Comenzó diciembre y, como cada año, el país vuelve a poner sobre la mesa uno de los debates más sensibles para los hogares colombianos, el ajuste del salario mínimo.
A las 10:00 de la mañana, en el Ministerio del Trabajo, se instaló la mesa de concertación del salario mínimo 2026, una cita que definirá el ingreso de más de 7,4 millones de personas, según la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar.
La jornada de instalación se realizó en el Auditorio del quinto piso del WorkTech Center (Carrera 7 # 31-10), en Bogotá, con rueda de prensa incluida.
Este año, el proceso arranca con un detalle particular, desde hace meses se sabe que Fenalco no participará en la negociación, lo que deja la responsabilidad sobre el Gobierno, las centrales obreras y el sector empresarial representado por otros gremios, como Acopi, que confirmó su participación.
Declaraciones del ministro del Trabajo sobre el inicio de
El ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, cerró la primera jornada de la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales con una rueda de prensa y advirtió que la discusión del salario mínimo para 2026 debe darse sin especulaciones, con rigor técnico y con la voluntad de alcanzar un consenso antes del 15 de diciembre a las 11:59 p. m., el plazo legal para anunciar un acuerdo.
Confirmó que la Comisión quedó formalmente instalada bajo los lineamientos de la Ley 278 de 1996 y que desde hoy empezó la revisión del factor de productividad, una de las variables clave para definir el incremento del salario mínimo.
“El salario mínimo es vital para 12 millones de trabajadores. Impacta directamente su vida, su mínimo vital y la justicia laboral”, insistió Sanguino, quien defendió los aumentos aplicados durante el actual gobierno.
Según dijo, el incremento real de los últimos años supera el 17%, mientras que el aumento nominal acumulado ronda el 37,6%, resultados que, según el ministro, han impulsado el crecimiento económico, reducido el desempleo al 8,2% (la tasa más baja del siglo) y fortalecido los ingresos reales gracias a la inflación controlada.
El ministro también subrayó que la discusión técnica incluirá insumos del Dane, Planeación Nacional, los ministerios de Hacienda y Comercio y las consideraciones finales del presidente Gustavo Petro, quien tendrá la última palabra sobre la posición del Gobierno.
Sanguino lanzó una crítica abierta al presidente de Fenalco, Jaime Cabal, quien se ausentará de la mesa. “Se comporta más como opositor político que como líder gremial”, dijo.
Agregó que los tenderos y pequeños comerciantes “deben estar molestos” con esa postura. Saludó, en contraste, la asistencia de la Andi, la SAC, Confecámaras, Acopi y los demás gremios que sí respondieron al llamado.
Sobre el impacto del salario mínimo en vivienda, advirtió que el Gobierno examinará cómo evitar que el ajuste golpee el acceso a vivienda de interés social, cuyo valor está indexado al salario mínimo.
El ministro también se refirió al cálculo del salario vital, indicador de la OIT que establece cuánto necesita una familia para vivir con dignidad. Según Sanguino, aún con el aumento del año pasado, existe una brecha del 13,3% entre el salario mínimo vigente y ese referente internacional. “No es una camisa de fuerza, pero sí un buen espejo”, apuntó.
El ministro terminó sus declaraciones reiterando el objetivo, que es lograr un acuerdo antes del 16 de diciembre, de preferencia por consenso entre empresarios, trabajadores y Gobierno.
Propuesta del Gobierno va por un incremento del 11% para 2026
El primer movimiento lo hizo el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien lanzó su propuesta hace unas semanas a través de su cuenta de X, busca que el salario mínimo tenga un incremento del 11%.
Si esa idea prospera, el mínimo, sin auxilio de transporte, quedaría en $1.580.085 en 2026.
Aunque no es el ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, sus declaraciones marcaron el tono político del arranque y pusieron a girar los cálculos económicos.
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Las centrales obreras piden aumento de doble dígito
Por el lado de los trabajadores, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) también dejó claras sus cartas. Su presidente, Fabio Arias, confirmó que la propuesta será de un aumento de doble dígito, con una base del 10%.
El argumento de fondo es el mismo de años anteriores, recuperar poder adquisitivo y compensar la inflación que aún golpea el bolsillo.
Empresarios llaman a una negociación técnica
A pesar del ruido político, los empresarios insisten en que la discusión debe estar anclada a las cifras.
Bruce Mac Master, presidente de la Andi, aseguró que en la mesa deben evaluarse tres variables: inflación causada, inflación proyectada y productividad.
Aunque los gremios confirmaron que sí participarán en la negociación, aún no han presentado una propuesta formal.
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Para este año, el dato de productividad, publicado por el Gobierno, se ubicó en 0,91% hasta el tercer trimestre de 2025.
Si a ese número se le suma la expectativa de inflación con la que cerraría el año, estimada en 5,1% según el informe de política monetaria de octubre del Banco de la República, el punto de partida técnico para la negociación ronda el 6%.
Ese es el nivel mínimo que los empresarios ponen sobre la mesa, mientras los sindicatos presionan por cifras más altas y el Gobierno intenta equilibrar ambos lados.
Así ha subido el salario mínimo en los últimos cinco años
La foto histórica también entra a jugar. En los últimos cinco años, el salario mínimo pasó de $877.803 en 2020 a $1.423.000 en 2025, es decir, un aumento total de $545.197.
Así ha sido el recorrido año por año:
-2020: aumento del 6%, quedó en $877.803.
-2021: incremento del 3,50%, llegó a $908.526.
-2022: salto del 10,07%, subió a $1.000.000.
-2023: alza del 16%, se ubicó en $1.116.000.
-2024: tercer año consecutivo con aumento de dos dígitos; subió 12,07% a $1.300.000.
-2025: aumento del 9,54%, alcanzó los $1.423.000.