El caso del fallecido multimillonario y delincuente sexual Jeffrey Epstein sigue siendo, seis años después de su muerte, una auténtica caja de Pandora. Pese a que fue hallado sin vida en una cárcel de Estados Unidos en 2019, en circunstancias aún rodeadas de misterio, su historia continúa revelando secretos turbios, vínculos comprometidos y capas de poder que nadie parece querer tocar.
Epstein, que se movía como pez en el agua entre las élites políticas, económicas y culturales del mundo, construyó una red de relaciones que hoy muchos de sus antiguos allegados prefieren negar o borrar del mapa.
Su nombre, señalado por decenas de mujeres como un depredador sexual, se asocia también con el uso sistemático de jóvenes, la mayoría menores de edad, para satisfacer no solo sus propios deseos, sino también los de sus influyentes amigos. Sin embargo, ahora que la verdad se abre paso a cuentagotas, todos parecen mirar hacia otro lado.
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Aunque han pasado los años, el escándalo que dejó a su paso sigue sacudiendo los cimientos de la política y la farándula internacional. Recientemente, The New York Times publicó fotografías nunca antes vistas del interior de su lujosa mansión de siete pisos y casi 2.000 metros cuadrados en Manhattan, una de las cinco propiedades que Epstein poseía en el mundo.
“Durante años, transformó la casa adosada de siete pisos y 1.950 metros cuadrados en un espacio donde podía ostentar y profundizar sus vínculos con personajes poderosos, incluso cuando dentro del hogar persistían señales de su lado oscuro”, se lee en el informe periodístico, que incluye documentos y fotografías inéditas sobre su vida en los últimos años.
Las imágenes revelan decoraciones excéntricas, esculturas inquietantes, y una serie de fotos enmarcadas junto a figuras de alto perfil. Entre las personalidades que aparecen retratadas con Epstein están el papa Juan Pablo II, el cantante británico Mick Jagger, el magnate y CEO de Tesla y SpaceX, Elon Musk, el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, el empresario inglés Richard Branson, el fallecido líder cubano Fidel Castro y el expresidente de Colombia, Andrés Pastrana.
También figura una fotografía con Donald Trump y su entonces novia, Melania, hoy primera dama de Estados Unidos, quienes eran visitantes frecuentes de la mansión en los años previos a que estallara el escándalo.
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En casi todas las fotos, Epstein aparece acompañado de Ghislaine Maxwell, su eterna compañera, actualmente condenada por tráfico sexual. La mujer fue capturada hace más de tres años y condenada a 20 años de prisión por su complicidad en los abusos contra menores. Recientemente, fue trasladada a una prisión de menor seguridad, lo que avivó las especulaciones de que Trump podría conmutar su pena o incluso otorgarle un indulto a cambio de su cooperación.
¿Qué responde Andrés Pastrana sobre la aparición de su nombre en el escándalo?
El nombre de Andrés Pastrana tampoco es nuevo en esta trama. Años atrás, el expresidente colombiano apareció en la lista de pasajeros del llamado Lolita Express, el avión privado de Epstein. Sin embargo, Pastrana ha negado reiteradamente estos señalamientos y ha sostenido que su relación con Epstein fue meramente diplomática.
“Documentos de @TheJusticeDept confirman que nunca volé en el llamado Lolita Express (Boeing 727-31 H, N908JE). Viajé única y exclusivamente a La Habana a entrevistarme con Fidel Castro en un Gulfstream ejecutivo (N909JE) y otro aprobado por Cuba. Como consta, allí me quedé”, escribió en su cuenta de X. Y añadió: “En los aviones que me monté del señor Epstein, nunca había menores”.
La revelación de estas fotografías se suma a los esfuerzos investigativos que actualmente lidera el Gobierno de los Estados Unidos. En febrero de 2025, el Departamento de Justicia desclasificó documentos relacionados con el caso Epstein, lo que reactivó el interés mediático y político en todo el país. Como parte de estas nuevas diligencias, un importante comité del Congreso, de mayoría republicana, anunció esta semana la citación formal al expresidente demócrata Bill Clinton y a su esposa, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, para que rindan declaración sobre sus presuntos vínculos con el fallecido financiero.
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Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, también se encuentra bajo presión por parte de su base conservadora, que lo acusa de falta de transparencia. La molestia creció luego de que el Departamento de Justicia reiterara que Epstein se suicidó en su celda en 2019 y que el caso está cerrado. La misma entidad negó además la existencia de una supuesta “lista de clientes” secretos de Epstein, como ha sostenido durante años un sector del movimiento MAGA.
Las excentricidades de su mansión
Quienes han ingresado a la mansión del fallecido Jeffrey Epstein coinciden en una misma impresión: los hallazgos son escalofriantes y su estilo, una viva muestra de extravagancia que raya en lo perturbador.
En una de las habitaciones destaca un mural fotorrealista que representa una escena carcelaria, con alambre de púas, guardias y una torre de vigilancia. En el centro de la imagen aparece el propio Epstein, como si se tratara de un homenaje irónico a su paso por prisión.
La decoración del lugar abunda en elementos inquietantes. Una muñeca femenina de tamaño real colgaba de una lámpara de araña, y al pie de la escalera se encontraba un tablero de ajedrez cuyas piezas, todas personalizadas, estaban inspiradas en miembros de su personal y vestidas de forma provocadora. En su oficina, un gran tigre disecado dominaba la escena, como símbolo de poder o trofeo de su particular sentido del lujo.