Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
La hoja de vida oficial del auto denominado pastor Alfredo Rafael Saade Vergel tiene tanta pobreza profesional que el más prolongado de sus anteriores empleos es más oscuro que sus intenciones con nuestros pasaportes”.
Por Melquisedec Torres - @Melquisedec70
La hoja de vida oficial del auto denominado pastor Alfredo Rafael Saade Vergel - el nuevo vocero del poder presidencial - tiene tanta pobreza profesional que el más prolongado de sus anteriores empleos – todos de medio o bajo nivel comparados con el de hoy - es más oscuro que sus intenciones con nuestros pasaportes. Durante 12 años (2008 – 2020) fue representante legal de una extraña organización, “Muros caídos”. No dice el documento si era una empresa comercial o una ONG contratista de esas miles que pululan por el país y medran del Estado. Según anotó Saade, funciona en la calle 106 #54-93 en el edificio Virrey IV de Bogotá. Sin más datos; ninguna ONG o empresa aparece con ese nombre en el registro único empresarial y social del país.
Un cargo algo menos invisible fue el de director de Asoareas, que agrupa a seis áreas metropolitanas de Colombia; estuvo año y medio entre 2016 y 2017 gracias a la conexión que había logrado con el entonces senador Armando Benedetti; simultáneamente era director del área metropolitana de Valledupar.
Quienes compartieron con él las aulas de Derecho en la Universidad Libre de Bogotá hasta fines del siglo XX solo lo recuerdan por sus parrandas, su estilo de niño rico costeño y su apodo del “Chiche” Saade; poco o nada se destacó como futuro abogado. De su capacidad mental siempre hubo dudas entre sus condiscípulos.
La habilidad política y camaleónica de Saade solo es comparable a la de su mentor Benedetti: en 2014 se quemó en campaña al Senado con Cambio Radical; en 2015 quiso ser alcalde de Valledupar, también con apoyo de Vargas Lleras, pero al verse perdido se unió al ganador Ramírez Uhía, al lado del Mello Castro y el clan Gnecco. En 2019 intentó de nuevo ser candidato a la alcaldía de la capital del Cesar; pidió aval del Centro Democrático y se lo negaron, así que volvió donde Cielo Gnecco para apoyar al Mello Castro. Nada logró en ese poder local y decidió armar maletas hacia Barranquilla donde quiso ser contralor, sin éxito, con el apoyo de Jaime Berdugo, uno de los más cercanos amigos de Benedetti.
A pesar de sus pobres antecedentes locales, se creyó candidato presidencial y le “compitió” a Petro en la consulta interpartidista de 2022; no superó los 22 mil votos, frente a más de 4 millones del ganador. Pero eso le permitió acercarse al futuro Presidente, que lo premió inicialmente con un contrato “corbata” de $22 millones mensuales en la UNGRD (entre 2023 y 2024) cuando el director era Olmedo López. Saade nada vio de la gigantesca corrupción, pese a que sus funciones eran las de “servicios profesionales especializados, altamente calificados, realizando acompañamiento jurídico del ordenador del gasto”, que era justamente Olmedo. Y sus cuentas de cobro, según investiga la Procuraduría por denuncia del concejal Briceño, las soportaba copiando los informes de otro funcionario.
Este es el hombre a quien Petro le dio el poder de garantizar la expedición de millones de pasaportes de los colombianos durante los próximos 10 años. Hace 10 días dijo que “en horas” se firmaría el contrato con Portugal para esos efectos.