Concluida la fecha 15 de las Eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial, el panorama empieza a tomar forma, aunque aún hay tres jornadas decisivas por disputarse. La jornada dejó dos nombres propios como grandes protagonistas del momento: Argentina y Paraguay, selecciones que no solo ganaron, sino que demostraron solidez, convicción y autoridad futbolística.
La campeona del mundo continúa su marcha implacable. Argentina venció (1-0) como visitante a Chile, un resultado que no solo afianza su liderato, sino que prácticamente sepulta las opciones del conjunto austral de clasificar. Con 34 puntos, la albiceleste es la única selección que tiene asegurado, matemáticamente, su presencia en la próxima Copa del Mundo, independientemente de lo que suceda en las fechas restantes.
Por otro lado, la gran revelación de esta recta final es Paraguay, que desde la llegada de Gustavo Alfaro ha vivido una transformación notable, con 5 triunfos y 4 empates. Los guaraníes vencieron con autoridad a Uruguay (2-0) en Asunción, resultado que los impulsó hasta la tercera posición, igualando en puntos a Ecuador (24 unidades), pero superados por la Tricolor por diferencia de gol. El cambio de timonel no solo trajo resultados, sino también una identidad de juego renovada que ilusiona a una afición que sueña con regresar a una cita mundialista.
En Quito, el partido entre Ecuador y Brasil prometía mucho por lo que representaba: el debut oficial de Carlo Ancelotti como seleccionador brasileño. Sin embargo, el espectáculo quedó en deuda. Fue un partido de pocas emociones, cerrado, táctico y sin goles. Pese a la igualdad, Brasil sigue firme en la cuarta casilla, con 22 puntos, en zona de clasificación directa.
Donde hubo más sombras que luces fue en los partidos de Uruguay y Colombia. Los charrúas fueron superados por un Paraguay agresivo y ordenado, mientras que los colombianos no pudieron romper el muro de Perú en Barranquilla. El empate sin goles dejó a los cafeteros en la sexta posición, con solo tres puntos de ventaja sobre Venezuela, pero lo más preocupante es la pobre imagen futbolística: sin gol, sin dinámica, sin frescura. Un equipo que, bajo la dirección de Néstor Lorenzo, supo brillar ante campeones del mundo, hoy se ve opaco y falto de confianza.
Venezuela, en cambio, sigue haciendo su tarea y no renuncia al sueño. Con una victoria 2-0 sobre Bolivia —gracias a un autogol de Héctor Cuéllar y un tanto de Sebastián Rondón—, la Vinotinto llegó a 18 puntos y se puso a solo tres de Colombia. Si la selección cafetera no despierta pronto, podría ver cómo los dirigidos por Fernando Batista le arrebatan la sexta casilla y la empujan al temido repechaje.
A falta de tres fechas, el único equipo con el boleto asegurado es Argentina. A partir de ahí, todo puede pasar. Matemáticamente, Venezuela podría alcanzar a Paraguay y Ecuador si estos no suman más de tres unidades, pero no le alcanzaría para alcanzar a la albiceleste. El resto del pelotón sigue en plena disputa, con posibilidades que dependen no solo del rendimiento propio, sino también del tropiezo ajeno.
Los próximos compromisos, antes del receso hasta septiembre, serán decisivos. Se perfila un cierre apasionante, con seis boletos directos y un repechaje en juego, en una de las eliminatorias más competitivas y exigentes del planeta.
La próxima jornada podría marcar el destino de varios proyectos. Técnicos en la cuerda floja, selecciones en crisis, otras en alza y una presión que no da tregua. Sudamérica, como siempre, no regala nada. Y para soñar con el Mundial, hay que demostrar que se tiene con qué.