Nuevos dispositivos instalados por el Área Metropolitana recopilan datos detallados para identificar fuentes de este ensordecedor contaminante.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, en conjunto con la Universidad San Buenaventura, anunciaron la instalación de 20 dispositivos de medición sonora para con ellos fortalecer la lucha contra el ruido excesivo en Envigado.
Los sensores, que complementan la red de monitoreo del municipio, facilitarán la identificación de fuentes de ruido y sus dinámicas, lo que permitirá tomar decisiones y medidas de control específicas basadas en datos en tiempo real.
Es decir que, al brindar un monitoreo constante, estos sensores permitirán identificar rápidamente los puntos donde se están sobrepasando los decibeles permitidos, haciendo que la autoridad pueda actuar también de forma más rápida.
Los dispositivos fueron ubicados en varios puntos resaltados del municipio del sur del Valle de Aburrá, luego de un análisis de las zonas con mayor “interés acústico”, considerando puntos críticos como áreas comerciales, residenciales, industriales y de recreación.
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La selección priorizó sobre todo los sectores con alto impacto sonoro (es decir que registran altos niveles de ruido) y con proximidad a infraestructuras sensibles como hospitales y colegios. Por ello, algunos de ellos fueron desplegados en sectores como la Buena Mesa y San José donde el auge turístico los está convirtiendo en relevantes.
“Estos sensores son muy importantes para nosotros determinar los sitios de interés y poder trabajar en nuestro Plan de Ordenamiento Territorial. Teníamos cinco sensores, ahora ya son 25 de estos dispositivos en el municipio”, puntualizó Beatriz Lema Fernández, Secretaria de Medio Ambiente de Envigado.
Según el Área Metropolitana, la información recopilada en tiempo real también facilitará la identificación de patrones de ruido y establecerá a futuro estrategias más precisas de gestión y control contra este contaminante.
De acuerdo con la autoridad ambiental del Área, la trayectoria del municipio en el control del ruido permitió aprovechar las lecciones aprendidas, identificar oportunidades de mejora y aplicar ajustes técnicos y operativos en este nuevo despliegue de sensores, lo que optimizará su funcionamiento, garantizando un piloto más eficiente y adaptado a las necesidades del territorio.
