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“El mundo pide más carbón, mientras Colombia exporta 10 millones de toneladas menos”: Fenalcarbón

Carlos Cante, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón), se refirió a la caída en las exportaciones, el aumento de la demanda mundial de este mineral y las consecuencias de suspender su producción abruptamente.

  • Carlos Cante, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón). Foto: Cortesía
    Carlos Cante, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón). Foto: Cortesía
hace 7 horas
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La industria carbonífera en Colombia atraviesa un momento complejo, marcado por la caída en la producción, la reducción de las exportaciones y una carga tributaria creciente que amenaza su competitividad frente a otros países productores.

En entrevista con EL COLOMBIANO, Carlos Cante, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón), se refirió a la caída en las exportaciones, el aumento de la demanda mundial de este mineral y la prohibición de enviarlo a Israel.

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El dirigente gremial advirtió que, si se llegara a cerrar la generación a carbón en el país, se perdería un respaldo energético equivalente al consumo de más de 3 millones de hogares. Además, recordó que el movimiento de carbón y coque representa cerca del 30% de la carga de productos a granel en Colombia.

Asimismo, afirmó que una transición energética acelerada podría provocar una caída de hasta $38 billones en la economía.

Las exportaciones de carbón no están pasando por su mejor momento...

“Entre enero y julio hemos caído en aproximadamente 10 millones de toneladas, de las cuales 9 millones corresponden al carbón térmico del norte y 1 millón más o menos a coque y carbón metalúrgico.

En total, hasta julio, exportamos cerca de 27 millones de toneladas, cuando el año pasado en ese mismo periodo estábamos en 37 millones de toneladas exportadas”.

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¿Y cómo está la producción?

“La producción está por encima del consumo nacional, que ha estado restringido. La principal fuente consumidora de carbón es la generación térmica, pero debido al alto nivel de operación de las hidroeléctricas, este año la generación con carbón ha sido muy limitada.

Sumando otros usos industriales, se estima que para noviembre la producción alcance cerca de 31 millones de toneladas, frente a un consumo interno aproximado de 4 millones de toneladas.

El Gobierno Nacional expidió un borrador de decreto con el que se prohíben, sin excepción, las exportaciones de carbón a Israel, ¿cómo los afecta eso?

“Entre 2020 y 2023, Colombia exportó hacia Israel un promedio de 3,5 millones de toneladas de carbón al año. En 2024 entró en vigencia una prohibición parcial, establecida en un decreto que protegía los contratos ya firmados, la cual comenzó a aplicarse en agosto. Como resultado, el consolidado anual cerró en 2,2 millones de toneladas, lo que representó una caída cercana a 1,2 millones de toneladas frente al promedio histórico.

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En lo corrido de 2025, hasta mediados de año, las exportaciones sumaban cerca de 700.000 toneladas, respaldadas por contratos vigentes y autorizaciones del Gobierno.

Sin embargo, desde que se empezó a hablar de una prohibición total, las operaciones han quedado prácticamente paralizadas. Aunque el decreto aún no ha sido expedido, tiene bastante restringida la operación de los contratos que estaban autorizados para generar embarques.

Ustedes también han advertido que el anticipo del impuesto de renta está asfixiando al sector carbonífero...

“Estimamos que este año la renta anticipada pagada en exceso, como consecuencia de las nuevas tarifas, puede llegar a los $2 billones. Estos recursos han sido capturados temporalmente por el Estado de manera irregular y es resultado de diversas medidas tributarias sin análisis técnico, como el aumento de las autorretenciones, donde la tarifa ha sido modificada en menos de dos años, pasando de 1,6% a 2,2%, y en su última reforma al 4,5% para la industria del carbón, generando así un anticipo sobre rentas que este año el sector no generará.

Esa situación no solo incrementa la carga administrativa al tener que gestionar su devolución, sino que además afecta de manera grave la liquidez de nuestras empresas, lo que limita nuestra capacidad de inversión, de operación y de generación de empleo, justo en un contexto en el que enfrentamos caída en los precios internacionales, menores márgenes operativos y un aumento considerable de los costos estructurales”.

¿Qué tan dependiente es aún Colombia del carbón?

“Actualmente, la capacidad instalada de generación térmica a carbón representa la base de respaldo del sistema energético nacional. Es la única fuente capaz de garantizar energía firme, a diferencia de las renovables, que dependen en gran medida de las condiciones climáticas. Hoy, esta capacidad equivale al 8% de la generación instalada en el país.

Estamos hablando de un poco más de 30,9 gigavatios hora-día, una cifra equivalente al consumo total de Bogotá y de los 116 municipios de Cundinamarca.

Si se llegara a cerrar la generación a carbón, se perdería ese respaldo energético, lo que equivale a dejar sin suministro a más de 3 millones de hogares que hoy dependen de esta fuente para garantizar la seguridad energética”.

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¿Y qué porcentaje de la carga nacional mueve el carbón?

“Hay un aspecto importante relacionado con la carga: los productos que salen de los departamentos productores hacia los puertos o hacia los centros de consumo nacional se transportan por diferentes medios: camiones, trenes o barcazas. En esa dinámica, el movimiento de carbones y coque representa cerca del 30% del total de la carga de productos a granel del país.

¿Qué significa esto? Que el sector genera un efecto compensatorio en los costos de las importaciones. Al movilizar carbón y coque desde el interior hacia los puertos, los camiones viajan cargados y, al regresar con bienes importados hacia el interior, la tarifa resulta mucho más baja. Esto contribuye a reducir los costos logísticos y de transporte en general.

Si esa carga desaparece —ese 30% del total—, muy probablemente aumentarán los costos de los bienes importados y de la movilidad de productos entre regiones. Esto se debe a que se perdería el factor de compensación de carga, y los importadores o transportadores tendrían que asumir lo que se conoce como flete muerto, que es llevar un camión vacío desde Sogamoso, Medellín u otra ciudad hasta el puerto, porque no habría carga de retorno.

Esa situación podría tener un impacto significativo en la economía, encareciendo la logística y trasladándose a los precios de los productos. En consecuencia, se generaría una presión inflacionaria derivada del mayor costo en la movilidad de mercancías por carretera, río o tren”.

¿Cuáles son las implicaciones fiscales de suspender la producción y exportaciones de carbón?

“Cada peso invertido en la producción de carbón genera $2,42 en la economía nacional. Sin embargo, una transición energética acelerada tendría un fuerte impacto: se estima que podría provocar una caída de hasta $38 billones en la economía.

El efecto sobre el empleo tampoco sería menor. Una caída en la producción de carbones de $1.000 millones generaría una pérdida de 4,7 empleos. Y una caída en la producción de los carbones se estima una pérdida acumulada al 2050 de 70.000 empleos aproximadamente”.

¿El mundo sigue demandando más carbón?

“El hecho de que Colombia no sea competitivo, debido a los sobrecostos derivados de decisiones con una marcada visión política e ideológica que buscan marchitar aceleradamente la industria, no significa que el mundo haya dejado de consumir carbón. Al contrario.

En 2023, el consumo mundial alcanzó cerca de 8.500 millones de toneladas, y en 2024 subió a 8.772 millones de toneladas. Para 2025 se espera un incremento cercano al 1%, lo que llevaría la demanda global a aproximadamente 8.900 millones de toneladas.

El mundo sigue consumiendo carbón; sigue demandando carbón metalúrgico para la producción de acero y coque para la operación de altos hornos. Lo que ocurre es que, en la medida en que Colombia reduzca sus exportaciones, como en el caso de Israel, otros países como Indonesia, Australia y otros grandes productores ocupan ese espacio e incrementan su participación en el mercado”.

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¿Qué impacto tendría una reforma tributaria sobre el carbón?

“El sector carbonífero en Colombia es amplio y diverso. Actualmente existen 1.015 títulos mineros, la mayoría en manos de pequeños productores del interior del país.

Sin embargo, el Gobierno avanza en medidas orientadas a reducir el consumo de carbón, sin ofrecer previamente alternativas productivas, financieras o fiscales para los mineros nacionales.

Si estas medidas se consolidan a través de una reforma tributaria, las consecuencias podrían ser graves, no solo en el ámbito económico, sino también en lo social y en el desarrollo de los territorios donde la actividad minera es un eje fundamental”.

¿Qué espera el sector para el cierre de este año?

“Hay dos aspectos clave que estamos esperando. Por un lado, dependemos de diversos eventos geopolíticos globales que generen señales de recuperación económica, mayor productividad y mejores condiciones en los mercados internacionales de consumo de acero. También se requieren ajustes en los mercados del acero, del coque y del carbón metalúrgico.

Por otro lado, confiamos en que el aumento en el consumo de energía y la mejora en los precios internacionales del carbón permitan fortalecer la comercialización. Esto sería fundamental para compensar la presión tributaria y de costos que enfrentamos en Colombia y, aun así, mejorar los volúmenes de exportación hacia los mercados globales”.

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