Se cumplen 40 años de la toma al Palacio de Justicia y por estos días salen películas sobre el tema, su hermana Juliana Gaona incluso acaba de ganar una tutela, pues en la pieza aparece una representación de su padre y se le señala de ser cercano al M-19. ¿Cómo va ese proceso?
“Pues hasta donde puedo (responder), por tres razones fundamentales. Una, la apoderada es mi hermana Juliana Gaona Bejarano, y es quien conoce más el caso en profundidad. Dos, porque eso aún está andando, no solo en Colombia, sino en otras jurisdicciones; ella lidera ese grupo de abogados que están a cargo; y tres, porque realmente hace parte de una narrativa del olvido, es que se está utilizando la palabra censura para ocultar la propaganda. Lo otro que yo le puedo decir simplemente es que Manuel Gaona Cruz sirvió a la nación con toda su decencia, con toda su integridad, no se puede construir historia y memoria con ficción, como expresó mi hermana en su comunicado”.
Hace poco el exministro Carlos Medellín, hijo del magistrado Carlos Medellín, también decía que justamente lo que no hemos tenido en 40 años es la verdad. Incluso él llamaba a una amnistía para todos, con el fin de que se conozca la verdad. ¿Usted cree que la verdad no la hemos sabido?
“Pues lo primero que hay que decir sobre esas propuestas es que ya estuvo bien de amnistías. Lo segundo es que esa amnistía no opera en el Derecho Internacional. Sería otra vez otra amnistía falsa, ilegal. Porque es que en el Palacio de Justicia se cometieron crímenes contra la humanidad, crímenes de esa humanidad, y esos crímenes no son indultables ni por el lado del Ejército o del mando operativo del Ejército, ni por el lado del M-19. Que en Colombia lo hayan hecho es una violación del Derecho Internacional, pero hay suficiente jurisprudencia en el sistema interamericano, como en el sistema internacional de Naciones Unidas, que demuestra que los delitos que no son políticos no son indultables.
Entonces, esa amnistía no sirve de nada. Simplemente para colaborarle a algunas personas en su situación jurídica, pero no se necesita para la verdad. Y en cuanto al caso de Manuel Gaona Cruz, nosotros sí conocemos la verdad en detalle. No la conocen es el país, porque le contaron otra historia, porque han escuchado por generaciones a los victimarios, a los responsables o a los miembros que están afiliados a esas dos alas (mando operativo del ejército y M-19). Naturalmente, no pueden esperar en Colombia que los victimarios respeten a sus víctimas. Eso es parte de la historia de Colombia. Yo les sugeriría mejor escuchar de vez en cuando a las víctimas, porque hay una característica esencial. No importa si hablamos del holocausto nazi o de cualquier tragedia, violación o atrocidad de derechos humanos cometidas a través del planeta.
La característica esencial de todos los casos donde ha habido crímenes contra la humanidad, el cálculo erróneo de los victimarios, es que al final del tiempo los hechos como la historia son implacables. Las víctimas recuerdan. Tal vez la nación no, pero las víctimas recuerdan. Nosotros recordamos, y en el caso de Manuel Gaona Cruz, yo creo que ya estuvo bien de 40 años de decir, no se sabe qué pasó, hay muchas teorías, eso es parte de la manipulación”.
Ustedes hicieron una investigación sobre el caso de su padre...
“Hay una página web que es manuelgaonacruz.org. Ahí está claro, está en tres idiomas. Nosotros sí sabemos qué le pasó a Manuel Gaona Cruz. La historia está clara, sabemos quién lo asesinó, sabemos cómo lo asesinó el M-19 al interior del Palacio de Justicia en ese baño. Al negarse a servir de escudo humano. Y él mismo, la víctima, le dijo a los a sus victimarios antes de ser asesinado, ‘ustedes van a cometer un asesinato’. Entonces, la misma víctima lo dijo a los mismos guerrilleros antes de dar la orden de ejecutarlo. Y cuatro testigos de la mayor envergadura moral, lo declararon así con un detalle que es increíblemente preciso a través del tiempo, lo que llamamos muletas de recuerdo, no falla.
En cada una de las declaraciones que hicieron bajo la gravedad del juramento. Entonces, ellos lo hicieron así. Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, Hernando Tapias Rocha, Nemesio Camacho Rodríguez, el conductor Jorge Reina, de la Sala Civil, que estaba en el franco de tiro, el magistrado auxiliar del Consejo de Estado, José Gabriel Salón Beltrán, que lo tenía cogido de la mano en el momento en que lo ejecutaron y mi padre le cayó encima y estuvo casi una hora debajo de él hasta que murió, murió enseguida, pero digamos hasta que notó que el cuerpo estaba totalmente frío, y después lo lanzan a mi padre a las escaleras y ya lo lanzan encima.
Después pasa el doctor Humberto Murcia Ballén y otra persona y ven las heridas de mi padre y las describen de atrocidad, de impresionantes, y esa descripción sale 50 minutos después de la Toma en uno de los diarios más importantes del mundo que es el L.A. Times. Luego aparecen en Radio Caracol, como a los 45 minutos, el conductor que sale y dice: ‘Yo vi cuando un guerrillero sacó un arma y le disparó en la cabeza. Yo vi cuando lo mataron’. Un testigo así vale oro. Ahora imagínense cuatro. Ahora imagínese seis ratificando las heridas y que murió adentro.
Después nos dicen que él salió del Palacio con base en una foto. Yo no sé en cuál sistema procesal del mundo, una foto publicada por el secretario del Partido Comunista, por cierto, donde no aparece la cara de la víctima, y en la única que sí aparece, aparece muerto, va a reemplazar seis testimonios bajo la gravedad del juramento, que nunca fueron cuestionados, porque es que los testigos no se cuestionan en las columnas de opinión ni en los trinos de los camaradas del M19 o en las declaraciones públicas del mando operativo del Ejército.
Eso se cuestionan en la Corte y en las Cortes nunca se cuestionaron y en las Cortes nunca se declararon como inválidos o inadmisibles. Además de eso, están todas las pruebas diferenciadas. Nosotros hicimos un estudio balístico interno, externo, asimétrico, que muestra la posición de los tiradores y la dirección de las balas.
Y también estudiamos los rumores, los famosos rumores de la salida con vida, de las investigaciones de los militares, o de la bala mágica, están ahí, están en los archivos, la gente los puede ver y formarse una opinión porque nosotros publicamos hechos, no interpretaciones. Las interpretaciones las hace el lector. Pero tenga la seguridad, en estos 40 años, por lo menos la familia de Manuel Gaona Cruz, sabe qué le pasó, no tiene ninguna duda, tiene absolutamente claro quién lo ejecutó y por qué lo ejecutaron.
De manera que cuando les cuenten la historia acomodada, miremos quién se las está contando, qué están tratando de ocultar. Y una historia como la que escuchamos, donde el presidente sale a promocionar esas narrativas del olvido, a hablar de libertad artística, de censura, a sacar evidencia circunstancial que según él, en su criterio jurídico, que debe ser muy amplio, conoce, lo único que está haciendo es darnos una prueba increíble de que esto no es arte. No es entretenimiento, es propaganda”.
¿Hace cuánto existe esta página?
“Es una página reciente, se hizo para los 40 años del Palacio de Justicia. Está disponible, pues obviamente es más fácil consultarla en un computador, porque es muy extensa, tiene que tener más de 300 páginas.
Ahí están todas las pruebas, documentos inéditos, fotografías inéditas, hay video, está la voz de Manuel Gaona Cruz y hay una recolección de la historia completa de todos los procesos. Nosotros investigamos las investigaciones y los rumores, porque también teníamos que considerarlos, queríamos ser objetivos.
Nosotros íbamos a decir quién lo mató, independientemente a dónde nos llevara la verdad, si hubiera sido el Ejército, lo íbamos a decir, pero no podemos cambiar la historia. Fue el M-19, por orden de Pablo Escobar. Es absolutamente claro. Ahí están las pruebas. Entonces, no contratamos un equipo, las personas que nos ayudaron lo hicieron voluntariamente.
Yo fui el autor de esta investigación, pero tuve el soporte de personas, o que bien conocieron a mi padre, o que estaban vivas en ese momento de la historia, o de personas que dada su especialidad nos podían soportar y asesorar puntos muy concretos. Entonces, tuvimos la colaboración de historiadores, arquitectos, balísticos, periodistas, abogados, antropólogos, expertos en software, en inteligencia artificial, en recuperación de video, de audio, en restauración fotográfica, elementos que son necesarios para la claridad de lo que estaba ocurriendo.
Esas personas nos apoyaron. Esos trabajos lo hicieron obviamente con la última tecnología, que no estaba disponible hacía 10 años cuando se hizo el informe de la Comisión de la Verdad, hablamos de inteligencia artificial, por supuesto, para levantar los planos del Palacio de Justicia en tercera dimensión y mostrar dónde estaba cada persona.
Es la primera reconstrucción forense en 3D e inteligencia artificial de la escena del crimen de Manuel Gaona Cruz. Eso aún más, basado en los testimonios de las personas que vieron esa ejecución, que estaban al lado de él y, naturalmente, en las inspecciones judiciales, en las pruebas balísticas y de trayectoria, junto con la necropsia de mi padre. Eso tomó alrededor de unos 8 años. La montamos en tres idiomas, público y gratis, porque la verdad no tiene precio.
Para eso están las series y producciones que están explotando la tragedia, esta tragedia y la memoria colectiva de la nación; lo explotan económica y moralmente. Esto se hizo más para las generaciones futuras”.
Se ha sabido que Pablo Escobar financió al M-19, sin embargo, también se sabe que tras el asesinato de Marta Nieves Ochoa, el cartel de Medellín se enfrasca en una guerra en contra de esa guerrilla, ¿cuál fue la relación de Pablo Escobar en la toma del Palacio y con la ponencia que estaba adelantando Manuel Gaona sobre la extradición?
“Digamos que en cuanto a la financiación, siempre se le ha llamado la versión oficial por parte del M-19, pues realmente no es oficial, viene incluso de las víctimas. Nosotros no somos una institución. Nosotros recibimos cartas de Pablo Escobar y de los extraditables. Manuel Gaona Cruz no estaba amenazado por los militares, estaba amenazado por los extraditables y el cartel de Medellín y obviamente quien dirigía a las dos organizaciones era Pablo Escobar.
Las cartas venían membreteadas por ellos, fueron validadas, las originales se entregaron a la Comisión de la Verdad. También existían las denuncias penales que Manuel Gaona mismo interpuso unos días antes de la toma, el 2 de noviembre, donde interpuso esas acciones denunciando la presión de los extraditables. Además, pues había audios que ellos tenían donde nos grababan las conversaciones con compañeros del colegio y se los mandaban a mi padre a su oficina y le decían, ‘le suenan familiares’. Las cartas eran muy puntuales, están publicadas, pero le puedo decir a sus lectores, la extradición obviamente era constitucional”.
Es decir, si tenían una razón para tomarse el Palacio...
“Claro, los afectaba a todos los extraditables, cuya cabeza era Pablo Emilio Escobar Gaviria. En 1985, el volumen de droga que estaban ingresando a los Estados Unidos equivalía a cerca del 85% de la cocaína que entraba a Europa, eso representan billones de dólares. No había ningún negocio legal o ilegal en Colombia que siquiera se acercara al dinero que estaban haciendo. Ahora, esos mismos informes mostraban que el cartel de Medellín era la organización criminal más poderosa, no de Colombia, del planeta”.
Finalmente, ¿en sus investigaciones del Palacio, si cabe responsabilidad al Ejército?
“Sí, claro. Aunque obviamente no fue el caso de Manuel Gaona Cruz. Mire, hay una lista de desaparecidos muy específica, no solamente porque la produjo la Fiscalía, naturalmente el problema de este tema es que no se investigó al M-19, que es el caso de impunidad más grande de la historia de Colombia. Solo se investigaron las acciones del Ejército, pero no quiere decir que lo que se investigó esté mal, sino que se ha debido también investigar al M-19, porque los delitos no eran políticos, eran crímenes contra la humanidad, eran violaciones atroces al Derecho Internacional, a los Derechos Humanos. Entonces, se tenían que investigar.
Sin embargo, las investigaciones solo se enfocaron en el Ejército y por eso se quedaron esas narrativas. Sí, hubo condenas. Varios miembros del mando operativo tuvieron condenas de prisión. Naturalmente, esa narrativa de las fuerzas militares de haber defendido la democracia, particularmente del señor coronel retirado Alfonso Plazas Vega, que hace unos días le pedía al país que le agradecieran lo que hizo, no es acertada. Mi observación es que la democracia incluye los Derechos Humanos y las libertades más básicas de los seres humanos. El derecho a la vida, la integridad personal y la libertad.
Y eso fue lo que no se respetó, la integridad física, la dignidad de los que quedaban adentro, ni tampoco, y para ser francos la libertad, la dignidad y la vida de muchos de los que salieron. Por eso es que tenemos casos de desaparición forzada y condenas de la justicia ordinaria colombiana. Pero no solo va ahí, también hay una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que reconoce esa investigación y que reconoce esas desapariciones.
Entonces, ya hace parte del sistema de Naciones Unidas, no es un rumor. Sus palabras tampoco permiten que la historia le agradezca palabras como ‘defendiendo la democracia, maestro’ y ‘si a mí me disparan, yo disparo’, como la ley del Oeste, o ‘yo entré con mis tanques disparando y me contestaron con fuego’. Pues eso en el derecho de las naciones civilizadas se denomina como violaciones al Derecho Internacional Humanitario. ¿A cuáles? Al principio de distinción”.
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