Un grupo internacional de científicos detectó en la Antártida una serie de pulsos de radio que no deberían existir, pues las señales, recogidas por el experimento Antarctic Impulsive Transient Antenna (ANITA), parecen haber atravesado miles de kilómetros de roca sólida antes de ser registradas, algo que contradice los modelos actuales de la física de partículas. El hallazgo fue publicado en Physical Review Letters y ha generado desconcierto en la comunidad científica por sus posibles implicaciones.
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La detección fue realizada accidentalmente mientras el equipo rastreaba neutrinos de ultraalta energía. ANITA, un sistema de antenas montado en globos a 40 kilómetros de altitud, fue diseñado para captar emisiones de radio generadas por rayos cósmicos al chocar con el hielo. Sin embargo, lo que encontró no fue una señal habitual. “Las ondas de radio que detectamos tenían ángulos muy pronunciados, como 30 grados por debajo de la superficie del hielo”, explicó Stephanie Wissel, astrofísica de la Universidad de Penn State. Según los cálculos, estas señales habrían atravesado todo el planeta, lo que resulta físicamente improbable con las partículas conocidas.
Los científicos descartaron que se tratara de neutrinos ordinarios o de reflexiones del hielo. Lo inusual es que las señales no presentaban la inversión de polaridad típica de los pulsos reflejados, lo que sugiere que podrían provenir de una fuente ascendente, algo que implicaría la existencia de partículas nuevas o interacciones más allá del Modelo Estándar. Aunque se propusieron varias hipótesis, incluyendo emisiones por materia oscura o efectos de propagación aún no comprendidos, ninguna explica completamente lo observado.