El Tribunal Supremo de Estados Unidos revivió la demanda de una mujer heterosexual de Ohio, que alega haber sido víctima de discriminación inversa por haber sido descartada dos veces para puestos de trabajo en favor de candidatos que eran homosexuales.
La decisión, que devuelve el caso a tribunales inferiores, ocurre en un momento en que el presidente Donald Trump y varias grandes corporaciones están reduciendo los programas de diversidad, equidad e inclusión destinados a combatir las desigualdades sistémicas que enfrentan las minorías.
En una resolución unánime de 9 a 0, el máximo tribunal dictaminó que los miembros de un grupo mayoritario no pueden estar sujetos a un estándar probatorio más alto que las minorías al momento de presentar una demanda por discriminación.
“El estándar para probar el trato desigual (...) no varía en función de si el demandante pertenece o no a un grupo mayoritario”, declaró el juez Ketanji Brown Jackson, autor del dictamen.