La secretaria de prensa Karoline Leavitt salió en defensa del mandatario criticando duramente los correos electrónicos asegurando que no prueban “nada”.
Pero el escándalo está siendo difícil de superar para Trump. Los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes afirmaron que tres nuevos correos electrónicos “plantean serias preguntas sobre Trump y su conocimiento de los crímenes horribles de Epstein”.
Pero no son solo los demócratas quienes presionan al presidente, pues el líder de los republicanos en la Cámara, Mike Johnson, dijo que llevaría a cabo una votación la próxima semana para obligar al Departamento de Justicia a publicar los archivos restantes del Epstein y que darían aún más luces sobre su vínculo con Trump.
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Los correos de Epstein que salpican a Trump
“Quiero que te des cuenta de que ese perro que no ha ladrado aún es Trump”, escribió Epstein. Añadió después que la víctima “pasó horas en mi casa con él, nunca se le ha mencionado”.
Maxwell, quien fue condenada por tráfico sexual tras la muerte de Epstein, respondió: “He estado pensando en eso...”.
En otro correo electrónico dirigido al periodista Michael Wolff, con fecha 31 de enero de 2019, Epstein supuestamente escribió: “Trump dijo que me pidió que renunciara, cuando nunca fui miembro... por supuesto que sabía acerca de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que parara”.
Epstein parecía referirse a las afirmaciones de Trump –repetidas por la Casa Blanca el miércoles– de que expulsó al depredador sexual de su club Mar-a-Lago, en Florida, por ser un “tipo repugnante”.
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Sobre ese caso, el propio Trump dijo que Epstein “robó” a mujeres jóvenes que trabajaban en el spa de Mar-a-Lago, al explicar por qué terminó su amistad.
En una entrevista que Maxwell concedió a principios de este año al fiscal general adjunto Todd Blanche, ella negó haber reclutado mujeres en Mar-a-Lago.
En otro documento publicado este jueves por el Comité de Supervisión de la Cámara, Epstein aseguró que el presidente Trump estaba “al borde de la locura”. Lo hizo en un intercambio de correos electrónicos de 2018 con el exsecretario del Tesoro Larry Summers.
“Trump está al borde de la locura”, escribió Epstein el 22 de diciembre de 2018. No está claro qué provocó el intercambio entre Epstein y Summers.
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Así mismo, en otro correo enviado por Epstein a un asesor de la Casa Blanca durante la presidencia de Barack Obama sostiene que: “Sé lo corrupto que es Donald”.
El caso alrededor del Epstein sigue sacudiendo a la administración de Trump cuatro meses después de que el Departamento de Justicia cerrara el caso, anunciando que no había más información que compartir.
Los demócratas en la Cámara Baja, ansiosos por capitalizar la controversia, han estado intentando forzar una votación para obligar a la publicación de todos los archivos del caso Epstein.
Esa presión creció el miércoles por la tarde cuando la recién juramentada representante demócrata Adelita Grijalva sumó su nombre a una petición que ya reúne las firmas necesarias para exigir una votación sobre la publicación total de los archivos.
Trump instó a los republicanos a no caer en una “trampa”.
“Los demócratas están tratando de sacar a relucir de nuevo el engaño de Jeffrey Epstein porque harán cualquier cosa para desviar la atención de lo mal que lo han hecho con el cierre del Gobierno y tantos otros temas”, afirmó Trump en Truth Social en alusión a la parálisis presupuestaria de 40 días en Estados Unidos, que le achaca a sus opositores.
Los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara obtuvieron los correos electrónicos tras citar a los herederos de Epstein a principios de este año.
Karoline Leavitt afirmó, así mismo, que los demócratas “filtraron selectivamente” esos mensajes “para crear una narrativa falsa y difamar” a Trump.
“Estos correos electrónicos no prueban absolutamente nada, salvo que el presidente Trump no hizo nada malo”, declaró Leavitt.
El Departamento de Justicia aseguró en un memorando el 7 de julio que no existía una supuesta “lista de clientes” de Epstein, y reafirmó que el hombre se suicidó en su celda.
Esto provocó una furiosa reacción de una parte del movimiento de apoyo a Trump conocido como MAGA, ya que varios de sus líderes llevan años propagando la teoría de que un “Estado profundo” protege a figuras del Partido Demócrata a los que acusan de haber sido clientes de Epstein.
Los colaboradores de Trump dentro del movimiento MAGA –incluidos dos aliados que ahora dirigen el FBI– se dedicaron a alimentar las teorías conspirativas, incluida la de que el suicidio de Epstein fue en realidad un asesinato ordenado por sus poderosos clientes.
Los vínculos de Trump con Epstein son extensos. Ambos fueron fotografiados de fiesta juntos. Fue una amistad de 15 años, antes de que, según los informes, se distanciaran en 2004 por un negocio inmobiliario. Trump no ha sido acusado de ningún delito en conexión con Epstein o Maxwell.
Epstein admitió dos delitos graves de prostitución en 2008 como parte de un acuerdo con la fiscalía, negociado por un fiscal que luego pasaría a formar parte del gabinete de Trump y que fue muy criticado por ser demasiado indulgente.