La discusión ofreció un rifirrafe entre el ministro de Hacienda, Germán Ávila, y varios congresistas.
Las Comisiones Económicas Conjuntas de Senado y Cámara retomaron esta la tarde las discusiones sobre el proyecto de reforma tributaria del gobierno de Gustavo de Petro. Pero, con la ruptura del quorum por parte de los integrantes de la Comisión Cuarta de la Cámara, el proyecto sigue “conectado al respirador artificial”.
Tras llamar a lista, los respectivos secretarios de esas células legislativas certificaron que había quorum para deliberar y decidir sobre la propuesta, con la que se busca un recaudo de $16,3 billones, necesarios para financiar el Presupuesto General de la Nación para 2026.
Igualmente, las Comisiones aprobaron el orden del día, y se anunció el proyecto para su votación en una próxima sesión, anunciada para el martes, 9 de diciembre.
En la Comisión Cuarta de la Cámara se negó el archivo del proyecto, pero en las votaciones de la Comisión Cuarta y Tercera del Senado fue aprobado el archivo de esta ponencia, lo que sirvió para que el congresista Efraín Cepeda enfatizara en que la idea del gobierno Petro “está derrotada”.
Posteriormente, se sometió a consideración la ponencia positiva, apoyada por el Gobierno Nacional, no sin antes de que el ministro de Hacienda, Germán Ávila, volviera a defender el texto, mencionando que el Ejecutivo estaría dispuesto a revisar o incluso retirar algunos artículos que han generado inquietud en el Congreso.
Entre ellos, mencionó que el ya reducido impuesto al consumo de licores, especialmente en el caso de la cerveza, podría excluirse totalmente del proyecto. El impuesto al carbono que hoy representa un incremento de $100 en el precio de la gasolina, medida que ha generado preocupación en varios congresistas.
Ávila señaló que, con la inclusión de la no deducibilidad de las regalías, estos gravámenes podrían eliminarse del proyecto sin afectar el equilibrio fiscal.
El funcionario, adicionalmente, les pidió a los congresistas contradictores que “entiendan a qué se están oponiendo”. Criticó que parte de los parlamentarios estén interesados en que no se aumenten los impuestos al sector financiero, ni a los licores y tabaco importados.
“No quieren que haya reforma por hacerle daño al Gobierno”, dijo airado en una intervención de casi 15 minutos, insistiendo en que lo que se busca es una simple y clara vendetta contra el Gobierno Nacional.
En uno de los momentos más duros de su intervención, el ministro sostuvo que parte de la oposición a la reforma no obedece a una preocupación social, sino a una intención política.
“Aquí hay expresiones que no quieren reforma tributaria, no por hacerle un bien a la sociedad, sino por hacerle un daño al Gobierno. Se está sacrificando a la sociedad colombiana y los recursos necesarios para los programas sociales por una vendetta política”, afirmó.
Asimismo, pidió claridad sobre a quiénes se está beneficiando al frenar la reforma: “Hagamos claridad de a quiénes se les está haciendo el favor de no tributar en este país”.
Uno de los parlamentarios más vehementes ante la exposición del ministro fue Juan Felipe Lemos, del Partido de la U, quien interpretó la intervención de Ávila como desesperada, toda vez que, dijo, es consciente de que la reforma será hundida.
También cuestionó la actuación del representante de la Alianza Verde, Yair Castellanos, presidente de la sesión, de quien aseguró obró indebidamente en el debate, por lo que podría ser demandado.
Igualmente, Lemos trató de “ignorante” al jefe de la cartera económica, y sostuvo que hace parte del gabinete como “un favor” que le hizo el presidente Petro.
Carlos Osorio, representante del Centro Democrático, tildó de “incendiaria” la intervención del ministro, y cuestionó que se intentara reversar algunos de los planteamientos con los que se busca modificar el texto. Insistió en que la votación de archivo del proyecto resultaba suficiente para terminar el debate.
Édgar Pérez, representante de Cambio Radical, le enrostró a Ávila la serie de escándalos y malas decisiones del actual gobierno, lo que a su juicio es la causa de la compleja situación financiera del país.
El dirigente Conservador y senador, Efraín Cepeda, también reprochó las manifestaciones “insultantes” del ministro de Hacienda para con el Congreso, y le aconsejó conseguir los $16 billones de la reforma recortándole al gasto burocrático.
Congresistas como Angélica Lozano y Ciro Ramírez denunciaron anticipadamente que para darle largas al debate, se les pidió a los parlamentarios de la Comisión Cuarta de la Cámara romper el quorum, con lo que se intenta forzar la prolongación del trámite del proyecto.
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