hacerse sentir en el escenario mundial. En el inicio del Mundial Femenino Sub-17, la Selección de Brasil demostró su jerarquía y su poderío ofensivo al vencer con claridad 3-0 a Marruecos, país anfitrión del torneo. Fue una presentación llena de ritmo, talento y eficacia que dejó en claro que el pentacampeón del mundo, incluso en categorías juveniles, sigue marcando la pauta del fútbol femenino internacional.
El estadio vibraba con la ilusión local. Miles de aficionados marroquíes se dieron cita para acompañar a su selección en el estreno más importante de su historia: debutar como anfitrionas de un Mundial. Pero frente a ellas estaba una Brasil con una idea clara, una propuesta ambiciosa y un grupo de jugadoras que no temen al protagonismo. Desde el primer minuto, las canarinhas impusieron condiciones, con posesión inteligente, presión alta y un juego colectivo que ahogó cualquier intento del conjunto africano.
El primer golpe llegó pronto, a los 12 minutos. Evelin, la delantera de movimientos rápidos y mirada letal, abrió el marcador con un tanto que silenció el estadio. Su celebración, mirando al cielo, reflejaba la confianza de un equipo que había viajado a Marruecos no solo a competir, sino a conquistar.
Lejos de conformarse, Brasil siguió presionando y dominando la mitad del campo. La figura de Giovanna Waksman creció con el paso de los minutos, manejando los hilos del ataque con precisión y elegancia. Fue precisamente ella quien amplió la diferencia con una definición perfecta que dejó sin opciones a la portera marroquí, a los 36’. El 2-0 antes del descanso era un reflejo justo de lo visto en la cancha: un Brasil superior en todos los aspectos del juego.
En el complemento, el libreto no cambió. Marruecos intentó adelantar líneas, empujado por el público, pero se encontró con un muro verdeamarelo firme y ordenado. La zaga, liderada por la capitana Lara, desactivó cada avance rival, mientras en ataque la velocidad por las bandas seguía generando peligro constante.
El tercer tanto fue obra de Allyne (75’), una de las joyas más prometedoras del fútbol brasileño. Su gol, producto de una jugada colectiva brillante, selló la goleada y el dominio total de Brasil, que controló los últimos minutos con la serenidad de un equipo que sabe que apenas comienza un largo camino.
Para Marruecos, el resultado fue un golpe duro, pero no definitivo. El debut mundialista siempre trae emociones intensas y presión añadida, y aunque el marcador no favoreció al conjunto local, el apoyo de su gente fue inquebrantable. Las jugadoras marroquíes lucharon hasta el final, intentando encontrar espacios y sostener la ilusión, pero se vieron superadas por la calidad técnica y la experiencia de las sudamericanas.
Con este triunfo, la Selección de Brasil Sub-17 se posiciona como una de las grandes candidatas al título. Su fútbol vistoso, la disciplina táctica y la eficacia frente al arco son virtudes que marcan diferencia en un torneo donde la juventud se mezcla con el talento puro. Evelin, Giovanna Waksman y Allyne firmaron los primeros tres goles de una escuadra que promete espectáculo y resultados.
El mensaje fue claro: Brasil llegó a Marruecos para soñar en grande. En su debut, el equipo mostró madurez, precisión y ese sello inconfundible que ha hecho de la verdeamarela un sinónimo de fútbol alegre y ganador. El torneo recién comienza, pero el golpe de autoridad ya está dado.
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