¿Qué misterio tendrá el número siete? Se pregunta Lisandro Meza en una canción que suena, cada tanto, en los parlantes de los barrios de Medellín. Por estos días, la cuestión ha tomado fuerza entre los hinchas del DIM, que buscan en cualquier parte señales que alimenten la ilusión que tienen de que su equipo llegue –por fin–, a la séptima estrella.
En la mañana de un día de la semana pasada a un aficionado del DIM lo recogió un carro en su casa cuya placa era 007. Contento, envió a un grupo de amigos en WhatsApp el pantallazo. “Es una señal del cielo”, escribió. Otro día, una hincha que suele ir al estadio entró a su WhatsApp y vio que tenía siete mensajes. Hizo lo mismo: pantallazo y al grupo.
Por esa misma ilusión fue que un colectivo de hinchas del cuadro rojo decidió llevar ruda, la mata que dicen que quita la “mala suerte”, al estadio en los partidos de cuadrangulares. Muchos dijeron que funcionó. El gol de Francisco Fydriszewski, quien demoró 21 juegos para anotar por primera vez con el DIM, respaldó la superstición.
Para la final de este domingo contra Santa Fe (6:00 p.m.) en el Atanasio Girardot, hay datos de que la ruda escasea en Medellín y el Aburrá. Seguro los aficionados –tanto los 44.000 que ingresarán al estadio, como aquellos que verán el partido por televisión–, tendrán en su mano la planta, que se convirtió en ritual.
¿Pero por qué los hinchas le han puesto una mística casi militar al sueño de conquistar la séptima estrella? La respuesta es simple: llevan buscándola desde hace 9 años y, en tres oportunidades estuvieron cerca de conseguirla, pero se les escapó por muy poco.
En 2018, cuando enfrentaron a Junior, quedaron a un gol de conseguir el título. La serie, que se cerró en suelo antioqueño, terminó 5-4. En 2022 perdieron por penaltis con Pereira. Lo mismo sucedió en 2023 ante los barranquilleros.
Ha pasado casi una década desde la última vez que Medellín fue campeón. El título más reciente llegó en el Apertura del 2016, cuando derrotaron a Junior. Los nueve años que lleva la hinchada del Medellín esperando por gritar, de nuevo, que son los campeones del fútbol profesional colombiano, son la segunda racha más larga sin levantar un trofeo en la historia.
Precede a los 45 años que se demoró el Equipo del Pueblo para conseguir su tercera estrella. En diciembre de 2002, el cuadro antioqueño levantó su tercera estrella después de haber estado cerca, pero sin éxito.
Después, el DIM inició una época de buenos resultados: en 2004 levantó, de nuevo, un campeonato. Cinco años más tarde, en 2009, volvió a ser campeón. Luego pasó siete años buscando la sexta estrella que, al final, llegó en junio del año 2016, de la mano de Leonel Álvarez.
Desde que inició la pretemporada para el torneo Apertura, en la sede del DIM solo hablaban de una cosa: conseguir la séptima estrella. Por eso, el club movió fichas para traer jugadores que se ajustaran a la idea de juego del entrenador Alejandro Restrepo.
Uno de los que llegó fue Léider Berrío. El volante cordobés, de 27 años, venía del Junior de Barranquilla, elenco en el que no sumó muchos minutos en 2024. Por eso, los aficionados se resistieron mucho a su contratación.
Tampoco lo querían porque –paradojas del destino–, fue quien pateó, con el número siete en la espalda, los penaltis definitivos de las tandas ante Pereira y Junior, las dos últimas que perdió el cuadro rojo por Liga.
Sin embargo, eso no importó ni a la dirigencia, ni al futbolista. Por el contrario, desde el primer momento Berrío se entregó a los colores del Medellín. En un duelo de pretemporada, contra Once Caldas, anotó de penalti, con la camiseta siete en la espalda, pero esta vez a favor del DIM.
En una entrevista con este diario, al inicio del semestre, manifestó que estaba dispuesto a entregar todo por el Medellín y que esperaba poder darle, con su profesionalismo, una alegría a la hinchada del cuadro rojo. Además, prometió que iba a marcar ocho goles porque, en los torneos donde tuvo el mayor rendimiento goleador, había hecho entre seis y siete tantos.
Hasta el momento, el atacante cordobés suma cuatro celebraciones con DIM y se ha convertido en uno de los futbolistas determinantes del cuadro dirigido por Alejandro Restrepo.
Léider anotó dos golazos en las semifinales de la Liga contra el Deportes Tolima. Además, en la final, estuvo cerca de anotar el quinto contra Andrés Mosquera Marmolejo, de quien fue verdugo en dos oportunidades. Sin embargo, la opción más clara que generó pegó en el palo.
El volante, a quien los hinchas han tomado como un buen presagio por llevar la camiseta siete, es el segundo máximo goleador del Medellín durante el Torneo Apertura de este año. Solo tiene por delante al extremo Francisco Chaverra, quien ha celebrado en cinco ocasiones.
Todo el mundo espera que Léider, quien ha manifestado que es necesario un cambio de mentalidad en la hinchada y que en el plantel están listos para ser campeones, sea una de las fichas que destrabe, para el DIM, el misterio que tiene el número siete, que se ha demorado tanto para llegar a su escudo.
Esta será la tercera final que disputará Hugo Rodallega en el fútbol colombiano. El delantero vallecaucano, que el próximo 25 de julio cumplirá 40 años, ganó la primera con el Deportivo Cali en 2005 y perdió la segunda con Santa Fe en el Apertura del 2024.
En todas las que ha disputado el ahora capitán de los cardenales ha sido goleador. Hace 20 años, con el equipo de la capital del Valle del Cauca, anotó 12 tantos en el Clausura. El año pasado, con los bogotanos, terminó el semestre con la misma cantidad de dianas. Esta vez, el jugador que tuvo un paso internacional por México, Inglaterra, Turquía y Brasil, antes de regresar al país, suma 15 tantos y será, pase lo que pase en el Atanasio, el ganador del botín de oro del primer semestre del 2025.
Además, es un futbolista al que le va bien disputando finales. En la ida del juego con Cali anotó doblete ante Real Cartagena y fue importante para que su cuadro consiguiera la victoria.
Entre tanto, con el elenco bogotano en el primer semestre del 2024, anotó un tanto en el duelo de vuelta contra el Atlético Bucaramanga que, al final, perdieron en una tanda de penaltis que finalizó 6-5 a favor de los dirigidos por el venezolano Rafael Dudamel.
Este domingo, en el Atanasio, Rodallega es la carta principal de Santa Fe. Sus goles siguen intactos. Puede ser uno de los hombre que pongan en riesgo la séptima. Los defensas tienen que marcarlo bien para que la ilusión de la gente del Medellín se mantenga viva.
