Después de un remate del 2023 que fue bastante difícil para el operador de telecomunicaciones Une EPM Telecomunicaciones (Tigo), su actual presidente, Carlos Blanco, se declara optimista.
En diálogo con EL COLOMBIANO este ingeniero electricista venezolano, con especialidad en telecomunicaciones, quien reemplazó en el cargo a Marcelo Cataldo, contó detalles de la recuperación de la empresa, explicó en qué se concentra actualmente y cómo compite mano a mano con otras compañías del sector.
¿Cómo se compara el Tigo de finales de 2023 y al actual?
“En septiembre de 2023 teníamos la necesidad de una capitalización por parte de los accionistas, estos estaban discutiendo la conveniencia o no de hacerlo. Llegaron los recursos, $600.000 millones que dieron los accionistas, y a partir de ahí se adoptó un nuevo modelo operativo. Lo que está pasando en la industria es que el hambre de data de los clientes vive aumentando y la propensión a pagar más viene bajando, o sea, el año pasado aumentó 37% el consumo de datos en Colombia y las tarifas bajaron 8%. En ese ambiente había que buscar no solamente la capitalización, sino un nuevo modelo operativo que se ejecutó en gran parte. Y hay una tercera pata de esa estrategia, que fue la creación de la red conjunta con Telefónica (Movistar), que ya en las próximas semanas comienza a operar”.
¿Cuál es significado de ese negocio con Movistar?
“Básicamente que las dos empresas consiguen bajar sus costos de inversión, de operación y mantenimiento de la red que es uno de los rubros más grandes de gastos que tienen este tipo de empresas. Es una reducción significativa, porque ahora comparten la red. En diciembre se vio una primera fase de este pensamiento de compartir cosas, que tuvo que ver con la subasta de 5G donde fuimos juntos con Telefónica para lo que se creó una unión temporal, y la idea de eso es que nos conlleve a ser más eficientes”.
¿Entonces, cómo está Tigo hoy en día?
“Con una estructura de costos completamente distinta. Con una capitalización, que está detrás de nosotros, con un modelo operativo bastante ágil, con una red que en las semanas o en los meses siguientes comenzará a operar compartida con Telefónica, lo cual abarata los costos, y con una compañía que también retomó una estrategia de agresividad comercial. Hemos abierto casi 100 tiendas en lo que va del 2024, así que una empresa con problemas financieros no haría eso. La red fija también es importante para nosotros por lo que invertimos en ella, la mejoramos y hoy en día estamos vendiendo paquetes de 500 megabits por segundo, lo cual hace un año no se veía”.
¿De la capitalización entró toda la plata y ningún socio debe?
“Sí, y además somos una empresa financieramente viable desde el punto de vista de la independencia de los socios. Somos una empresa normal y hoy en día nos estamos financiando con deuda, con emisión de bonos, con los instrumentos financieros normales, sin necesidad de pedir nuevos aportes. Lo más importante aquí es que las evaluadoras de riesgo nos aumentaron la calificación, o sea Fitch nos subió cuatro escalones, Standar & Poor´s nos subió un escalón y viene ahora, el 6 de agosto, a reunirse con nosotros. Entonces yo creo que esa época de criticidad financiera, afortunadamente está detrás de nosotros”.
¿La compañía que había hace 8 meses, casi al borde de la quiebra o tal vez al borde de un proceso de reorganización ya cambió?
“Para hacer claridad: nosotros anunciamos los resultados del primer trimestre y tuvimos pérdidas, pero menos que el año pasado. Así que esa Tigo que estaba en una situación financiera crítica ya no existe. Existe una empresa en la que hay que seguir trabajando fuertemente para que estas tendencias que ya se empiezan a ver, se materialicen y sean constantes. Pero es una Tigo con una tranquilidad financiera que no existía hace 10 meses cuando se discutía la capitalización. El 2 de agosto se publican los resultados del segundo trimestre de Millicom y en ese informe se dedica un capítulo a Colombia, por lo que no puedo adelantar números. Nosotros perdimos muchos clientes fijos de hogares y ahora esperamos recuperar”.
Usted resalta la “independencia de Tigo de los socios”, pero la empresa necesitan recursos para renovar la red 4G, avanzar en los compromisos de 5G y dice que en el negocio fijo tiene tareas...
“Las inversiones de capital en este tipo de empresas nunca paran. El hambre de data de nuestros clientes es insaciable y ahí tenemos un tema importante que quisiera destacar. En la medida que nuestros clientes consumen su entretenimiento a través de las redes fija y móviles nuestras, pues nosotros nos vemos obligados a seguir invirtiendo para que esa capacidad exista. Inclusive, después de la pandemia se disparó en el mundo el consumo de data tanto fijo como móvil y las empresas de telecomunicaciones tuvimos que invertir para satisfacer esa demanda. Eso nunca para. Hay ahora un movimiento importante de conseguir que las empresas generadoras de esos contenidos contribuyan a esas inversiones, lo que se llama el famoso fair share, porque cada vez que los clientes consumían HD y 4K y 8K eso le pone muchísima presión a las redes y tenemos que seguir invirtiendo. Entonces eso sigue, nosotros no hemos parado. Estamos desplegando las obligaciones de 700 megahertz en zonas rurales. Así que estamos invirtiendo en lo que hace falta para acompañar nuestro plan de aumento de capacidad para nuestros clientes, por aumento de demanda, y aumento de capacidad por el crecimiento de clientes. Estamos también con el despliegue de 5G de acuerdo a los compromisos que tenemos con el Gobierno. Entonces, este es un negocio intensivo de capital, por eso es que hay presión financiera y los mercados se están consolidando. Lo que yo estoy diciendo es que por lo que se vislumbra ahora no se requiere inyección de capital fresco de los accionistas. Acabamos de emitir $160.000 millones en bonos, eso es financiamiento, y seguramente vamos a adquirir deuda bancaria. La noticia es que tenemos acceso al financiamiento y pudimos colocar los bonos”.
¿Cuál es el reclamo que se les hace a las empresas generadoras de contenidos?
“En esto es importante aclarar que el problema no es el generador de contenido de Youtube. El problema es Youtube, pero no quiero particularizarlo porque no es el único, hay muchas plataformas de streaming en las que la gente ve sus películas, sus series, su información. Ellos cada vez aumentan para dar un mejor servicio en cuanto a calidad de la imagen y eso está muy bien y los monetizan por su lado por la vía de suscripciones o publicidad y eso también está muy bien. El problema es que esto pasa luego por un tubo que pagan las empresas de comunicaciones y ese tubo hay que hacerlo cada vez más grande, porque la gente cada vez está consumiendo más eso, así que frente al tema de compartimiento justo o fair share, pues siempre es bienvenido todo el tráfico, pero los generadores de ese tráfico tienen que, de alguna forma, ayudar a pagar la inversión que hace falta, porque eso es lo que ocasiona mucho la presión financiera de las empresas de telecomunicaciones. Afortunadamente la tecnología avanza y se abaratan los costos, pero no es la misma proporción que aumenta el uso de los clientes”.
¿Ya le plantearon la inquietud al MinTic?
“Hay conversaciones con el Gobierno, se habló de asunto en la reunión de Andesco en Cartagena. Tuvimos una reunión en Asomóvil y vamos a preparar estudios económicos, porque es algo que estamos tomando con mucha seriedad. La bola está en la cancha nuestra para generar esa información, porque esto no es único de Colombia y se está discutiendo en muchas partes del mundo”.
¿Cuál es el avance de la tecnología 5G que ofrece Tigo?
“El avance es de aprendizaje. Colombia es uno de los primeros países de América Latina que tiene 5G, pero el asunto con esto es que hasta que no haya un alto porcentaje de teléfonos 5G en manos de los clientes será todavía una red que no tenga un impacto real en la experiencia y aún cuando una persona tenga hoy en día un teléfono 5G, su experiencia no cambia dramáticamente. ¿Por qué? Porque hoy la red 4G te da una velocidad de 40 o 50 megabits por segundo y se puede bajar una película en cuestión de unos 2 minutos. El poder bajarlo en 30 segundos a 45 segundos no te da ninguna diferencia en la experiencia. Así que hay mucha gente que dice: tener que salir a cambiar mi teléfono, que todavía está bueno para tener un teléfono 5G y que no me dé ningún beneficio como usuario, pues realmente no es una ecuación que se esté dando con mucha frecuencia. Nosotros estamos sembrando teléfonos 5G de ciertas gamas, pero son aparatos que todavía no han bajado de precio (US$140 o $600.000) que es aún costoso para la mayoría de la gente. Entonces, yo creo que va a haber una adopción por parte de los consumidores que va a venir como los esperábamos. Hay otro caso de uso de la red 5G que tiene que ver con empresas, existen casos de uso en universidades, en puertos, en complejos manufactureros donde se están comenzando a emplear 5G para que las conexiones de los diferentes dispositivos sean inalámbricas, pero esos casos no son masivos. Y hay un tercer uso de 5G que es a conveniencia del operador. ¿Y qué significa eso? Que si yo tengo un área muy congestionada y tengo una alta penetración de clientes con teléfonos 5G, a mí me conviene desplegar esa red porque me sale más barato producir un gigabyte de data en 5G que en 4G, pero aquí todavía no se ha llegado a eso. Eso tiene todo el sentido del mundo en ciudades como Seúl, Sao Paulo, Manhattan o Tokio. Que vayan los operadores a hacer una inversión masiva en 5G para arreglar problemas de congestión en nuestras ciudades, a lo mejor se justifica en áreas de Bogotá o Medellín y es ahí donde estamos desplegando esto”.
¿El impacto de la tecnología 5G, cuándo la vamos a ver?
“Diría que 2 años. Es difícil predecir cuánto se va a abaratar la tecnología. Aquí lo importante es que la tecnología que hace falta para 5G la estamos instalando, redes modernas, se cambian los software y las antenas porque la frecuencia es distinta, esta es una frecuencia alta entonces habrá que instalar muchas más estaciones”.
¿Cómo le va a la empresa con el vandalismo?
“El robo de cable afecta a las redes fijas y a las redes móviles, en el sentido de que nosotros usamos el cable para las redes troncales, para llegar al sitio donde después vamos a ir en forma inalámbrica a los clientes. Pero también hay vandalismo en el propio sitio móvil, porque esos son sitios que tienen paneles solares, baterías o motogenerador. Entonces en eso le pedimos a la comunidad que cuide su infraestructura. Estamos trabajando con el Gobierno para tener una estrategia contra eso”.
Decía que en las próximas semanas arranca la alianza con Telefónica (Movistar), ¿ese plan está atrasado?
“Ese es un proyecto complejo. La idea es que se comparten los costos de la red, pero cada quien pone sus tarifas y cada quien atiende a sus clientes. Aquí se crea una unidad jurídica y las dos empresas le van a pagar esa entidad jurídica que es propiedad de Tigo y Telefónica. Nosotros por ahora la llamamos Netco (compañía de red), pero ese es un término abogados, así que debe tener algún nombre ya escogido para el registro”.
¿Cómo es manejar una compañía que tiene un dueño público y por otro uno privado?
“He tenido el privilegio y el honor de haber vivido en 7 países, siempre en este mundo de las telecomunicaciones y cada parte tiene sus particularidades. Tenemos excelentes relaciones con nuestros accionistas, y entendemos que somos colaboradores de una empresa mixta. Estamos sujetos a una cantidad de regulaciones y de supervisiones que una empresa solamente privada no tiene, pero tenemos un equipo experto en ese tipo de procesos”.
¿Como administrador, qué consideración hace sobre las posibles ofertas de adquisición hechas recientemente por inversores extranjeros?
“La información que tengo es exactamente la misma que tiene el mercado, se planteó una OPA y el comité independiente de la junta directiva de Millicom dijo que era muy baja la oferta y hasta ahí sé. Lo que le digo a mi equipo y lo que yo hago personalmente es que debemos trabajar para darles servicios a los clientes y ser ciudadanos responsables. Eso está bastante lejos”.
Pero, el otro socio (EPM) también hace anuncios de una eventual venta...
“Tengo entendido que ese proceso se ha hecho en el pasado y sé que hay todo un proceso muy reglamentado, que tiene que ir al Concejo y si lo aprueba vienen unos pasos para hacer un ofrecimiento a los sindicatos, a comunidades de interés y luego una subasta. Y de nuevo: tenemos que asegurarnos de que esta empresa sea la mejor y que los accionistas reciban el mayor valor en el momento de una negociación”.
¿Pero, en ese contexto, Carlos Blanco como presidente de Tigo ve una empresa en venta?
“No. Más allá de los anuncios veo una empresa que tiene todo el apoyo de sus acciones. Una compañía que cambió el curso de la trayectoria que traía el año pasado, que está muy agresiva comercialmente y dando pasos firmes para hacerse cada vez más relevante. Me despierto todos los días con cero preocupación sobre eso, y al contrario, me despierto todos los días para venir aquí a ver qué es lo que tenemos que hacer para hacer de esta una gran empresa”.
Desde hace algunas semanas se habla de las dificultades de WOM, ¿percibe alguna oportunidad?
“Este es un mercado bastante competitivo y sigue competitivo. No hemos visto nada en el mercado relacionado con esa noticia, o sea seguimos los mismos competidores, bien agresivos desde el punto de vista comercial. Es claro cuando se va a un operador de un mercado, esos clientes tienen que irse a algún sitio, pero yo no quisiera especular de eso porque eso aquí no ha pasado”.
¿El actual presidente de Tigo considera que hay una posición dominante en el mercado de Claro?
“Existen precedentes de eso. El Gobierno ya ha tomado algunas decisiones, sé que está en estudio cuál va a ser el futuro de esa denominación. Estamos esperando que pase en ese sentido. Todo depende de lo que los reguladores y el Gobierno vayan a hacer con ese proceso. Tampoco quisiera emitir una opinión”.