En una noche histórica para la franquicia, los Oklahoma City Thunder alzaron su primer título de la NBA desde su traslado en 2008, tras vencer 103-91 a los Indiana Pacers en un vibrante juego 7 de las Finales.
El Paycom Center, repleto y vestido de azul, vibró con la consagración de un equipo joven liderado por Shai Gilgeous-Alexander, MVP de las Finales, quien cerró la serie con 29 puntos y 12 asistencias en el partido decisivo.
El giro dramático llegó en el primer cuarto, cuando Tyrese Haliburton, estrella de los Pacers, sufrió una ruptura del tendón de Aquiles en la pierna derecha a los siete minutos de juego.
Hasta ese momento, Haliburton había aportado nueve puntos (tres triples), pero su ausencia dejó a Indiana sin su principal creador de juego. El base abandonó la cancha entre lágrimas y fue visto después en muletas.
Con el marcador 47-48 al descanso, los Thunder desataron su mejor versión en el tercer periodo: una defensa agresiva y una ráfaga de triples les permitieron un parcial de 34-20, incluyendo 18 puntos generados por errores de los Pacers que acumularon 23 pérdidas en total, que Oklahoma convirtió en 32 puntos.
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Gilgeous-Alexander fue imparable, pero no estuvo solo. Jalen Williams (20 puntos) y Chet Holmgren (18 puntos) brillaron en roles clave, mientras la defensa de OKC limitó a Indiana a un 41.4% en tiros de campo, su peor porcentaje en playoffs.
Esto no parece real, tantas horas, tantos momentos, tantas emociones, tantas noches de incredulidad. Es una locura, este grupo se lo ha ganado”, declaró Gilgeous-Alexander en conferencia de prensa.
El armador canadiense de 26 años, se convirtió en el cuarto jugador en la historia de la NBA en obtener los galardones de MVP de la fase regular, de unas finales y ser el máximo anotador con un promedio de 32.7 puntos por juego en la misma temporada, junto con los legendarios Kareem Abdul-Jabbar, Michael Jordan y Shaquille O’Neal.
Este es el primer título para el Thunder desde 1979. La franquicia había ganado su único campeonato como Seattle Supersonics. Tras 17 años en Oklahoma, el equipo culmina una reconstrucción ejemplar, coronada con un récord de 68-14 en la temporada regular y 84 victorias sumando playoffs, igualando a los Bulls de 1996-97.
OKC es el séptimo campeón distinto de la NBA en siete años, reflejando una era de equilibrio en la liga. La última vez que una final llegó a un séptimo juego fue en 2016, cuando se enfrentaon los Cavaliers de LeBron James ante los Warriors de Stephen Curry.
Ante la ausencia de Haliburton, Bennedict Mathurin (24 puntos), T.J. McConnell (16), y Pascal Siakam (16) intentaron llevar a Indiana, pero sin éxito. OKC dominó en puntos en la pintura (48-36) y asistencias (25-18).
