La OMS “está consternada y profundamente conmocionada por las informaciones sobre la trágica muerte de más de 460 pacientes y acompañantes en la Maternidad Saudita de El Fasher, en Sudán, tras los recientes ataques y secuestros de personal de salud”, indicó el jefe de la agencia de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la red X.
El jefe de los paramilitares sudaneses, el general Mohamed Daglo, dijo este miércoles que quiere “la unidad de Sudán por la paz o por la guerra”, en un discurso difundido en su cadena oficial de Telegram, desde un lugar no precisado.
“Sentimos mucho la catástrofe que les ocurrió a los habitantes de El Fasher (...) pero la guerra nos fue impuesta”, añadió Daglo, luego de que la Unión Europea denunció la “brutalidad” de los paramilitares.
Las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) anunciaron el pasado domingo haber tomado el control total de El Fasher, la última gran ciudad de la vasta región occidental de Darfur que no estaba en sus manos, un punto de inflexión en la guerra civil iniciada en abril de 2023.
Desde entonces, Sudán es escenario de una guerra por el poder entre el general Abdel Fatah al Burhan, comandante del ejército regular y líder de facto del país desde el golpe de Estado de 2021, y el general Mohamed Daglo, al frente de las FAR.
Este miércoles, el poder acusó a los paramilitares de haber atacado las mezquitas y la Cruz Roja en El Fasher, al tomar la ciudad que llevaban 18 meses asediando.
“Más de 2.000 civiles murieron durante la invasión de la milicia (paramilitar) en El Fasher, que atacó las mezquitas y a los voluntarios de la Cruz Roja”, afirmó desde Port Sudan, donde tiene su sede el gobierno, Mona Nur Al Daem, encargada de ayuda humanitaria.
Los análisis de imágenes satelitales “corroboran las pruebas de que las masacres continuaron en las 48 horas consecutivas a la toma” de El Fasher por parte de las FAR, abundó el Humanitarian Research Lab de la Universidad de Yale.
Dicho centro reportó ejecuciones cerca de dos hospitales, y masacres “sistemáticas” en la periferia de la ciudad.
Desde el pasado domingo 26 de octubre, más de 33.000 personas huyeron de la violencia, hacia la periferia de El Fasher y Tawila, una ciudad a 70 km al oeste, que ya alberga a unos 650.000 desplazados, según la ONU.
En El Fasher, donde antes de la guerra vivía más de un millón de personas, quedan alrededor de 177.000 civiles, de acuerdo con los datos más recientes de las Naciones Unidas.