El papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años, murió a causa de un ictus, según confirmó el Vaticano. Esta condición médica es la segunda causa de muerte a nivel global.
El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV) o derrame cerebral, ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe de forma repentina.
Esta interrupción impide que el cerebro reciba el oxígeno y los nutrientes que necesita, provocando la muerte de células cerebrales en minutos.
De acuerdo con la Comisión de Neurología de la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares y la Comisión de Neurología de Lancet, los derrames cerebrales son la segunda causa de muerte y la tercera de discapacidad en todo el mundo.
¿Qué provoca un ictus?
Los factores de riesgo del ictus están vinculados tanto al estilo de vida como a condiciones médicas previas. Según la Clínica Mayo (Mayo Clinic), considerada una de las instituciones hospitalarias más prestigiosas del mundo con sede en Estados Unidos, señala que el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular aumenta cuando la persona presenta sobrepeso o lleva una vida sedentaria. El consumo excesivo de alcohol también puede dañar los vasos sanguíneos y aumenta la presión arterial.
En cuanto a los factores médicos, la presión arterial alta es uno de los más peligrosos y comunes, ya que puede debilitar los vasos cerebrales y facilitar la ruptura de una arteria. Fumar cigarrillos o estar expuesto al humo de segunda mano también eleva el riesgo debido a su efecto dañino sobre la circulación y la función pulmonar. El colesterol alto y la diabetes también aumenta el riesgo de sufrir un ictus.
Además, los antecedentes familiares de accidentes cerebrovasculares, infartos o accidentes isquémicos transitorios (AIT) constituyen señales de alarma.
Cabe recordar que el papa Francisco falleció tras sufrir un derrame cerebral (ictus), un colapso cardiovascular irreversible y entrar en coma. Así lo confirmó el doctor Andrea Arcangeli, director de Sanidad e Higiene del Estado Vaticano, en el informe publicado por la Santa Sede.
El lunes, en torno a las 05H30 de la madrugada (03H30 GMT), aparecieron los primeros síntomas de un malestar. Más de una hora después, tras saludar a su enfermero, entró en coma y murió a las 07H35 hora local.
Según el reporte médico del Vaticano, el pontífice argentino presentaba antecedentes de salud complejos, entre ellos: insuficiencia respiratoria aguda, neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias múltiples, hipertensión arterial y diabetes tipo 2.
¿Cuáles son los primeros síntomas de un ictus?
De acuerdo con la Clínica Mayo, entre los síntomas de un ACV se encuentra:
Dificultad para hablar o entender lo que otros dicen. La persona puede experimentar confusión, hablar arrastrando las palabras o ser incapaz de encontrar las palabras correctas.
Parálisis o entumecimiento en la cara, brazo o pierna, especialmente en un solo lado del cuerpo. Por ejemplo, si al intentar sonreír, un lado del rostro se cae, puede ser una señal.
Problemas de visión en uno o ambos ojos. Esto puede manifestarse como visión doble, borrosa o pérdida repentina de la visión.
Dolor de cabeza intenso y repentino. Puede estar acompañado de vómitos, mareos o pérdida del conocimiento.
Dificultades para caminar, pérdida del equilibrio o de la coordinación, y sensación de vértigo.
A medida que se envejece, los vasos sanguíneos pierden elasticidad y aumenta la posibilidad de formar coágulos o de que se rompa una arteria. Por eso, los adultos mayores de 55 años son especialmente vulnerables.
La prevención ante un ACV, según la Clínica Mayo, es mantener una dieta saludable, hacer ejercicio, controlar la presión arterial, no fumar, medicamentos antiplaquetarios, entre otros.