La semilla de la cual emergió Postobón fue sembrada hace más de 120 años en suelo antioqueño. Hoy, es una de las compañías más grandes de Colombia y cuenta con un patrimonio superior a los $1,55 billones y una red de distribución que cubre el 90% del país. Aquí le contamos cómo empezó y cómo ha marcado la historia empresarial colombiana.
La receta mágica que daría luz a Postobón comenzó a cocinarse el 11 de octubre de 1904 y algunos cuentan que fue casi que una coincidencia del trabajo de dos boticarios inquietos que trataban de hacer jarabes saborizados con base en aromáticas y dulce: Gabriel Posada y Valerio Tobón.
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Contagiados del espíritu y pujanza antioqueña, una y otra vez experimentaron hasta obtener la fórmula adecuada de la primera bebida de la icónica compañía. Posada poseía el capital y el recorrido, mientras Tobón era un trabajador disciplinado con el conocimiento necesario para dar vida a la sociedad Posada Tobón, el 11 de octubre de 1904 en Medellín.
Cuenta Postobón en un informe especial por sus 120 años: “Confiaban —Posada y Tobón— en que los habitantes de la entonces Villa de la Candelaria, antigua Medellín, con una población en ese momento de 58.000 personas, disfrutarían una refrescante innovación que bautizaron como Kola Champaña, la primera marca de la sociedad Posada y Tobón, primer nombre de Postobón.
Esta nueva Kola captó la atención del público y se volvió popular. Se cree que el impacto fue tal que los dos socios no se quedaron de brazos cruzados e invirtieron unos 1.000 pesos para comenzar a construir la compañía, que tuvo su primera planta en el centro de la ciudad paisa.
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La distribución se hacía a lomo de mula y en carruajes de madera. La red de los llamados “koleros”, como se les conocían a los arrieros y cargadores de las cajas de madera con botellas, se fue ampliando y poco a poco la Kola Champaña se conseguía en casi todas las cuadras de la ciudad. Era el “boom” del momento.
Tiempos difíciles
En esos tiempos la mayor parte del territorio nacional era rural, el desarrollo de la vida urbana empezaba a tomar fuerza en Medellín, Bogotá y Barranquilla. Los primeros pasos de éxito de estos emprendedores tiene mayor valor al tener en cuenta que en 1904, Colombia estaba levantándose de varios años de inestabilidad. Era un período de transición política y recuperación tras tres años de conflicto.
El país estaba saliendo de la Guerra de los Mil Días, un conflicto civil que causó devastación tras los enfrentamientos entre liberales y conservadores. Hubo una profunda crisis económica, las batallas y saqueos arrasaron cultivos, vías férreas, puertos y ciudades, paralizando el comercio y la producción. Se estima que muchas empresas cerraron sus puertas y el poder adquisitivo de los ciudadano quedó por el piso, ya que el Gobierno subió los impuestos para financiar la guerra.
Pero no era el único golpe, esa debilidad del país tras la guerra fue uno de los factores que incidió en que Panamá se separara de Colombia en 1903. No obstante, las crisis no son eternas, el nacimiento de Posada y Tobón era parte del comienzo de una era de recuperación del país, que se enfocó en el fortalecimiento de la industria y la modernización, tras la llegada de Rafael Reyes al poder en 1904.
El desarrollo de Posada y Tobón
Tan solo dos años más tarde, en 1906, la empresa ya había establecido nuevas fábricas en Manizales y Cali. El crecimiento de la compañía se fortaleció a través de alianzas estratégicas con otras marcas del sector, como Colombiana y Gaseosas Lux. Gracias a estos acuerdos, los productos de las tres empresas podían elaborarse indistintamente en cualquiera de sus plantas, lo que facilitó una cobertura nacional más eficiente.
Consolidada la infraestructura, el siguiente paso fue diversificar su portafolio. En 1917, se lanzó al mercado Agua Cristal, y al año siguiente se presentó Bretaña, que con el tiempo se convirtió en una de las marcas más emblemáticas de la empresa. El crecimiento y la calidad de sus productos alcanzaron reconocimiento internacional cuando, en 1924, Freskola fue galardonada con la Medalla de Oro Gran Cruz en la Exposición Internacional de Roma. Posada y Tobón se comenzó a simplificar y quedó como Postobón.
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La llegada de Ardila Lülle
Hay que entender que en ese tiempo la competencia de Postobón era Gaseosas Lux, que perteneció a Antonio José Gaviria. En 1953, un joven ingeniero civil oriundo de Bucaramanga, Carlos Ardila Lülle, asumió la presidencia de esa compañía marcando el inicio de una trayectoria empresarial que transformaría por completo la industria de bebidas en Colombia.
Un hito importante se dio en 1954 con la llegada al mercado de la gaseosa Manzana. La innovación continuó en 1962, cuando la compañía introdujo las primeras gaseosas dietéticas en la región, siendo pionera en América Latina en ese segmento.
En 1968 se formalizó la fusión entre Gaseosas Lux y Postobón, y Ardila Lülle asumió la presidencia de la nueva compañía unificada. Bajo su ala, se puso en marcha una estrategia enfocada en fortalecer la presencia nacional a través de fusiones y adquisiciones, unificando a los principales actores del mercado de bebidas gaseosas en Colombia, como Gaseosa Colombiana y, a su vez, a Hipinto.
En los años siguientes, la compañía alcanzó una proyección internacional, especialmente con el acuerdo firmado en 1980 con Pepsico, que permitió a Postobón embotellar y distribuir reconocidas marcas globales como Pepsi. Así se consolidó una de las organizaciones industriales más influyentes.
Hoy, con la presidencia de Miguel Fernando Escobar, la compañía de gaseosas dispone de unas 18 plantas de producción y 53 centros de distribución. Genera 11.670 empleos y exporta a unos 31 países. Su gran mercado está en las tiendas de barrio que representan el 75% de sus clientes.
Solo para comprender la magnitud del negocio de esta firma colombiana, la Superintendencia de Sociedades reportó que el año pasado, Postobón facturó $2,84 billones, y obtuvo ganancias netas por el orden de los $44.074 millones.
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Interés extranjero
No es extraño que haya interés de otras empresas en adquirir esta compañía. Esa es la teoría que está robando titulares en la prensa nacional y regional del país, tras una revelación del medio Halcones y Palomas. Al parecer, la firma guatemalteca Central America Bottling Corporation (CBC), filial del Grupo Mariposa, consiguió cerrar la financiación para comprar Postobón. Una adquisición que incluiría marcas como Colombiana y Lux.
Si bien, esto no ha sido confirmado ni descartado por la empresa colombiana, se trata de una noticia que no sería sorpresa para algunos analistas del mercado. Eso porque de Postobón ya había rumores sobre dichas negociaciones, de hecho lo que se cree es que los diálogos entre CBC y el conglomerado colombiano llevaba más de un año concretándose.
Ambas compañías ya tenían antecedentes de colaboración desde 2017, cuando participaron juntas en el Eco–Reto de PepsiCo, un programa de innovación ambiental. La sorpresa obedece a que todo indicaba que la chilena Compañía Cervecerías Unidas (CCU) sería la compradora ideal de Postobón, debido a su sociedad conjunta en la Central Cervecera de Colombia desde 2015, pero finalmente se supone que no ocurrirá así.
¿Otras que se quedan los extranjeros?
Si se confirma este negocio, pasaría a ser otro caso en que una clásica compañía de Antioquia pasa a manos extranjeras. Algo que ha venido ocurriendo con mayor frecuencia en los últimos años.
Si bien, no se trató de una adquisición por parte de una firma de otro país , Nutresa sí dejó de estar en manos antioqueñas en su mayor parte. Tras varias fases de negociación, en abril de 2025, el Grupo Gilinski adquirió el 100% de las acciones de Nugil S.A.S., la sociedad que tenía participación en Nutresa, lo que lo convirtió en beneficiario directo del 84,5% de las acciones del grupo de alimentos.
Cómo olvidar cuando Essity, multinacional sueca especializada en productos de higiene, adquirió el 95,8% de Grupo Familia, una empresa paisa con más de 60 años de trayectoria. La operación se celebró en 2021. Y permitió a Familia acelerar su expansión en Latinoamérica, manteniendo su sede en Medellín y sus operaciones locales.
Un año después se conoció que el gigante neerlandés AkzoNobel adquirió el Grupo Orbis, incluyendo marcas icónicas como Pintuco, líder en pinturas en Colombia. En ese momento, el Grupo paisa tenía un patrimonio de $464 millones. La compra le abrió a Orbis acceso a más de 150 mercados internacionales. Aunque la sede operativa sigue en Medellín, la marca ahora forma parte de una red global.
Más reciente, en octubre de 2023, el grupo salvadoreño Calleja llegó a un acuerdo con el grupo francés Casino y su filial brasileña GPA para adquirir más del 86% de las acciones de famoso supermercado Éxito. Así marcas como Carulla, Surtimax, Super Inter, Surtimayorista pasaron a manos salvadoreñas.
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Estos casos se suman a otros más antiguos como Coltabaco y Coltejer, que también pasaron a formar parte a firmas extranjeras. Y si bien, todavía no se sabe con certeza si la compra de Postobón ya se materializó, los expertos consideran que los más seguro es que dejaría de ser una empresa colombiana en los próximos meses.