María Corina Machado Parisca se ha convertido en un símbolo de lucha en medio de un régimen que ha restringido los derechos y libertades de millones de venezolanos. El galardón en el Premio Nobel de la Paz representa una forma de honrar su legado, aquel que comenzó a forjarse cuando enfrentó por primera vez a Hugo Chávez el 23 de enero de 2012, durante una transmisión en cadena nacional desde el Palacio de Miraflores, en Caracas.
Ese día, frente a partidarios de la izquierda, María Corina le expresó al presidente que era necesario pasar de la retórica a la acción, pues en su país muchas madres no tenían con qué alimentar a sus hijos, y las empresas atravesaban una profunda crisis provocada por la política de expropiaciones con la que Chávez había llegado al poder. Fue entonces cuando pronunció su célebre frase: “Presidente, expropiar es robar”.
“¿Cómo puede usted hablar de respeto al sector privado en Venezuela, cuando se ha dedicado a expropiar, que es robar? Usted ha arrebatado las propiedades de empresarios, comerciantes y de pequeñas posadas a quienes ni siquiera se les ha resarcido su patrimonio. ¡Dígale la verdad a Venezuela!”, manifestó Machado mientras era abucheada por los políticos en el recinto.
Desde entonces, María Corina ha permanecido en la clandestinidad y ha sido objeto de maltratos por promover sus ideales y defender aquello que considera esencial para que su hogar vuelva a ser una nación próspera. Su colaboración con Edmundo González es una muestra fehaciente de un trabajo riguroso, y enfrentando grandes obstáculos democráticos que han impedido cumplir plenamente con su misión de alcanzar la libertad. El Comité Noruego le otorgó el Premio Nobel de la Paz “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha para lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.
En una entrevista con la revista especializada en geopolítica El Grand Continent, Machado aseguró que este Premio Nobel de la Paz “tiene un impacto inmenso en la sociedad venezolana. Todos los venezolanos, dentro y fuera del país, sienten que es su premio. Es un reconocimiento a una causa justa, a una lucha llena de sacrificios y de enormes costos humanos durante 26 años”.
El silencio de Nicolás Maduro desde que su opositora recibió el Premio Nobel tiene un significado más profundo de lo que muchos expertos en política consideran. Según María Corina, el presidente venezolano no ha emitido ninguna declaración oficial ni contundente, porque reconoce que está aislado y que “incluso hasta sus antiguos aliados y gobiernos que lo acompañaban lo han dejado solo”.
¿Qué ha aprendido María Corina a lo largo de su lucha?
“Para mí, el más profundo es aprendizaje es el espiritual. Y, a pesar de la distancia, puedes sentirte muy cerca. Yo me he sentido absolutamente abrazada por millones de venezolanos en estas últimas horas, porque al final esto es algo que les pertenece, que es de todos. He hablado con los familiares de algunos presos políticos en estas últimas horas y, al escuchar cómo ellos reaccionaron, te lo juro, han sido de los momentos más emocionantes de mi vida. Porque es de ellos; ellos son nuestros héroes”, explicó en entrevista con el diario La Nación.
El papel del presidente estadounidense Donald Trump es fundamental para lograr la libertad de Venezuela, ¿lo considera así María Corina Machado?
“En primer lugar, aquí hay un tema de justicia. El presidente Trump, en pocos meses, ha logrado éxitos excepcionales en materia de política exterior. El secretario Marco Rubio y otros departamentos han conseguido desactivar conflictos, prevenir nuevos enfrentamientos y, lo más importante para nosotros en este momento, están actuando activamente para desmantelar una estructura criminal que causa un daño enorme, que ha cobrado miles y miles de vidas en los Estados Unidos, pero que también ha destruido nuestro país. De modo que se trata de un tema de justicia elemental, y le expresé mi agradecimiento en nombre de todos los venezolanos”, agregó Machado a La Nación.
La líder opositora considera que el régimen de Nicolás Maduro ha tenido una caída desde el 28 de julio de 2024, fecha en la que denunció un fraude electoral que, según ella, marcó el inicio de constantes investigaciones. Estos hechos, junto con los crímenes cometidos contra la población, han sido calificados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como terrorismo de Estado, y por la Misión de Determinación de los Hechos de las Naciones Unidas como crímenes de lesa humanidad, de acuerdo con las denuncias impulsadas por ella misma.
“Desde hace mucho tiempo hay muchas personas o sectores dentro del régimen que nos han contactado, que nos han dado información, que han explorado qué opciones tienen y evidentemente en las últimas semanas, días y horas esto se ha acentuado. Si bien hoy el 90% del país anhela desesperadamente que el cambio se dé, quedan algunos venezolanos sin duda que pueden tener miedo”, aseveró a La Nación.
Y agregó María Corina al medio citado: “Militares, empleados públicos a quienes les han dicho que viene un proceso de retaliación, a esos venezolanos yo lo que quiero es darles una enorme tranquilidad, decirles: ‘Miren, todos queremos lo mismo, queremos que nuestros hijos regresen, queremos poner orden y estabilidad en Venezuela’. Al final ellos, los que han sido más cercanos al régimen, son también presos políticos y también los vamos a liberar”.
“No tengo ninguna duda de que Venezuela será libre. Y, obviamente, no voy a especular sobre los días; los venezolanos hemos aprendido a vivir un día a la vez. Pero sí quiero asegurar algo: el régimen ha pasado por muchas etapas de negación, de arrastrarse frente a Estados Unidos y otros actores mientras públicamente los insulta. Ahora están en una fase en la que lo único que les queda es decir que, una vez que se vaya Maduro —porque ya entienden que es inevitable que se vaya—, en Venezuela lo que vendrá será el caos”, afirmó María Corina a Infobae.
La líder venezolana, de 58 años, declaró al diario noruego Dagens Næringsliv que solo podría viajar a Oslo en diciembre para recibir su galardón si el presidente Nicolás Maduro deja el poder. “Mientras Maduro esté en el poder, no puedo abandonar el lugar donde me escondo, porque existen amenazas directas contra mi vida”.
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