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Recordemos que en tiempos de incertidumbre no hay nada más necesario que perseguir aún con más ahínco nuestros proyectos más audaces y nuestros más elevados anhelos.
Por David Escobar Arango* - david.escobar@comfama.com.co
Querido Gabriel,
Nuestras tertulias sobre Antioquia Emergente han agitado las aguas. Este desarrollo empresarial que surge para llevarnos al siguiente nivel ha generado, como todo lo nuevo, muchos ¡ajá! y algunos ceños fruncidos. Pero lo más importante es que hemos movilizado conversaciones y acciones empresariales. Los escépticos y los pesimistas ven obstáculos, creen que no tenemos el talento ni las capacidades que se requieren para dar el salto. Dicen que no hay vías ni infraestructura suficientes, que falta formar a la gente, que el entorno político y la situación económica no ayudan. Sin embargo, como nosotros somos de los que pensamos cómo sí y no por qué no, conversemos de esta Antioquia ambidiestra de la industria para nichos de alto valor y de la Medellín creativa. Hablemos del papel catalizador del Estado y de instituciones como cajas de compensación, cámaras de comercio y universidades.
Hay que aclarar primero que este tipo de transformaciones no las aprueba ni desaprueba nadie. La tarea la hacen las empresas, los emprendedores y los inversionistas, ellos son los héroes de esta historia. Tomás Ríos, líder de Ongoing Eafit decía hace poco que: “Las oportunidades no llegan, se pescan”, y que esto implica “estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, con el mindset adecuado”. Lo que podemos hacer los líderes políticos e institucionales es estimular o desestimular el cambio económico. ¿Será que lo apoyamos, por el bien de todos?
Pedro Justo Berrío se sentaba con las empresas, en la segunda mitad del siglo XIX, y les preguntaba qué tenía que hacer él, como gobernador de Antioquia, para que generaran empleo. Con su administración de Escuelas y Caminos aceleró de manera inédita el desarrollo de la región. Digámosles entonces a los líderes públicos (en un sentido amplio) qué escuelas y caminos necesitamos. Gobiernos, gremios, cajas, cámaras, fundaciones y universidades podemos fortalecer el capital económico, social, humano, físico y cultural necesarios para el progreso.
La Antioquia emergente necesita de unas capacidades particulares. ¿Qué debemos apoyar con toda energía para una nueva industrialización? Los puertos de Urabá, las vías 4G al mar Caribe y al Pacífico, las facultades de ingeniería, la ciencia, la tecnología y el comercio con Norteamérica. ¿Qué debemos movilizar para la Medellín creativa? Un aeropuerto de talla mundial conectado con una doble calzada, una ciudad verde y segura, un escenario para grandes conciertos y el mejor internet a buen precio. ¿Qué necesita la Antioquia rural agroindustrial y turística? La red de vías 4G conectadas con otras secundarias y terciarias, particularmente en los municipios con mayor potencial. También educación técnica y financiación para el turismo y las agroindustrias con mayor proyección. Por otro lado, un desafío transversal es que, en menos de una década, seamos un departamento que hable inglés.
Lo más asombroso de una buena estrategia es que se contagia, es poderosa como esas ideas a las que les ha llegado la hora. Movilicémonos, aceleremos y moldeemos la transformación que está ocurriendo; exijamos a los políticos que pongan atención y presupuestos en estas iniciativas. Con un esfuerzo estatal e institucional relativamente pequeño, al final serán los emprendedores quienes hagan la tarea, porque saben pescar y lo harán para beneficio de todos. Recordemos que en tiempos de incertidumbre no hay nada más necesario que perseguir aún con más ahínco nuestros proyectos más audaces y nuestros más elevados anhelos. * Director de Comfama.