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¿Lamine Yamal revive la vieja guerra de Messi y Cristiano en el Barcelona y el Real Madrid?

Las palabras de Lamine Yamal sobre el Real Madrid desataron polémica en el clásico, pero también evocaron una época en la que los clásicos españoles era una verdadera tiradera.

  • La reciente tensión entre Lamine Yamal y los jugadores del Real Madrid revive los tiempos de Messi y Cristiano Ronaldo. Foto: GETTY.
    La reciente tensión entre Lamine Yamal y los jugadores del Real Madrid revive los tiempos de Messi y Cristiano Ronaldo. Foto: GETTY.
hace 2 horas
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Lamine Yamal, más allá de mostrar su talento con la pelota, ha logrado devolverle al clásico esa sensación de guerra fría que definió al fútbol español durante varias décadas.

El Real Madrid roba y se queja de todo”, fueron las declaraciones del 10 culé que dejaron opiniones divididas y que puso aún más presión al partido más esperado de la temporada. Y con eso abrió un capítulo que evoca la tensión, los gestos y las batallas verbales que acompañaron los duelos entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. ¡Qué tiempos aquellos!

Esta nota será un viaje al pasado en la que el drama se apoderaba de los estadios más allá de los 90 minutos, cuando Cristiano Ronaldo y Lionel Messi eran los principales protagonistas.

Entre 2009 y 2018, los Clásicos fueron algo más que fútbol, eran verdaderas peleas mediáticas, tiraderas en ruedas de prensa, gestos ofensivos y enfrentamientos en cancha que por poco se iban a los golpes.

El ejemplo más recordado es el del 27 de abril de 2011, semifinal de Champions en el Santiago Bernabéu, cuando Pepe fue expulsado, Mourinho acusó a la UEFA de favorecer al Barcelona, y Messi respondió con dos goles que aún retumban en el recuerdo culé. Días después, el técnico portugués dejaba una frase que se hizo célebre: “¿Por qué siempre al Barça? ¿Por qué?”.

Esa tensión había comenzado unos meses antes, el 29 de noviembre de 2010, cuando el Barcelona goleó 5-0 al Real Madrid en el Camp Nou. Guardiola y Mourinho se saludaron con frialdad, Cristiano empujó a Pep en la banda y los jugadores merengues terminaron amedrentados entre los aplausos y la euforia culé.

En ese partido, los gestos de Xavi y Piqué hacia la grada encendieron la polémica que ardería por años, señalado ofensivamente un cinco con sus manos. Lo que vino después fue una década de duelos donde cada gol era una declaración política, cada falta una acusación y cada entrevista una tiradera sin igual.

También hubo noches de venganza. El 17 de abril de 2011, en la final de la Copa del Rey en Mestalla, Cristiano Ronaldo selló la victoria del Madrid 1-0 con un cabezazo y gritó el gol frente a la afición del Barcelona. Aquella imagen fue la respuesta blanca a la seña de cinco goles.

El 23 de marzo de 2014, el Madrid y el Barça firmaron otro duelo histórico: 3-4 en el Bernabéu con triplete de Messi y penalti polémico sobre Neymar. Sergio Ramos fue expulsado y Cristiano protestó hasta el final diciendo que “el árbitro los ha beneficiado”. La guerra verbal no era solo entre jugadores; también entre medios, técnicos y aficionados. Exactamente, la misma sensación que dejó el Clásico más reciente, en el que Yamal terminó silbado, increpado y tildado de “bocón” por varios jugadores blancos al terminar el 2-1 del domingo.

En este 2025, los protagonistas son otros: Mbappé, Bellingham, Vinícius, pero la narrativa es la misma. Yamal se coloca, sin quererlo o queriéndolo, en el papel de agitador, como Piqué en sus mensajes pospartido, ahora el joven Yamal ha devuelto a la rivalidad su vieja electricidad. En el Bernabéu, cada toque suyo fue seguido por murmullos y abucheos; cada balón perdido, celebrado como una victoria, la tensión fue visible.

Durante una década, fueron Messi y Cristiano los polos opuestos que dividieron al mundo. Ahora, Yamal, con su juventud insolente, parece dispuesto a ocupar ese espacio que el fútbol español había dejado vacío desde 2018. La gran pregunta es si esto será solo un episodio mediático o el inicio de una nueva era de fricciones, pues no parece tener un contrario que le quiera seguir el juego.

El Madrid volvió a ganar en casa, como en los tiempos de Zidane y Ramos, y el Barça salió tocado, como en aquellos años donde las derrotas dolían más por el orgullo que por el marcador. Lo cierto es que con una frase y un gesto, Lamine Yamal ha reactivado un sentimiento que parecía apagado, el de un verdadero duelo de emociones dentro y fuera de la cancha.

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