Álvaro Echeverry no solo saludaba y abrazaba fraternalmente a los congresistas del Pacto Histórico. A su llegada a la sesión de este martes –entre reverencias y gestos de camaradería–, también se acercaba a la oposición, se regocijaba y compartía risas. No hubo reparos. Tampoco importaron los señalamientos de ser el candidato del Gobierno de Gustavo Petro para llegar al Consejo Nacional Electoral (CNE).
La unanimidad alrededor de su nombre quedó ratificada con creces: con 205 de 267 votos, el abogado fue elegido por el pleno del Parlamento en reemplazo de César Lorduy. Es decir, de cada cuatro congresistas, al menos tres lo respaldaron. Relegado quedó Plinio Alarcón, que alcanzó a aruñar algunos votos del Centro Democrático y de independientes como Katherine Miranda o Jennifer Pedraza.
Ahora Echeverry aterriza al organismo electoral para definir con su voto el futuro de la investigación contra la campaña Petro por supuesta violación de topes de financiación en más de $5.300 millones. Pero también tendrá en sus manos la escisión Movimiento Alternativo Indígena Social (Mais) –ideada para que María José Pizarro, David Racero y Heráclito Landinez monten rancho aparte–.
Incluso, el CNE deberá determinar si los movimientos que conforman el Pacto Histórico tienen vía libre para llegar unidos a 2026. De fondo, hay un debate legal sobre la posibilidad de repetir la coalición, pues –según la norma– se puede acudir a la misma fórmula siempre y cuando la alianza no haya alcanzado el 15 % de los votos en las elecciones anteriores. En 2022, el Pacto logró el 15,7 %, lo que implica que se cerraría esa puerta y cada partido tendría que buscar respaldo de forma individual.
Echeverry es consciente del desafío que ahora pesa sobre sus hombros y de la importancia de demostrar independencia y autonomía frente a decisiones que tengan relación con el Gobierno. Aunque le hace el quite a hablar de casos concretos, ratifica que actuará en derecho y advierte que actuar con intereses políticos “constituiría una desviación del cargo”. Defiende además que Colombia Justa Libres avaló su aspiración porque los ha asesorado y se compromete a respetar “las reglas de la democracia”.
Fue funcionario de este Gobierno en el Ministerio del Interior. En sus redes tiene manifestaciones a favor del Pacto y ayudó a que el petrismo recuperara casi medio millón de votos en 2022. ¿Todo ello no pueden generarle algún tipo de inhabilidad cuando se discuta el caso Petro?
“Debo pedirle que no me haga preguntas que correspondan al desenvolvimiento legal de un proceso administrativo que está en curso. Es un tema que está vedado para quien ejerza una magistratura administrativa o judicial en cualquiera de las cortes.
Lo que sí le puedo decir es que no conozco ningún expediente y no me puedo anticipar a pronunciarme sobre él. Incluso, no me corresponde referirme porque hay una reserva de la que gozan todas las actuaciones”.
Tendrá que discutir también casos como la escisión del Mais o la unión del Pacto. ¿Se tendrá que declarar impedido?
“Esa pregunta tiene la misma perspectiva de la anterior”.
Usted reconoció el origen político que marca la elección de los magistrados del CNE. ¿Cómo puede llegar a afectar ese hecho las decisiones en el organismo?
“El Congreso no solo elige a los magistrados del CNE. También escoge procurador, defensor del Pueblo o contralor General. Pero es que una cosa es el origen político y otra cosa es el ejercicio partidista de la magistratura, lo que constituiría una desviación del cargo”.
Fue avalado por Colombia Justa Libres. Algunas de sus directivas reclamaron que la forma en que fue postulado no cumplió con los requisitos legales. Alertaron, incluso, que carecería de la legitimidad y legalidad para aspirar. ¿Qué les responde?
“Una cosa es el carácter legal que tiene la postulación así exigida por la norma constitucional –como se cumplió–, y otra que se pueda presentar un debate político interno. Eso último es un asunto en el cual yo no debo pronunciarme por respeto a la integridad de esa organización partidista”.
¿Cómo logró el aval de Colombia Justa Libres? ¿Qué relación tiene con ellos?
“¿Quiere la verdad? He sido asesor de cabecera y consultor, ayudando incluso a la construcción del partido. Aquí no hay ninguna cosa al azar. No hay ninguna coincidencia, ni ninguna malicia, como algunos han querido subrayar.
Aquí lo que hay es un reconocimiento a una gestión profesional desarrollada con toda mi experiencia y con toda mi ética. Guardé silencio siempre porque creo que esos debates no le hacen bien al país, pero esta elección no es producto de una coyuntura ni es producto de una estrategia, es producto del reconocimiento a mi trabajo y trayectoria a lo largo de 40 años”.
En el Congreso hubo quienes reclamaban que la silla que dejó vacante el exmagistrado Lorduy correspondía a Cambio Radical y no a Colombia Justa Libres. ¿Cómo logró superar esas diferencias para tener el respaldo unánime del Congreso?
“Se honraron acuerdos. Esto es fruto de un acuerdo político de 2022. Cambio Radical honró el cumplimiento de esos acuerdos actuando con rectitud. No hubo trapisondas”.
¿Qué responderle a figuras de la oposición que temen que usted no ofrezca garantías?
“Yo me comprometo a respetar el ordenamiento jurídico, las reglas de la democracia y las directrices del sistema electoral. Muestra de ello son mis 40 años de experiencia pública y privada. Sobre esa misma línea de comportamiento serán mis actuaciones. Considero además que el CNE debe fortalecer la función de control, inspección y vigilancia”.