La parálisis presupuestal frenaría algunas actividades de las agencias federales siendo las más perjudicadas las relacionadas con la salud y la investigación.
El gobierno estadounidense cerró parcialmente sus servicios este miércoles a causa del desacuerdo entre demócratas y republicanos sobre una extensión presupuestaria, lo que llevó a la Casa Blanca a amenazar con despidos “inminentes”.
El Senado, donde es necesaria una mayoría de 60 votos (de 100) para aprobar un proyecto de gasto público de los republicanos, fracasó en una nueva votación, la tercera en menos de 24 horas.
El Ejecutivo estadounidense está “trabajando con agencias en todos los ámbitos para identificar dónde se pueden hacer recortes... y creemos que los despidos son inminentes”, declaró la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
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El cierre detendrá el trabajo de múltiples departamentos y agencias federales, afectando a cientos de miles de empleados gubernamentales. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), 750.000 funcionarios federales están afectados por este cierre administrativo, que amenaza con prolongarse.
Este cierre, conocido como shutdown, se activó luego de que el Congreso, sumido en una profunda parálisis, no lograra aprobar una medida de financiación esencial para mantener los servicios activos. La causa de esta medida fue el fracaso en alcanzar un acuerdo sobre el proyecto de ley de gastos, pues durante semanas el debate se centró en el aumento de los subsidios del Obamacare (Ley de Atención Médica Asequible, ACA).
Para el Partido Republicano, que representa Donald Trump, los demócratas deben aceptar extender los presupuestos actuales por otras siete semanas para ganar tiempo y negociar posteriormente.
Por otra parte, el Partido Demócrata, liderado por Chuck Schumer y Hakeem Jeffries, se niega a otorgar sus votos sin concesiones importantes. Exigen un acuerdo firme para renovar los subsidios gubernamentales de seguro médico que vencen a finales de año.
Los señalamientos entre los republicanos, partido de gobierno, y los demócratas, la oposición, no han frenado. Mientras Trump afirma en sus redes que fueron los del Partido Demócrata quienes “cerraron los servicios del Estado”, los opositores afirman que el Partido Republicano cerró los servicios del Estado porque “no quieren proteger la atención médica del pueblo estadounidense”.
El principal grupo afectado por el cierre presupuestal serán los empleados federales y sus familias, pues alrededor de 750.000 podrían ser suspendidos temporalmente.
Mientras, empleados considerados esenciales (como controladores de tráfico aéreo o personal de TSA, Transportation Security Administration) tendrán que seguir reportándose a trabajar, aunque muchos no recibirán su salario hasta que se acabe el impasse. En cierres anteriores, estos trabajadores recibieron su salario de forma retroactiva.
La otra afectación del shutdown se produce en la seguridad social de los estadounidenses, especialmente en los subsidios reforzados a las primas del Obamacare. Si estos auxilios mejorados, aprobados en 2021 y extendidos posteriormente, caducan a finales de año, se espera que las primas se disparen en un 75%, en promedio, para 2026, impactando a aproximadamente 24 millones de personas suscritas a pólizas en lo que va del 2025.
Puntualizando en las agencias federales, las relacionadas con la salud pública y la investigación tendrían detenciones en sus investigaciones. Este es el caso de la CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) en donde se frenará la investigación sobre riesgos para la salud, la comunicación con el público y el trabajo para ayudar a funcionarios estatales y locales a prevenir muertes por sobredosis.
Respecto a la NIH, o Institutos Nacionales de Salud, los pacientes actualmente inscritos en estudios continuarán recibiendo atención, pero quienes esperan terapias experimentales no podrán inscribirse, y no se iniciarán nuevos estudios.
La FDA ( Administración de Alimentos y Medicamentos) suspenderá algunas actividades como las inspecciones previamente programadas de plantas de fabricación. Sin embargo, se seguirán realizando revisiones si existe sospecha de un problema que ponga en peligro a los consumidores.
Otra actividad que sufriría la parálisis son las relacionadas con las embajadas y los consulados, pues aunque permanecerán abiertas para prestar servicios a los ciudadanos, varias ya anunciaron que no actualizarán informaciones salvo anuncios urgentes de seguridad.
Los oficiales de aduanas, protección fronterizas y agencias relacionadas con la Seguridad Nacional seguirán trabajando normalmente. En el caso de la aviación, aunque algunos continúan en sus puestos, la escasez de personal ha provocado retrasos en los vuelos y filas de seguridad más largas durante cierres anteriores.
El cierre presupuestal ha sido utilizado por la administración Trump para amenazar con una reducción aún mayor del tamaño del gobierno, pues el jefe de presupuesto de la Casa Blanca, Russ Vought, distribuyó un memorando explicando cómo el gobierno planeaba utilizar el cierre para hacer nuevas reducciones a largo plazo en el gasto federal y las listas de empleo, finalizando permanentemente puestos y programas gubernamentales considerados “no esenciales”.
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