Estados Unidos ordenó el despliegue de diez aviones de combate F-35 en un aeródromo de Puerto Rico para reforzar operaciones contra los carteles de la droga en el Caribe. Así lo informaron dos fuentes oficiales citadas por la agencia Reuters, en una medida que eleva la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro y aumenta la tensión regional.
Las aeronaves, que llegarán a finales de la próxima semana, se suman a una ya numerosa presencia militar estadounidense en el sur del Caribe. En las últimas semanas, Washington había enviado siete buques de guerra, un submarino nuclear y más de 4.500 marineros e infantes de marina, que han realizado maniobras anfibias en Puerto Rico.
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El movimiento ocurre en un contexto de máxima fricción entre Caracas y Washington. El pasado 2 de septiembre, fuerzas estadounidenses atacaron una embarcación que, según el presidente Donald Trump, transportaba drogas desde Venezuela. El hecho dejó 11 muertos, identificados por la Casa Blanca como miembros del Tren de Aragua, aunque las autoridades no han explicado qué justificación legal amparó el operativo ni precisado qué tipo de cargamento tenía la lancha. Amnistía Internacional pidió una investigación.
La escalada militar ya había encendido alarmas en Venezuela, que acusa a Estados Unidos de preparar una “intervención”. El 28 de agosto, Caracas pidió la mediación de la ONU y, en respuesta a la ofensiva, Nicolás Maduro activó una campaña de reclutamiento de reservistas y milicianos para enfrentar lo que calificó como un plan de agresión.