Claudia Aguilera, esposa del asesinado fiscal paraguayo, Marcelo Pecci, dio a conocer una fuerte y desgarradora carta este sábado, al cumplirse tres años del crimen ocurrido en las playas de Barú.
En este pronunciamiento habló de lo difícil que ha sido seguir con su vida, además de recriminar fuertemente a la justicia que acusó de corrupción.
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“Hola, Marcelo. Hola, amor... Te escribo estas líneas sin tener el coraje para leerlas en voz alta. Te escribo al cumplirse tres años de tu muerte, de tu abrupta partida. Vida... no queríamos que las cosas fueran así”, inició escribiendo la esposa de Pecci.
Es de recordar que el fiscal paraguayo fue asesinado el 10 de mayo del 2022, cuando se encontraba de luna de miel con Aguilera en las playas de Barú, en Colombia.
En la carta señaló que su hijo Marcelito ya tiene dos años y aunque dice que trata de hablarle de su padre, se conmueve porque quiere protegerlo: “de todo lo malo que le tocó vivir a nuestra familia y de la infamia de vivir en un país sin justicia”.
La viuda de Pecci describió que vivir luego de este crimen es “una tarea pesada”: “siento que me asfixia”, además de aceptar que tiene “miedo” por no gritar a diario exigiendo justicia.
“Me desgasto día a día al pensar en lo que ocurrió. Perdóname, amor, por no poder recordarte sonriendo, por no recordar la calidez de tu abrazo, y solo ver y escuchar los tres disparos; por recordar tu cuerpo ensangrentado y tu corazón desvaneciéndose poco a poco”, señaló.
En medio de su dolor al cumplirse tres años del crimen, Claudia Aguilera pidió perdón a Pecci, mientras cuestionó fuertemente a la justicia de presunta corrupción en el caso.
En uno de los apartes de la carta pidió perdón “por la inacción de tus pares de la Fiscalía, que solo usan tu nombre para reivindicar valores que no los representan”.
Incluso, aseguró sentirse “asqueada y frustrada” por “la institución que amabas: el Ministerio Público. Perdóname por ya no creer en la justicia. Te pido perdón por sentirme impotente ante la crueldad e inmensidad de los hechos”.
Acusó a la justicia de lograr el poder a través de la corrupción y el crimen organizado, señalando a actores judiciales y a políticos que “prefieren encubrir —no sé a quién o a quiénes— y borrar, de paso, tu legado”.