Terroristas del ELN están lanzando explosivos desde drones contra kioskos y viviendas de la comunidad en la región del Catatumbo, con el pretexto de que son utilizadas por disidentes de las Farc para sus actividades delictivas.
La denuncia la hizo el ministro de Defensa, general (r) Pedro Sánchez, quien posteó un video en su perfil de la red social X, en el que se ve a una mujer quejándose junto a un entable en llamas, en un sector rural conocido como Tres Curvas, en el municipio de Tibú.
“¡El narcotráfico solo deja dolor, nunca esperanza! La angustia de esta señora que hoy llora, es consecuencia directa de que el ELN le bombardeó con drones una choza dedicada a procesar droga. Ese es el ciclo perverso del narcotráfico: usar al campesino, abandonarlo y condenarlo a la ilegalidad”, escribió.
En la grabación, la mujer (cuyo rostro fue distorsionado para proteger la identidad) dice: “Una granada dirigida por un dron, por parte del ELN, destruyó esta casa, si hubiera estado ahí, me habría matado a mí. Hacemos la denuncia pública para que esto no siga pasando”.
Según ella, la causa del ataque fue “porque supuestamente aquí están las Farc, y eso es pura mentira, aquí no hay ningunas Farc. Esto es violación a los derechos humanos”.
El ministro Sánchez afirmó que “afortunadamente, cada vez más familias están cambiando los cultivos ilícitos por proyectos productivos legales. El ELN sigue atacando indiscriminadamente a la población civil, intentando evitar que los territorios avancen hacia la legalidad. El Gobierno Nacional está dispuesto a recibir lo legal y combatir lo ilegal con toda la fuerza del Estado”.
El pasado 16 de mayo hubo un ataque con explosivos lanzados desde drones en el municipio de Tibú, Norte de Santander, en la misma subregión del Catatumbo. El artefacto cayó en una vivienda del corregimiento Versalles, matando a un niño de 12 años que dormía en su habitación e hiriendo a su madre.
En ese entonces, el ministro Sánchez también culpó al ELN, que desde el anterior 15 de enero inició una escalada terrorista en la zona, buscando arrebatarle el control territorial a los disidentes del frente 33 de las Farc.
La disputa entre esos grupos ha producido cerca de 100 asesinatos y más de 60.000 desplazamientos forzados.
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