La petrolera brasileña Petrobras informó este lunes que obtuvo la licencia ambiental del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) para perforar un pozo exploratorio en aguas profundas del océano Atlántico, a unos 500 kilómetros de la desembocadura del río Amazonas y 175 km de la costa norte de Brasil.
El área forma parte del Margen Ecuatorial, una franja marítima considerada una de las nuevas fronteras energéticas más prometedoras de Sudamérica. Países vecinos como Guyana y Surinam ya han confirmado allí importantes reservas de crudo, lo que ha despertado el interés de Brasil por ampliar su mapa de exploración petrolera.
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Un proceso de cinco años y una licencia a menos de un mes de la COP30
La aprobación del Ibama se concretó tras un largo proceso regulatorio de casi cinco años, marcado por tensiones políticas y oposición de organizaciones ambientalistas.
Los ecologistas consideran que la zona de exploración es de extrema sensibilidad ambiental, ya que alberga ecosistemas frágiles como manglares, arrecifes de coral, territorios indígenas y hábitats de especies marinas en peligro de extinción.
La decisión llega antes de la Cumbre Climática COP30, que se celebrará entre el 10 y 21 de noviembre en Belém, una ciudad amazónica ubicada a pocos cientos de kilómetros del sitio donde Petrobras planea perforar.
Diversas organizaciones ambientalistas han calificado la autorización como una contradicción frente a los compromisos climáticos que Brasil busca destacar en ese encuentro global. Y han criticado duramente al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Petrobras se defiende
En respuesta a las críticas, Petrobras aseguró haber cumplido con todos los requisitos ambientales exigidos por el Ibama.
La presidenta de la compañía, Magda Chambriard, afirmó que la perforación comenzará de inmediato y tendrá una duración estimada de cinco meses.
Y expresó su optimismo frente al inicio de las operaciones al afirmar que la compañía tiene expectativas de obtener excelentes resultados y comprobar la existencia de petróleo en esta nueva frontera energética.
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Pese a las garantías técnicas, el proyecto ha reavivado las tensiones dentro del gobierno brasileño entre los sectores que promueven la expansión energética y aquellos que defienden una transición más acelerada hacia fuentes limpias.
Tensión entre desarrollo energético y preservación ambiental
La exploración en el Margen Ecuatorial representa un desafío clave para Brasil, que busca equilibrar sus metas climáticas con la necesidad de mantener su liderazgo energético regional.
Si bien el potencial económico de la zona podría ser enorme, la presión internacional y local por proteger la biodiversidad amazónica podría condicionar los próximos pasos del proyecto.
El resultado de esta primera perforación podría definir no solo el futuro de Petrobras en el norte del país, sino también la imagen ambiental de Brasil de cara a la COP30.
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