Las disputas de grupos armados en Antioquia han llevado a que las cifras de afectaciones por explosivos y minas antipersonal se hayan duplicado en el último año, siendo este uno de los flagelos humanitarios con mayor aumento en el departamento, junto con los confinamientos en las zonas de confrontación, de acuerdo con el Balance Humanitario del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
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En 2024 hubo 91 lesionados en Antioquia en hechos en los que se usaron explosivos o minas, siendo las últimas las que mayor cantidad de afectaciones dejaron. Lo más delicado es que para 2023 se contabilizaron 48 casos, lo que conllevó a un aumento del 89% de un año a otro.
Lo que más preocupa a este organismo es que de los afectados el año pasado, 12 eran civiles que quedaron en medio de las disputas entre grupos como el Clan del Golfo, las disidencias de las Farc y el ELN.
Manuel Duce, jefe de la subdelegación de Medellín del CICR, manifestó que “hay consecuencias humanitarias en que los números sean los más altos en los últimos ocho años y esto se debe a cambios de dinámicas en los territorio. Hemos visto la reconfiguración de actores armados, fragmentación y el fin del cese al fuego. La población civil ha quedado mucho más expuesta a la acción armada y tienen más riesgos de sufrir las consecuencias”.
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Este tipo de afectaciones ubican a Antioquia en el cuarto lugar de la cantidad de lesionados y fallecidos, superado por Cauca con 183, Valle del Cauca con 170 y Nariño con 115. En todo el país ocurrieron 719 casos en 2024, mientras que un año antes se contabilizaron 380.
También los confinamientos
Otra de las problemáticas sociales que más han afectado a las comunidades que han terminado en medio del fuego cruzado es que muchas de ellas terminan confinadas, es decir que no pueden salir de sus casas ni a la tienda por temor a represalias.
Para el caso de Antioquia estos casos se multiplicaron por ocho si se cuentan los casos de 2023 y los del año pasado, representando un incremento del 427%.
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El año pasado se reportaron 8.043 confinamientos, los cuales se produjeron principalmente en el Norte, Nordeste y Bajo Cauca antioqueño, los territorios donde está más intensificada la disputa de estos grupos. Un año antes la cifra terminó en 1.224 confinamientos.
Lo más crítico de este fenómeno es que solo Chocó supera a Antioquia en la cantidad de personas confinadas, ya que en el departamento vecino ocurrieron 36.280. En todo el país se contabilizaron 88.874.
A todo esto se le suman los desplazamientos, tanto individuales como colectivos, los cuales, si bien redujeron, sus cifras a nivel global son elevadas en el departamento.
Para los casos masivos se presentaron 2.889 eventualidades este año, lo que equivale a una disminución del 11%, mientras que para los individuales, la cantidad fue de 11.154, que representan el 31%.
Todas estas situaciones han hecho que el CICR deba intensificar su labor humanitaria.
“El CICR sigue trabajando con base en su mandato. Por un lado trabajamos de la mano de las comunidades intentando mitigar los riesgos a los que están expuestas. Hay también acciones dirigidas al diálogo con todos los actores armados implicados en estas situaciones”, señaló Duce.
Para ello se realizan labores humanitarias en zonas como el corregimiento de Puerto López, uno de los más afectados por estas disputas, ya que en este territorio desde el CICR apoyaron la labor del cerramiento de la institución educativa. Pero este panorama continúa preocupando a este organismo humanitario, que en medio de este conflicto las poblaciones son las que más han sufrido la repercusión de estas disputas armadas.