Colombia es constantemente reconocida por su gastronomía y sus platos, algunos considerados deliciosos alrededor del mundo. Por ejemplo, la lechona se quedó con el primer lugar entre los 100 mejores del mundo según la prestigiosa guía Taste Atlas en 2024, en una selección de 11.279 platos de distintas regiones.
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Sin embargo, a inicios de este año la misma prestigiosa guía publicó los 100 peores platos del mundo, en la que también se encuentra Colombia, ahora con la aparición de un plato muy popular en Santander: las hormigas culonas, que tienen diferentes preparaciones en la región.
El plato típico ocupó el puesto 90 entre los 100 platos menos preferidos, ya que estos insectos tostados ha generado sentimientos de amores y odios entre la población local.
El plato que ocupó el primer puesto en esta lista fue el bloodpalt , una comida típica de Laponia, Finlandia, elaborado con albóndigas a base de harina de centeno y sangre de animal, que obtuvo una calificación de 1.6 sobre 5.
Hormigas culonas, plato típico de Santander
Las hormigas culonas, específicamente las hembras reproductoras, emergen de sus nidos una vez al año, poco después del inicio de la primera temporada de lluvias, para realizar su vuelo nupcial. Es en este momento cuando los habitantes de municipios como San Gil, Curití y Barichara se movilizan para capturarlas, aprovechando su abundancia estacional.
Una vez recolectadas, las hormigas son sometidas a un meticuloso proceso de preparación. Primero, se limpian, retirando las alas, patas y en algunos casos, la cabeza, dejándolas listas para el siguiente paso que consiste en remojarlas. Las hormigas se sumergen en agua con sal y limón durante una noche, lo que puede realzar su sabor y eliminar posibles impurezas. Luego, se tuestan en tiestos de barro, aprovechando su propio contenido graso, lo que les confiere una textura crujiente y un sabor distintivo.
El consumo de las hormigas culonas se remonta a los indígenas Guanes, quienes las consideraban un alimento relacionado con el matrimonio y las utilizaban como regalo de bodas o para pedir la mano de alguien. Esta relación con el amor originó la fama de las hormigas como alimento afrodisíaco.
Hoy en día, las hormigas culonas son un símbolo de la identidad santandereana y un atractivo gastronómico para visitantes que buscan experimentar sabores auténticos y tradicionales de la región. Sin embargo, estas no parecen ser de los platos favoritos alrededor del mundo.
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