Donald Trump anunció días atrás la implementación de aranceles para autos no fabricados en Estados Unidos, algo que afecta principalmente a las marcas europeas, quienes tienen importante participación en el mercado estadounidense, panorama contrario para las compañías de EE. UU. en Europa.
A partir del 2 de abril entrará en vigencia por orden de Trump una tarifa arancelaria del 25 % a “todos los automóviles que no son fabricados en Estados Unidos”, así lo anunció días atrás el mandatario estadounidense.
Lea también: Lo hizo oficial: Trump impuso aranceles del 25 % a los automóviles fabricados fuera de EE. UU.
Esta medida tiene, según el republicano, varios componentes, uno de ellos es que marcas de autos norteamericanas como Ford o General Motors no ensamblan sus vehículos en Estados Unidos, importándolos desde Canadá y México.
Otra de las razones es que varias marcas extranjeras tendrían una participación importante en el mercado estadounidense, pues dentro de las compañías con mayores ventas en la potencia del norte están Volkswagen, Mercedes-Benz, BMW, Audi y Volvo, además de fabricantes japoneses como Honda, Toyota y Nissan y autos coreanos como Hyundai y Kia.
Este es un intento de Trump para “equilibrar” la balanza comercial, pues para el presidente republicano hay unas “normas comerciales injustas y es necesario corregirlo”.
“¿Por qué los automóviles estadounidenses, con la notable excepción de Tesla, no son más populares en Europa?”, se ha preguntado en varias intervenciones Trump, concluyendo ante los estadounidenses que los europeos “no compran nuestros automóviles”.
Preferencia por los autos pequeños, un factor en contra de las marcas estadounidenses
Analistas de la industria automotriz dieron su opinión al diario BBC, explicando que una de las razones por las cuales no se ven autos estadounidenses en las carreteras europeas está relacionada con el costo.
Los expertos coinciden en que, al tener Estados Unidos precios más baratos del combustible en relación a Europa, las marcas de ese continente se toman la molestia de hacer vehículos cuya característica sea la eficiencia en el uso de combustible.
Esto lleva a que haya una preferencia por los autos pequeños sobre los vehículos grandes, una característica de los carros provenientes de EE.UU, así lo reconoció ante el medio anteriormente citado Mike Hawes, director ejecutivo de The Society of Motor Manufacturers & Traders en Reino Unido.
Arraigo por las marcas locales
Otro aspecto importante en el cual los vehículos norteamericanos pierden participación en el mercado en Europa es la tendencia en algunas naciones por las marcas locales, pues para José Asumendi, responsable de investigación de automoción europea, países como Francia, Alemania e Italia tienen una inclinación para la compra de productos locales, por lo que es difícil para empresas como General Motors, Tesla o Ford competir con BMW, Mercedes, Volkswagen y Audi en Alemania; Citroën, Peugeot y Renault en Francia y Alfa Romeo y Fiat en Italia.
A pesar de esto, hay otros países que están abiertos a las marcas extranjeras, sin embargo, también entra a jugar la gran presencia de otras empresas como las asiáticas, las cuales han ganado territorio con los vehículos eléctricos, algo que gana la preferencia de los europeos debido a los altos costos del combustible.
Estas razones explicarían el hecho de que el número de vehículos que salen de la Unión Europea a Estados Unidos quintuplican los autos que en viceversa, van desde la nación norteamericana al viejo continente.
Según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, los estadounidenses importan más de 600.000 vehículos europeos en un año mientras que a Europa llegan algo más de 100.000 autos de EE. UU.
Sigan leyendo: Esta es la única empresa que fabrica 100% de sus carros en EE. UU. y esquiva aranceles de Trump
