Los organizadores del Giro de Italia anunciaron este lunes un refuerzo de las medidas sanitarias contra la covid-19, con la obligación del uso de tapabocas en todas las zonas de contacto con los corredores.
La noticia se dio a conocer un día después de que el líder de la carrera y gran favorito para quedarse con el triunfo, Remco Evenepoel, tuviera que abandonar la ronda itálica después de dar positivo. Lo mismo le pasó al colombiano Rigoberto Urán, del Education First, quien se tuvo que dar de baja en la carrera.
Tras el positivo de varios corredores en los últimos días, la organización de la carrera anunció en un comunicado que “el uso de mascarillas será obligatorio” como mínimo, en la zona de meta, el podio, la zona mixta o el estacionamiento de los buses de los equipos.
El abandono de Evenepoel el domingo por la noche provocó un terremoto en el Giro, que este lunes tuvo su primera jornada de descanso.
Nada obliga a un ciclista afectado por el coronavirus a abandonar la carrera puesto que el protocolo en vigor, puesto en marcha en el peor momento de la pandemia, ya no es vigente, pero el equipo del joven campeón del mundo de 23 años, Soudal-Quick Step, así como otras formaciones, han decidido retirar a sus ciclistas positivos, priorizando la salud de los corredores, con el pretexto de las incertezas existentes en cuanto a las consecuencias de realizar grandes esfuerzos cuando una persona está infectada.
El británico Geraint Thomas, que se vistió de rosa tras el abandono de Evenepoel, se mostró este lunes favorable a las medidas tomadas por los organizadores, aunque lamentó que se hayan puesto en marcha tan tarde, cuando varios pedalistas se vieron afectados.
“Algunas personas han estado quizás ya en contacto (con el virus). Pero al menos ahora se hace algo”, declaró en una conferencia de prensa. La décima etapa de la ronda italiana, que se correrá este martes, tendrá un recorrido de 196 kilómetros entre Scandiano y Viareggio. La llegada será plana, por lo que se pueden destacar los embaladores.