Luego de que la familia del niño Lyan José Hortúa lo cuestionara por su silencio y su falta de apoyo durante los 18 días que estuvo secuestrado, el presidente Gustavo Petro amaneció trinando sobre las noticias ligadas al pago de su rescate y su liberación.
“Lyan no tiene la culpa. Como niño debe ser respetado. Los secuestradores posiblemente del EMC solo mostraron que están en la lógica típica de los narcotraficantes. Sin embargo, si algo hay que proteger, son los derechos del niño, que hoy está libre y sano y salvo”, trinó a las 4:33 de la madrugada de este viernes, endilgando la culpa al Estado Mayor Central (EMC), la disidencia de las Farc comandada por el terrorista Néstor Gregorio Vera (“Iván Mordisco”).
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Después se pronunció sobre una entrevista a Sebastián Bonilla, tío materno del pequeño, quien en una emisora reveló que la liberación se dio porque la familia pagó un rescate a los secuestradores, no por la presión de la Fuerza Pública a los delincuentes ni por la gestión de los negociadores.
“No vimos avances de las autoridades, yo los entiendo, no podían hacer un rescate por el riesgo para el niño, pero no nos ofrecían ninguna otra solución, simplemente nos decían ‘tenga paciencia, este es un tema que se puede demorar’”, aseveró el familiar.
A lo que Petro respondió: “Jamás permitiría que muera un niño en fuego cruzado por las irresponsabilidades de mayores oscuros”.
Y luego, acerca de un artículo periodístico que relataba que la hipótesis del secuestro se debía a deudas del narcotráfico del papá biológico del niño, quien había sido asesinado en 2013, también se pronunció el jefe de Estado: “La fuerza pública actuó para preservar la vida del niño y no caer en trampas de narcos. Ahora piden el dinero del rescate No señores”.
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Tal cual reveló EL COLOMBIANO, el secuestro de Lyan José Hortúa, ocurrido el pasado 3 de mayo en su vivienda del corregimiento Potrerito, en Jamundí (Valle), al parecer se relaciona con su padre biológico José Leonardo Hortúa Blandón, alias “Mascota”, uno de los cabecillas más peligrosos de la extinta organización narcotraficante “los Rastrojos”, quien fue asesinado un mes antes del nacimiento del pequeño, en 2013.
Según fuentes cercanas al caso, a principios de este año, un antiguo integrante de “los Rastrojos” se presentó ante la viuda, exigiéndole que le entregara los bienes y la fortuna que había dejado “Mascota”. La mujer explicó que no tenía nada de eso, y posteriormente se presentó el secuestro de Lyan en su casa.
Aunque la Policía señaló en un principio que los autores fueron miembros del frente Jaime Martínez del EMC, al parecer no actuaron solos, sino en asocio con narcotraficantes interesados en la herencia de “Mascota”.
Durante el tiempo que duró el rapto, los seres queridos invocaron varias veces la ayuda del primer mandatario, en vano.
“El presidente Gustavo Petro nunca nos llamó ni tuvo ningún mensaje de solidaridad con mi hermana”, se quejó el tío Sebastián Bonilla, en una entrevista con La FM en la mañana del jueves.
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