El precio de los futuros del café arábica alcanzó este lunes 1 de septiembre los US$3,98 por libra en la Bolsa de Nueva York, tras un repunte del 35% solo en agosto.
La escalada responde a una tormenta perfecta que incluye heladas que golpearon cultivos en Brasil, compras especulativas y el arancel del 50% impuesto por el gobierno de Donald Trump a las importaciones del grano brasileño, el principal productor mundial.
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La combinación de factores disparó la cotización del contrato de referencia Coffee C en la Intercontinental Exchange (ICE).
Según Trading Economics, los tostadores estadounidenses enfrentan crecientes dificultades para asegurar granos, mientras los inventarios se reducen y los aranceles añaden presión adicional.
Los inventarios de arábica monitoreados por ICE cayeron al 29 de agosto a 710.196 sacos, un mínimo de 1,25 años. El clima tampoco ayuda, la semana pasada se reportaron heladas en Brasil y la región clave de Minas Gerais se mantuvo sin lluvias hasta el 23 de agosto.
A esto se suma la reducción en la proyección de cosecha. Safras & Mercado ajustó su estimación para Brasil en 2025 a 63,35 millones de sacos de 60 kg, lo que representa una caída del 3,3% frente al cálculo anterior.
Colombia: récord en exportaciones y producción cafetera en tres décadas
Mientras el mercado global enfrenta presiones, Colombia atraviesa un momento histórico. En los últimos 12 meses, las exportaciones cafeteras alcanzaron los US$5.400 millones, una cifra nunca antes registrada.
La producción llegó a 14,6 millones de sacos, el nivel más alto desde 1992.
Germán Bahamón, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), destacó el buen momento así: “Nuestra respuesta no es la controversia, son los resultados. El café está aportando un impulso decisivo a la economía nacional”.
Con el precio de referencia del viernes pasado en US$3,86 la libra y una tasa de cambio de $4.010, el valor interno del grano alcanzó $3.125.000 por carga.
Consumo interno y competitividad, los nuevos retos del café colombiano
En un encuentro organizado por la FNC, que contó con la participación de Vanúsia Nogueira, directora ejecutiva de la Organización Internacional del Café (OIC), se subrayó que Colombia debe incrementar su consumo interno.
“Brasil es el segundo consumidor de café del mundo después de Estados Unidos. Nosotros debemos crecer también en nuestro propio consumo”, dijo Bahamón.
Por su parte, Nogueira insistió en la necesidad de reforzar la competitividad del sector cafetero colombiano, especialmente ahora que la FNC anticipa una caída en la producción del segundo semestre, de 8 millones a 7,1 millones de sacos.
El gerente explicó que la disminución responde a dos factores:
1. Exceso de lluvias en febrero y marzo, que impidieron el estrés calórico necesario para la floración.
2. El agotamiento fisiológico de las plantas tras el pico productivo de 14,6 millones de sacos en el último año.
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Las proyecciones de la OIC apuntan a que la demanda mundial alcanzará 200 millones de sacos en 2030, lo que significa 23 millones adicionales frente a los 177 millones consumidos en 2024.
En este contexto, Nogueira ve oportunidades para Colombia, aunque reconoció que el nuevo escenario arancelario en EE.UU. puede encarecer la bebida:
“Estimamos que el precio de una taza de café podría subir entre US$0,10 y US$0,15. Sin embargo, la demanda mundial no caerá y Estados Unidos seguirá siendo el principal mercado”.