Las relaciones comerciales entre Colombia y Estados Unidos son estratégicas, por lo que la decisión anunciada por el presidente Donald Trump, de imponer nuevos aranceles a los productos colombianos,ha generado gran preocupación entre los principales representantes del sector, ante el riesgo de fuertes afectaciones económicas.
La presidenta de la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia, María Claudia Lacouture, advirtió que esta decisión no golpea “el bolsillo” de un presidente, sino de millas de trabajadores, agricultores y pequeñas empresas, y repercute también en las compañías y consumidores estadounidenses.
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Según Lacouture, en promedio, cada año más de 3.000 empresas colombianas exportan productos a Estados Unidos; y se pondrían en riesgo cinco millones de empleos directos que dependen de estas exportaciones.
"Una vez más, la diplomacia es el mejor camino. Los llamados a la confrontación ya buscar culpables solo elevan la tensión y no aportan respuestas que pongan primero el bienestar de los colombianos. El respeto mutuo entre los dos gobiernos es indispensable. Cuidar el tono y los canales institucionales permite tramitar diferencias, proteger la agenda bilateral y enfocarnos en soluciones”,expresado
Añadió que “no se pueden tomar a la ligera las implicaciones del mensaje de EE. UU.: sus efectos pueden golpear la economía, el empleo y los programas sociales.Cuidar la relación bilateral es cuidar oportunidades para millones de familias”.
Los sectores más afectados si Trump impone nuevos aranceles
El café, uno de los sectores más sensibles
Tras el anuncio de los nuevos aranceles, Germán Bahamón, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, hizo un llamado a la prudencia y al diálogo.
“El reciente intercambio entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia, así como las declaraciones sobre posibles medidas arancelarias, nos recuerdan algo esencial: los intereses del país deben estar por encima de cualquier ideología personal”, afirmó.
Bahamón subrayó que Estados Unidos ha sido, es y debe seguir siendo el principal mercado del café colombiano, y advirtió que cualquier alteración en esa relación impactaría directamente a millas de familias cafeteras que trabajan con esfuerzo y dignidad en las montañas del país.
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"He insistido siempre en el valor de la diplomacia comercial: el respeto debe ser mutuo y las diferencias deben resolverse con prudencia, ponderación y diálogo. La provocación deliberada solo conduce a la respuesta, y en ese camino todos perdemos", señaló.
El dirigente gremial concluyó que, más que nunca, es momento deactuar con sentido de Estado.
“Defender el trabajo de nuestros caficultores implica proteger la relación con nuestros mercados, la reputación del país y la confianza que durante un siglo hemos construido en torno al Café de Colombia. Cordura, responsabilidad y respeto”, enfatizó.