La ambición de uno de sus familiares por quedarse con las propiedades que consiguieron durante toda su vida, mediante una herencia, es la principal hipótesis que manejan las autoridades sobre el asesinato de las hermanas María Victoria y María Norelia Correa Ramírez, hecho registrado dentro de una prestigiosa panadería del barrio Villagrande, de Envigado.
Así lo dieron a conocer fuentes judiciales del caso, que indicaron que las dos hermanas asesinadas y la que resultó herida, habían recopilado un capital de 3.000 millones de pesos, producto de la compra de propiedades y algunas inversiones que realizaron. En el caso de María Victoria, producto del periodismo, mientras que las otras dos aportaron también su capital mediante el trabajo que hicieron durante sus vidas.
Al ver que en los últimos días las tres hermanas habrían designado un heredero único para sus propiedades y sus inversiones, esto habría llevado a que el afán por quedarse con todo originara el asesinato registrado el pasado viernes dentro de la panadería Pecositas, en la carrera 43A (avenida El Poblado) con la calle 25A sur.
En este establecimiento, las tres hermanas llevaron a un sobrino, un joven de 17 años, a celebrar su cumpleaños, pero cuando apenas se habían acomodado y estaban esperando su pedido, un hombre con un bolso de domiciliario se acercó al sitio donde estaba sentada María Victoria y le apuntó con un arma de fuego, la cual no se accionó.
Pero la idea era que el homicidio se materializara sí o sí, por lo que detrás del primer sicario llegó un segundo, vestido con las mismas características y le disparó en la cabeza a María Victoria, de 68 años. Posteriormente, dirigió el arma a la segunda hermana, a quien hirió en un brazo y el cuello, mientras que después dirigió el arma hacia María Norelia, de 75 años, propinándole otro impacto en la cabeza.
La hermana herida fue trasladada a la Clínica Las Américas del Sur, ubicada a una cuadra del sitio del ataque, y su estado de salud es estable. Luego del ataque, mientras esta mujer era atendida, varios familiares se encontraron en los pasillos del centro asistencial y allí comenzaron los altercados verbales, en los cuales incluso hicieron señalamientos de quién las habría mandado a matar, situación que fue intervenida por la vigilancia y la Policía.
En cuanto al sobrino que se encontraba con ellas al momento del ataque, quien sería nieto de María Norelia, este resultó ileso, puesto que el sicario en ningún momento le apuntó con el arma de fuego, además que se encontraba en el punto más distante de la mesa.
El general Castaño Ramos aseguró que ya se descartó de lleno que se tratara de un intento de hurto a las hermanas o al sobrino que las acompañaba en ese momento, al igual que cualquier hecho relacionado con la labor de María Victoria, puesto que por este hecho no tenía ninguna amenaza en su contra, aseguraron tanto los familiares como las autoridades.