El presidente estadounidense Donald Trump informó en su red social Truth Social que autorizó un aplazamiento de 90 días de la porción superior al 10% en los aranceles recíprocos, que empezó a regir hoy, a los socios comerciales que se han abstenido de tomar represalias contra EE. UU.
Por lo tanto, el país norteamericano cobrará solo el arancel universal básico del 10% que comenzó a aplicarse a partir de abril 5. En contraste, el mandatario anunció que aumentará los aranceles a China de 104% a 125% debido a sus represalias contra EE. UU. Ambas medidas tendrán efectos inmediatos.
De esa manera, “la pausa arancelaria de 90 días de Trump impulsó los índices, pero la intensificación del conflicto con Pekín mantendrá la volatilidad en el horizonte”, mencionó Quásar Elizundia, estratega de Investigación de Mercados de Pepperstone.
El experto destacó que el mercado accionario estadounidense experimentó una jornada de euforia este miércoles, observando uno de sus mayores repuntes desde 2020, tras el anuncio de la administración Trump de una pausa temporal en la aplicación de nuevos aranceles a un amplio grupo de naciones. El índice tecnológico Nasdaq 100 llegó a dispararse más de un 11% en su punto máximo intradía, mientras que el S&P 500 avanzó un notable 8%, reflejando un suspiro colectivo de alivio por parte de los inversores.
Para Elizundia, la tregua arancelaria de 90 días, que afecta a 56 naciones y a la Unión Europea, fue interpretada por los mercados como una posible señal de distensión en el frente comercial global, abriendo una ventana para la negociación. El mercado clamaba por tiempo, y esta pausa ofrece precisamente eso: un respiro táctico que aleja, momentáneamente, el fantasma de una guerra comercial generalizada y costosa. La reacción fue inmediata y generalizada, impulsando no solo las acciones, sino también materias primas como el cobre y el gas natural, e incluso activos digitales.
Sin embargo, anotó que el optimismo debe ser cuidadosamente matizado. La pausa arancelaria excluye notablemente a China, el principal antagonista comercial de Estados Unidos. De hecho, simultáneamente a la anunciada tregua con otros países, la Casa Blanca optó por una escalada drástica en el conflicto con Pekín, elevando los aranceles sobre bienes chinos al 125%. China, de momento, ha respondido con aranceles retaliatorios del 84% sobre productos estadounidenses. Lejos de amainar, la tormenta comercial con China se ha intensificado, acercando a las dos mayores economías del mundo a un desacoplamiento que muchos consideran potencialmente “desastroso”.
Esta bifurcación, un alivio parcial frente a una escalada focalizada, garantiza que la volatilidad seguirá siendo la norma en los mercados financieros. Si bien la decisión de suspender temporalmente las tarifas con múltiples socios comerciales ha llevado a algunas firmas, como Goldman Sachs, a retirar sus pronósticos de recesión para EE. UU., la incertidumbre subyacente persiste. Los mercados muy probablemente van a continuar navegando un entorno complejo, donde el sentimiento puede cambiar bruscamente dependiendo de la retórica y las acciones tanto de Washington como de Pekín.
“En conclusión, aunque el reciente repunte ofrece un respiro bienvenido, sería prematuro celebrar el fin de las turbulencias. La pausa de 90 días es un paréntesis, no un punto final. La evolución de las negociaciones con las naciones incluidas en la tregua y, de manera crucial, la trayectoria del enfrentamiento con China, dictarán el rumbo de los mercados en los próximos meses. La gestión del riesgo y la cautela siguen siendo primordiales en un entorno donde las tensiones geopolíticas continúan siendo el principal motor de la incertidumbre económica global”, concluyó el estratega de Investigación de Mercados de Pepperstone.