Katherine Gómez, una joven peruana de 18 años de edad, fue atacada por un hombre el pasado 18 de marzo en una plaza de Lima, en Perú. El hombre le roció gasolina y luego le prendió fuego, hecho que le provocó la muerte el 24 de marzo, seis días más tarde.
El feminicida fue identificado como Sergio Tarache Parra, de 19 años, de nacionalidad venezolana, a quien había conocido recientemente (solo llevaban saliendo 10 días).
Rosario Sacieta, vocera de la familia de la joven asesinada, señaló en medios internacionales que Katherine Gómez apenas conocía a este hombre, “no eran pareja, ni convivían. Cuando ella decide no continuar con este cortejo, él va a una estación de gasolina y comprar una bolsa para rociarla y prenderle fuego”, señaló.
El Ministerio del Interior de Perú ofreció una recompensa por $50.000 soles –unos $13.000 dólares–, para quien brindara información sobre el paradero del señalado.
Finalmente, su captura se dio el jueves 13 de abril en Bogotá, Colombia, en donde permanece retenido gracias al trabajo conjunto entre la policía peruana y colombiana. Pero, solo podrá permanecer durante cinco días en el país, es decir, este 18 de abril se cumple el plazo, y el gobierno colombiano será quien decida si lo expulsará a Venezuela o lo enviará a Perú para que cumpla su condena.
Los padres de la joven, Cinthia Macharé y José Gómez, viajaron hasta Bogotá para pedirle le pidan al presidente Gustavo Petro su apoyo para que Tareche Parra sea extraditado al país en el que asesinó a su hija.
“Rogarle, no sé, de padre a padre, que se ponga en mis zapatos. Necesito que ese asesino pague, que vaya a Perú a pagar por el crimen que le hizo a mi hija”, expresó Gómez, padre de Katherine.
Su madre le pidió al mandatario que la escuche y que la decisión que tome le permita a ella descansar. “Yo me quiero sentir apoyada por ellos, y que me digan: señora, se va a hacer la expulsión inmediata del asesino de su hija, para que usted pueda tener un descanso, es lo único que yo les pido”, agregó Cinthia.
