Atlético Nacional tropezó en su camino por la Copa Libertadores, pero no pierde el rumbo. En un partido luchado, disputado y cargado de emociones, el equipo antioqueño cayó 1-0 frente a Bahía en la tercera jornada del Grupo F, un resultado que deja sensaciones encontradas tanto en lo futbolístico como en lo arbitral. Cristian Pellerano, asistente técnico del conjunto verdolaga y quien ocupó el lugar de Javier Gandolfi en la zona técnica ante la sanción de su director técnico, fue la voz de análisis tras el compromiso.
El argentino, con temple y claridad, reconoció el esfuerzo de sus dirigidos y lamentó la manera en que se dio el tanto del equipo brasileño. “En el mejor momento nuestro, Bahía se encuentra con un gol por individualidades”, expresó Pellerano, dejando entrever que el golpe no llegó por dominio del rival, sino por una jugada puntual que desestabilizó el buen momento verdolaga en el campo.
Más allá del marcador adverso, Pellerano también sembró dudas sobre la actuación del árbitro. La jugada del cabezazo de Dayro Moreno, que terminó en el fondo de la red pero fue anulada por presunta falta, dejó un sabor amargo. “Convertimos en una jugada dudosa en el cabezazo de Dayro”, recordó el asistente, visiblemente inconforme. A eso se suma una acción que pasó desapercibida en el área rival: “También creo que hubo una mano dentro del área que era penalti”, agregó, dejando implícito el malestar por decisiones arbitrales que, según su perspectiva, condicionaron el desarrollo del partido.
No obstante, el tono de Pellerano no fue únicamente de queja. El mensaje final fue de confianza, mesura y optimismo. Destacó la actitud del equipo, el juego desplegado en territorio brasileño y, sobre todo, el hecho de que la clasificación a los octavos de final sigue en manos de Nacional. “Ahora nos quedan dos partidos en casa y ganando el próximo partido ante Internacional estaremos en zona de clasificación”, aseguró con determinación.
La derrota duele, sí, pero no desmorona. El panorama aún permite soñar y el cuerpo técnico lo sabe. “Hay que tener la cabeza fría para tener la clasificación”, concluyó Pellerano, como quien intenta transmitir serenidad a un grupo que tiene todo por jugar y que se ha ganado el respeto en el continente.
Atlético Nacional deberá ahora mirar hacia adelante, con dos citas clave en el Atanasio Girardot, donde su gente, su historia y su fútbol buscarán inclinar la balanza. El duelo contra Internacional se perfila como una final anticipada. Y con cabeza fría, como dice Pellerano, y corazón caliente, como dicta la camiseta, el verde aún puede reescribir su camino en esta Libertadores.
