A Paola Ramírez la vida le cambió, o tal vez se le detuvo, el 28 de octubre de 2024. Ese día, mientras estaba en su casa del barrio Las Ferias, en la localidad de Engativá, sus hijos Santi Esteban Beltrán Ramírez y Susan Beltrán Ramírez, de cuatro y siete años, respectivamente, fueron asesinados de manera violenta por su propio padre.
El crimen, que rápidamente se conoció en todo el país, desató una ola de indignación y solidaridad. Los pequeños fueron atacados sin que su madre pudiera hacer nada para detener al agresor, un hombre que, según versiones preliminares, padecía problemas de salud mental.
El responsable, identificado como Darwin Felipe Beltrán, fue capturado y judicializado como presunto responsable del delito de homicidio agravado. Aunque todas las evidencias apuntan en su contra, él se declaró inocente durante la audiencia de imputación de cargos.
Desde entonces permanece recluido en prisión, mientras Paola enfrenta una tragedia que no termina. Además del inmenso dolor por la pérdida de sus hijos, vive una angustia económica: debe más de 30 millones de pesos por el lote en el que descansan los cuerpos de Santi y Susan.
“Hoy en día estoy trabajando porque, obviamente, estoy pagando lo del lote de los niños. Es una deuda grande”, relató Paola en entrevista con el pódcast Más allá del silencio, en la que habló por primera vez sobre lo ocurrido ese día y cómo ha sido su vida desde entonces.
En medio de lágrimas, narró que no hay un solo día en que no piense en el sufrimiento que pudieron sentir sus hijos antes de morir. “Me imagino cómo sufrieron. Ese día yo estaba en la casa con los niños cuando él llegó y me dijo que me fuera, que yo lo alteraba. No entiendo por qué le hizo eso a los niños y no a mí”, confesó.
Paola no ha vuelto a ver a Darwin cara a cara desde el crimen. Dice que no sabe cómo reaccionaría si eso llegara a ocurrir. “No sé cuál sería mi reacción”, admitió. La única vez que lo vio fue en la audiencia virtual en la que él se declaró inocente: “Fue algo doloroso y triste volverlo a ver, porque es revivir ese momento, devolverme a ese día”.
Beltrán no aceptó los cargos. Alegó que ese día no era consciente de lo que hacía ni de lo que estaba ocurriendo. La justicia sigue su curso, pero para Paola, el vacío es irremplazable y la lucha diaria por sobrevivir, una carga que lleva sola.
Judicialización de Darwin Felipe Beltrán
Este 29 de octubre, un juez de control de garantías legalizó la captura de Darwin Beltrán, quien ya tenía antecedentes de violencia intrafamiliar.
Durante la audiencia se le imputó el delito de homicidio agravado, cuyo cargo no fue aceptado por Beltrán.
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La conmoción por el crimen de los niños fue de tal magnitud que hasta la misma comunidad intentó lincharlo, pero la Policía no lo permitió y lo trasladaron a la Fiscalía General de la Nación para establecer su responsabilidad.
“Yo estaba aquí cuando la muchacha pasa con los dos niños como entre media hora yo escucho el grito yo salgo corriendo llegó allá y la muchacha, ella está gritando desesperadamente y miró a la ventana y el señor muestra al niño muerto así por la ventana ensangrentado”, afirmó uno de los testigos del sector a Caracol Radio.
